Antonio García Ferreras abandonó el plató de ‘Al rojo vivo’ en verano para recorrer cada eslabón de la cadena del narcotráfico en el Estrecho. El documental se emite mañana y pasado en laSexta –¿Qué vamos a poder ver en ‘Estrecho’? –El universo, territorio del Estrecho, es muy complejo y muy desconocido, incluso para la gente de España. Y me parece fascinante. Lo que ha intentado esta producción para laSexta de ‘Newtral’ y ‘93 metros’ es aproximarse a esa complejísima, apasionante y durísima realidad centrándonos, en este caso, en el tráfico de hachís.
–¿Cuánto tiempo han invertido en esta miniserie documental? –Llevamos varios meses trabajando. Sobre el terreno hemos aprovechado fundamentalmente los meses de verano pero un equipo lleva meses en el proyecto. Yo creo que cuatro o cinco al menos.
–¿Se centran más en la realidad de alguna de las dos orillas? –Lo que hemos intentado es mostrar cómo funciona la cadena completa del narcotráfico. Hemos hecho el recorrido completo y hemos intentado conocer a los protagonistas desde las montañas de Marruecos, de Ketama por ejemplo, hasta que el hachís, la droga, atraviesa el Estrecho y llega a la Costa del Sol o el Campo de Gibraltar a la espera de ser trasladada hasta las ciudades de Europa.
Hemos intentado mostrar cómo funciona la cadena completa del narcotráfico”
–Y usted ejerce de reportero sobre el terreno –Hemos intentado tener la versión, la visión y los sentimientos de todos los actores de esta historia. Evidentemente hemos estado en contacto con el mundo del narcotráfico y por supuesto hemos estado muy atentos al trabajo brutal y espectacular que hace el Servicio de Vigilancia Aduanera, la Policía Nacional y la Guardia Civil que intentan luchar contra las redes del narcotráfico. También hemos entrado en ese debate sobre si está habiendo un cambio en los códigos del narcotráfico, que es lo que se está viviendo en los últimos tiempos.
–¿Cuál es la respuesta? ¿Está aconteciendo ese cambio? –En esto coincide tanto gente del narco del Estrecho que pasa hachís siempre que puede y que tiene sus redes como las Fuerzas de Seguridad del Estado que llevan años trabajando allí. Ambas partes tienen la sensación de que hay un código que ha cambiado, que hay nuevas generaciones que han cambiado la relación con el narcotráfico. El contrabando y el narcotráfico están en la tradición de la zona por su predisposición geopolítica y geográfica. Ahí ha habido contrabando tras la guerra de medicinas, piezas… Después llegó el tabaco, el hachís e incluso la cocaína pero algunas personas con generaciones dedicadas a eso tenían un código: intentar pasar la mayor cantidad sabiendo que la Guardia Civil intenta evitarlo y que si me para, si me gana la batalla, no me enfrento. Hay nuevas generaciones y hay quien lo atribuye al mundo de las series, de Netflix, a la ‘colombianización’ mental de algunos jóvenes, que rompen ese código: paso la droga, meto la goma pero si tengo que enfrentarme lo hago. Me he encontrado algunas personas del ‘narco’ no muy cómodas porque creen que, a la larga, perjudica ‘el negocio’.
–Y ahora parece que diversifican actividad entrando también en el tráfico de personas –En ‘Estrecho’ nos hemos centrado en el tráfico de hachís aunque hemos visto que en ocasiones los equipos de la Guardia Civil tienen que derivar sus esfuerzos al salvamento de personas migrantes.
Nos centramos en el tráfico de hachís aunque ahora empieza a ser rentable traficar con personas”
Lo que te comentan es que empieza a ser rentable a veces meter en una moto de agua o en una goma a inmigrantes a los que les cobras y que si tienes un problema puedes arrojar al agua o decir que te los has encontrado en el mar. Parece que hay personas que empiezan a diversificar, a meter hachís, quince o veinte migrantes o gasolina para otras narcolanchas.
–¿Cómo han cuidado el tono del documental para no proyectar una imagen idealizada del narco? – Ese mundo del narco idealiza a un Pablo Escobar, un ‘Chapo’ Guzmán, un cartel de Sinaloa. Era un riesgo cierto pero hemos trabajado con ‘93 metros’, con mucha experiencia en México y Colombia y para mí era muy importante hacer un producto muy riguroso y contenido, sin caer en esa idealización.
En mi visión personal salen mitificados los pilotos de la Guardia Civil o Vigilancia Aduanera”
Hemos conocido algún personaje realmente muy espectacular en cuanto a las dimensiones y matices, en cuanto a su oscuridad, pero a mí me ha fascinado ese guardia civil que pilota una goma tan bien como el mejor de los narcos y que se juega la vida por 1.500 euros al mes detrás de ellos por diez o veinte veces menos o ese piloto de Vigilancia Aduanera que es un mito de los helicópteros… Esa gente es la que sale más mitificada en mi visión personal. Gente, servidores públicos, que por un sueldo muy modesto se enfrentan a gente que se busca la vida y que gana fortunas.