La titular del
Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha puesto fecha a un
juicio que se sigue por un delito de homicidio por imprudencia. Este martes se celebró una vista previa para intentar llegar a un acuerdo, que no fue posible.
Estos hechos se remontan al año 2016, cuando un capitán del
Regimiento de Caballería Montesa 3 cayó fulminado mientras realizaba una práctica deportiva. El Ministerio Fiscal culpa al médico que lo atendió en una clínica privada de la ciudad y solicita la pena de 3 años de
prisión, así como que el acusado, junto a la entidad Agrupación Mutual Aseguradora, respondan conjuntamente como responsabilidad civil en favor de su viuda, así como de cada uno de sus dos hijos en la cantidad de 90.400 euros, lo que hace una indemnización total de 271.200 euros.
La víctima, el capitán S.B., acudió durante el mes de septiembre de 2016 a la unidad de cardiología del Hospital Casa de Salud de Valencia, debido a que tenía unos
dolores agudos en la zona torácica. Allí fue atendido por el acusado, quien prestaba servicios como profesional sanitario en la citada clínica y tenía concertado un seguro de responsabilidad civil con la entidad Agrupación Mutual Aseguradora. El acusado practicó al denunciante las pruebas pertinentes y le realizó una serie de controles para determinar si tenía alguna enfermedad cardiovascular. No obstante, tras las prácticas de las citadas pruebas médicas, el acusado obviando las más elementales normas de cuidado y no ajustándose a la lex artis, tal y como considera el Ministerio Fiscal, diagnosticó erróneamente a la víctima reflejando que no tenía ningún tipo de factor de riesgo y el dolor en la zona torácica habría sido puntual, por lo que podía llevar a cabo vida normal y actividad física, incluso de carácter intenso y moderado. Tras recibir el alta, el militar volvió a sus actividades ordinarias, entre las que se encontraba la realización de trabajos físicos intensos debido a que desempeñaba la profesión de militar. El 28 de octubre del 2016, el capitán falleció en nuestra ciudad mientras llevaba a cabo una prueba física en el ejercicio de sus funciones ordinarias; siendo la causa de la muerte un infarto de miocardio el cual se hubiera podido evitar restringiendo la actividad física del finado, tal y como considera la Acusación. Este juicio tendrá lugar a primeros de julio con las testificales de múltiples testigos.