Cuando no hay fronteras no hay naciones. Cuando sucede algo en la otra parte del planeta nos sucede a nosotros: si hay un terremoto en Japón Ceuta temblará, la hambruna de etiopía nos afecta, si hay personas perseguidas nos persiguen a todos.
Así surgieron varias asociaciones:
Periodistas sin fronteras, Médicos sin fronteras, Bomberos sin fronteras, Refugiados sin fronteras, Payasos sin fronteras, Arquitectos sin fronteras, Profesores sin fronteras.
Detrás de cada asociación se intenta dar lo mejor: ayudar, asesorar, solidarizarse en todos los sentidos bajo la supervisión de expertos que conocen ese terreno en el que trabajan.
Hace 11 años tuve la idea de crear un grupo de Filósofos sin fronteras; el objetivo consistía en aunar fuerzas con los compañeros. Somos currantes que ejercemos nuestro trabajo sin ser tenidos en cuenta en el ámbito social, docente o político. Sin ser pesimista y sin tirar la toalla me atrevería a decir que gozamos de poca o ninguna consideración en cualquier entorno.
Hemos tenido que defendernos, que justificarnos, nos ha tocado reivindicar la importancia de la reflexión, del pensamiento crítico, de poner en tela de juicio al poder, a los valores admitidos, a no dejarse guiar por los sofistas ni por los mercaderes.
Decía Cioran que "La filosofía es una prostituta que es invitada a una fiesta de científicos; todos se quieren acostar con ella pero ninguna se quiere casar”.
Ya somos 190 compañeros y compañeras. Compartir información, aportar ideas, crear materiales, contar experiencias, proponer actividades, poner en común libros, artículos, escritos. Analizar al alumnado para abrir las aulas a la tolerancia, a la mayoría de edad Kantiana: "Atrévete a saber, atrévete a no tener miedo, a prepararte para derrumbar cualquier tipo de frontera”.
Debatimos, discutimos usando la dialéctica, observamos con miradas distintas a una misma cuestión.
Nos conectamos con la realidad, la utopía y la distopía. Ejercemos una fuerza silenciosa mediante el inconformismo que nos caracteriza.
Estas son nuestras armas: desarmarnos, abrir las ventanas a la libertad, ver los caminos andados por los filósofos y caminar sabiendo que nunca llegaremos a la meta. No hay meta para el pensamiento.
Seguiremos creciendo, seguiremos pintando, enseñando toda la gama de colores disponibles.
Desde cualquier posición que ocupemos en la sociedad derrumbar fronteras supone un compromiso con lo que hacemos, un compromiso que va más allá de las obligaciones.
Aristóteles decía que la tarea de la filosofía es “salvar la polis" y la polis es la humanidad.