El diario “El Faro de Ceuta” recogió, como testigo, las celebraciones en Ceuta del día de su Patrona desde 1936 a 1939, periodo del enfrentamiento civil en nuestra Patria. El periódico titulaba en su portada: “Diario regional de la mañana de información general” y en la contraportada “Diario republicano de la mañana”. En septiembre de 1936 desapareció esta calificación republicana y en 1939 ya fue “Diario regional de información general” o “Diario gráfico de información”.
Cuando llegó el 5 de agosto, de ese 1936, día de la Patrona, no estaban las cosas para “celebraciones verbeneras” como señalaba el redactor. Sí lucieron multitud de colgaduras en los balcones y se contemplaron horarios de día de fiesta.
El día 4, se celebró una Salve. El día 5, Misa Solemne en el Santuario y por la tarde nueva Salve y Exposición del Santísimo Sacramento. La asistencia de autoridades religiosas, militares y población civil fue masiva. No le faltó al cronista de “El Faro” recoger el tópico homenaje a la cristianísima mujer española: “que puso su acostumbrada nota de belleza, sensibilidad y elegancia, en la funciones religiosas”.
La calle estuvo animada por ser festivo y medio festivo el siguiente. Un partido de fútbol entre los locales, “Ceuta Sport” y “Africa”, acabó con triunfo del primero, por 4-1.
Precisamente ese día 5 coincidió con la salida desde Ceuta del llamado “Convoy de la Victoria”, que llevó las tropas del ejército de Africa, al mando de Franco, a la península.
Ahora hay que repasar la historia. En 1651 la epidemia de “peste levantina”, también llamada “peste bubónica”, ocasionaba gran cantidad de muertes en la península. En Ceuta, se encomendaron a la Virgen de Africa como intercesora de la ciudad frente a la enfermedad. En agradecimiento por su protección, el 20 de febrero de ese año, el Capitán General, Regidor y Gobernador, Conde de Torres Vedrás, instituyó el “Voto a la Virgen” como fiesta de guardar cada 9 de febrero. Durante casi cien años se mantuvo esa manifestación anual y el 1 de julio de 1743, con otra amenazante epidemia de peste, se revalidó dicho Voto, ante el Marqués de Campofuerte.
Al instaurarse la República, desde el año 1932, el Ayuntamiento dejó de celebrar el referido voto. Con la llegada, en 1937, del día de la Patrona se tomó la decisión de recuperar tan longeva tradición en la ciudad. Se aprovechaba, asimismo, el primer aniversario del paso de Convoy por el Estrecho cuyo éxito –al coincidir con el día de la Patrona– se atribuyó a otra intervención milagrosa de la Virgen.
Este segundo año de celebración de las fiestas patronales – durante la contienda civil– tampoco se pudo disfrutar el festejo ferial. Sin embargo, la ciudad se engalanó de banderas y las autoridades y miles de ceutíes asistieron a una misa de acción de gracias a la Patrona por el susodicho aniversario. Al final de la misma, se descubrió una lápida conmemorativa del paso de Convoy, en la puerta principal del Santuario.
En el Salón de Sesiones del Ayuntamiento, el Secretario leyó el texto del Acuerdo de renovación del Voto, se aprobó de forma asamblearia y fue leído al público desde el balcón. Desfilaron las Milicias Nacionales de FET y de las JONS, los Cadetes, Flechas y Pelayos. Los Sindicatos de las JONS, participaron con más de ocho mil obreros ”con el brazo extendido y mano abierta”,que dieron vivas a Franco y a España. Con un reparto de bolsas de comida a los necesitados, un concierto en el muelle España que continuó en el “Cañonero Dato” y la celebración de una solemne Salve y un Rosario en el Santuario de la Virgen de Africa, finalizó la jornada.
Llegó el día de la Patrona el año 1938 y como recogía un redactor de El Faro: “los tiempos actuales de sacrificio no son los más propicios para celebrar las fiestas de la Patrona con bullicio y carruseles”. Un año más la fiesta patronal se redujo a la liturgia religiosa y las soflamas patrióticas. Como nota curiosa y a la vista del comentario del cronista – extrañado de la mercancía ofrecida en un puesto, en el puente del Mercado, por no ser Navidad– puede considerarse, a quien instaló el mismo, como el pionero de los puestos de turrón, tan usuales e indiscutidos de las actuales ferias.
Madrugó la Adoración Nocturna que, a las cinco de la mañana, celebró una misa. La ciudad apareció engalanada en balcones y fachadas con banderas y colgaduras de España y Falange. Solemne función religiosa en el Santuario, –costeada por el Ayuntamiento– y por la tarde, Salve y a continuación Besamanos.
La “Fiesta de La Banderita” alcanzó una recaudación de 11.147,77 pts. En los comedores del Auxilio Social, se dio comida a los niños españoles y musulmanes, a base de paella con carne de cerdo – de vaca, para los musulmanes-, bacalao con tomate y pasteles.
Hubo partido de fútbol entre el “Ceuta SAM” y el “Cádiz C.F”., con triunfo local 3-1. La ciudad lució por la noche iluminada y a las 20,00, concierto de la banda de FET, en la calle José Antonio. En el cine Apolo se proyectaba la película “El octavo mandamiento” con Lina Yegros y en el Cervantes “Madame Butterfly” con Cary Grant.
Acabó la Guerra Civil en abril de 1939 y, como la paz llegó, el 5 de agosto, se recuperaron las Fiestas Tradicionales y la Feria de Ceuta. Una Orden de la Delegación de Trabajo señaló feriado el día 5, con excepción de las peluquerías y ultramarinos, que abrirían hasta las 12.
Madrugadoras comenzaron las fiestas el día 4, viernes, con Diana a la 7,30. A las 8,00 reparto de 1.200 bolsas de comida a pobres y necesitados. Su contenido fue: 500 gramos de carne, 100 de tocino, 50 de chorizo, 250 de garbanzos, 1.000 de patatas, 250 de arroz, 100 de café, 500 de azúcar blanca, 1.000 de pan, 500 de frutas variadas y 500 de pescado del día. En el comedor del Asilo se repartió, a ancianos y niños asilados, un donativo del Ayuntamiento de 5 pts. a cada anciano y un paquete de bombones y caramelos, para cada niño.
Por la tarde, musulmana corrida de la pólvora. Solemne Salve y Tedeum en acción de gracias por el paso del Convoy en 1936. A las 10,30 de la noche se inauguró la Feria, con divertida velada, concierto, y primera función de Fuegos Artificiales.
El día 5, sábado, Día de la Patrona, se inició igualmente con la Diana. Función religiosa, en el Santuario de la Virgen de Africa, bendición de la Cruz de los Caídos en el pórtico de la Catedral y Solemne Besamanos anual.
Se descubrió un monolito – en la explanada de la ermita de San Antonio – obra de Bonifacio López Torvizco y conocido popularmente como “Los pies de Franco”.En el Stadium Municipal compitieron el equipo local “Ceuta Sport” y el equipo militar “Recuperación de Levante”. El equipo ceutí logró la victoria por dos goles a uno.
A las 20,30 horas, con salida desde el antiguo Llano de las Damas, se inició el vistoso desfile con nueve carrozas. En la Tribuna, en la Plaza de San Sebastián, presidía el Jurado el señor Alcalde, Fernando López Canti. El Primer Premio quedó desierto pero sirvió para dotar con su importe tres Cuartos premios, de 1.000 pts y dos Quintos, de 500 pts. El Segundo Premio, dotado con 3.000 pts. correspondió a la carroza “Conmemoración del Paso del Convoy”, del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta, nº 3. El Tercer Premio fue para la “Caja de soldados”, del Parque de Artillería de Ceuta y dotado con 1.500 pts.
El domingo, día 6, no podía faltar otra Santa Misa en el Santuario de la Virgen de África. El segundo partido entre el “Ceuta Sport” y el “Recuperación de Levante”, finalizó con el triunfo local por el mismo tanteo, de dos a uno, del encuentro anterior. Hubo segunda fiesta musulmana de corrida de pólvora, tercera velada ferial, entrega de premios a las carrozas en la Caseta del Ilmo. Ayuntamiento en el Real de la Feria, concierto de la banda de música de la FET y de las JONS y tercera función de Fuegos Artificiales.
Del 7 al 13 inclusive, se prorrogó la Feria con veladas y conciertos musicales todas las noches a las 22,30. Los ceutíes pudieron disfrutar de funciones de cine sonoro público en el Real, velada de boxeo, funciones del Gran Circo Alegría, deportes marítimos, regatas y otras atracciones. El día 11 a las 22,30 tuvo lugar la inauguración, tras su remodelación, del Teatro Cervantes, con la representación del sainete de Carreño y Sevilla, “Los Claveles”, con música del maestro Serrano. Como dato curioso, en el anuncio días antes de la inauguración, una nota rogaba la asistencia a la función con traje de etiqueta o de uniforme, a ser posible y con mantón de Manila, las señoritas.
El domingo día 13, final de la velada y de la Feria, quemándose a las 24.00 horas una soberbia traca de 2.500 m. en colores. La banda de música recorrió el ferial y frente a la Caseta del Ayuntamiento se interpretaron los himnos de Falange, el Oriamendi y el Nacional.
Los impenitentes ceutíes, que elogiaron la iluminación, las actividades y particularmente las sesiones de fuegos artificiales, disfrutaron durante los diez días de sus paseos por el Real de Feria y de las atracciones existentes, tras el ayuno festivo ocasionado por la triste y lamentable guerra civil.