Después de casi tres meses ha tenido lugar la imagen que los vecinos de Varela-Valiño habían reclamado en tantas ocasiones. La imagen de la clausura del pabellón de La Libertad. Una instalación deportiva reconvertida en albergue de inmigrantes que ha dado para mucho, para demasiados disgustos y abundantes historias. Todo este tiempo, desde el inicio del confinamiento en marzo, decenas de personas atrapadas en Ceuta han tenido este lugar como su casa.
Esta tarde, tras un exhaustivo control de la Policía Nacional, se ha llevado a cabo el traslado de los marroquíes en unidades de la Cruz Roja. Su nueva casa será la nave del Tarajal, a donde han llevado en bolsas sus pertenencias. Aunque con días de retraso sobre lo que se esperaba en un principio debido a que las instalaciones no estaban preparadas, los internos abandonaban la barriada de Varela-Valiño a la espera de poder ser repatriados a Marruecos, siempre y cuando el país vecino dé luz verde a una lista que se acordó con la Delegación del Gobierno en Ceuta.
Antes de que se produjera ese traslado Protección Civil, el área de Emergencias de la Ciudad y personal de la ULOG-23 de la COMGECEU estuvieron presentes en el pabellón de La Libertad para llevarse todos los utensilios necesarios a la nave del Tarajal. Mantas y camas fueron las principales cosas que transportaron. Además desinfectaron el pabellón de La Libertad antes de poder echar el cierre total de estas instalaciones deportivos.
Los internos del pabellón son trasladados a la nave del Tarajal: un nuevo albergue situado justo a unos metros de su país, a unos metros del lugar al que muchos confían en marchar en breve. La Brigada de Extranjería de la Policía Nacional ha comprobado que todos los que salían tuvieran su documentación aprovechando para conocer las fugas e identificando a todos los presentes.
Han sido días de mucho trabajo para las operarios en la nave del Tarajal ya que han sido unas obras que se han realizado a contrarreloj y con el único fin de sacar a los marroquíes que se encuentran alojados en el pabellón de La Libertad. No todos los internos tienen por objetivo el regreso a su país. Hay algunos que quieren quedarse a toda costa y las fuerzas de seguridad trabajan para poder filiarlos y devolverlos cuando Marruecos dé la autorización. Ese fue el gran trabajo la semana pasada del grupo de Extranjería de la Policía Nacional.
Los vecinos de Varela-Valiño son los que más celebran que estos marroquíes abandonen las instalaciones de ‘La Libertad’. Durante este periodo han denunciado una y otra vez a este medio que era insoportable aguantar los gritos y peleas y que apenas podían conciliar el sueño. Como medida de protesta incluso organizaron durante varios días caceroladas, esperando una reacción por parte de la Ciudad.
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