El Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha dejado visto para sentencia el juicio seguido por un delito de desobediencia grave contra Hicham D., apodado ‘El Chatito’, y cuya imagen se hizo conocida en todos los medios de comunicación del país por un vídeo que él mismo difundió a través de redes sociales. El Ministerio Fiscal le pide un año de prisión por la comisión de este delito, reclamando una medida privativa de libertad con la que no está de acuerdo su Defensa que considera que los hechos, reconocidos por el propio ‘Chatito’, serían constitutivos del pago de una multa. Será la magistrada la que, en sentencia, dictamine el fallo.
Por lo pronto en la mañana de este miércoles ha tenido lugar la vista oral en la que el propio acusado ha reconocido que desobedeció a los agentes de la Guardia Civil que, el pasado 25 de julio, le habían dado el alto tras salir en una moto de agua desde el puerto deportivo junto a otra persona. ‘Chatito’ ha negado que al embarrancar su moto en la playa de San Amaro, en la zona más próxima a la sede de los GEAS, pusiera en peligro a los bañistas y ha recordado que en el momento de su detención no quiso conformarse con la pena de prisión que ya le solicitaban en fase de instrucción al no estar de acuerdo con la misma, aunque sí con los hechos: una desobediencia.
Tres guardias civiles adscritos al Servicio Marítimo que intervinieron en la tarde de aquel 25 de julio han prestado declaración para aportar los detalles de lo ocurrido. Sus manifestaciones han sido claras y coincidentes en los hechos. Han indicado cómo vieron una moto que salía del puerto deportivo haciendo maniobras extrañas por lo que procedieron a darle el alto. Desobedeció la orden emprendiendo ruta a la Península, por lo que los tres agentes a bordo de la embarcación oficial la siguieron.
En este periplo el acusado comenzó a realizar maniobras evasivas, llegando a cruzarse por delante de un ferry e intentando abordar a los agentes con su moto, lo que puso en peligro la integridad física de estos pero también la suya propia y la de su acompañante, que iba de ‘paquete’. Los guardias civiles han indicado que nunca perdieron de vista al acusado y que intentaron que no se pudiera fugar. La salida final de este fue embarrancar su moto de agua en la playa de San Amaro, en donde todos han coincidido en apuntar que había bañistas y, entre ellos, mujeres y niños.
El riesgo en esa travesía lo hubo para el propio acusado y su acompañante, para los guardias civiles, para el ferry con el que se cruzó y para los bañistas, de acuerdo con las valoraciones de la Benemérita que han sido tenidas en cuenta y destacadas en su escrito de calificación por el Ministerio Fiscal para sostener su petición de un año de cárcel y no de multa. Uno de los agentes ha apuntillado textualmente que “podía haber matado a cualquiera” con ese tipo de maniobras.
La clave de este juicio más allá de que el acusado y su actuación terminara siendo algo noticioso en todos los medios de comunicación del país. Se centra en si el delito, que él mismo reconoce, debe ser penado con una multa o con prisión. Su Defensa, que ha solicitado que se aplique la atenuante de reconocimiento de los hechos, considera que sí debe ser condenado por algo que asume pero sin que se caiga en un “agravio comparativo”, ya que la pena que solicita Fiscalía la ha tildado de “desproporcionada” al tener que pagar esa acción con cárcel.
Ha hecho mención la Defensa a que solo dos días antes de este caso, la Guardia Civil detuvo a otro piloto en moto de agua en una acción similar a la de su patrocinado. En fase de instrucción se dictó una pena por conformidad de multa. Considera que ambos casos son similares y ha apuntado a que el riesgo evidenciado por las manifestaciones de la Guardia Civil no ha quedado acreditado con declaraciones del propio capitán del ferry o de bañistas que pudieran encontrarse en el arenal aquella tarde. Además ha destacado que en la parte en que su patrocinado embarrancó la moto de agua no suele haber mucha gente bañándose, ya que fue en la zona más cercana a la salida que da a la gasolinera de Alfau.
El Ministerio Fiscal, por el contrario, considera que los hechos han quedado plenamente acreditados y que el riesgo fruto de las maniobras evasivas efectuadas por ‘Chatito’ existió, entendiendo por tanto la existencia de un desprecio claro a la integridad de las personas con las que se topó. Considera el representante del Ministerio Público que el acusado no solo pretendía huir, sino que eligió para embarrancar su moto una zona en la que había gran cantidad de bañistas generando riesgos.
Ha hecho constar en su exposición la existencia de antecedentes, recordando que, aunque sea un asunto antiguo, se le impuso en su día una multa por un delito similar y a pesar de ello ha reincidido en la misma actuación. El hecho de que ese comportamiento no se haya corregido es lo que ha llevado ahora a solicitar prisión al considerarse que su acción ha sido de hecho más grave. El reconocimiento de los hechos no lo considera atenuante ya que se produjo una vez había sido detenido. El caso ha quedado visto para sentencia.
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