Los
estudios universitarios no son solo la parte final de la
educación, sino que es una parte importante de la vida y la que decide el futuro laboral del estudiante. Pero detrás de una Universidad hay algo más. Hay economía, cultura, sociedad y emprendimiento. En España existen ciudades universitarias como Salamanca y Granada que han incorporando a la Universidad en su día a día. El profesor de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de Ceuta, Fernando Trujillo, acerca la posibilidad de que Ceuta se convierta en una ciudad universitaria en una conferencia que realiza con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino. El Faro de Ceuta tuvo la oportunidad de hablar con él para conocer más sobre esta idea y sobre la educación en tiempos de covid.
–¿Cómo ha enfocado esta ponencia? ¿Cuál es el objetivo ? –Yo voy a intentar hacer una reflexión acerca del impacto que tiene la Universidad como institución, la investigación que en la universidad se realiza y la capacidad que tiene la Universidad de generar innovación en un entorno local, y en concreto, en el entorno local de Ceuta. Voy a intentar reflexionar cuál es el impacto o cuál es la situación de la UGR en Ceuta y qué capacidad tiene nuestra presencia en la ciudad de transformar la realidad, la situación y cómo vivimos en Ceuta. Ese es un poco el objetivo. Intentar, además, contextualizarlo en esta situación tan dramática que estamos todos viviendo y que, de alguna manera, nos cambia la perspectiva a todos en muchos sentidos. E intentaré acabar lanzando un poco la mirada hacia el futuro, ¿qué podemos hacer de aquí en adelante?.
-¿Ceuta se podría convertir en un futuro en una ciudad universitaria? –En realidad esta es la gran pregunta. Si yo tuviera que resumir mi ponencia en una sola pregunta es esta. ¿Puede ser Ceuta una ciudad universitaria? Esta es la pregunta. No solo si puede ser, sino en qué medida lo es, por qué lo es o no lo es y qué tendríamos que hacer para convertirnos en una ciudad universitaria. Responder que no podemos serlo o no queremos, realmente sería renunciar a un recurso de bienestar realmente importante. Entonces, lo que hay que analizar es qué tendríamos que hacer para llegar a ser una ciudad universitaria. Evidentemente, no se puede convertir en Granada o en Salamanca de la noche a la mañana. Pero, hay muchas ciudades universitarias de muchos perfiles diferentes. Ceuta no puede aspirar a convertirse en Granada, pero sí puede aspirar a convertirse en una ciudad universitaria con su propio sentido, su propia infraestructura y su propia manera de entender qué significa ser universitario.
-¿Qué convertiría a Ceuta en una ciudad universitaria? –Hay dos premisas fundamentales que ya se cumplen, que sería la docencia y la investigación. En los últimos años, además, se ha avanzado mucho en investigación y tenemos perfiles investigadores muy competitivos. Ha llegado mucha gente joven con muchas ganas de realizar investigación de calidad. Pero hay una tercera, que creo que también tenemos, que es que no tenemos malas infraestructuras. ¿Qué nos faltaría? Pues dar dos pasos: la extensión universitaria, cuando la universidad sale sobre sí misma y se vuelca sobre la ciudad, organizando conferencias, congresos, exposiciones, conciertos, entre otros, y una segunda línea de crecimiento que sería la transferencia, es decir, cuando la universidad sale del aula para generar empleo. En estas dos líneas todavía tenemos que avanzar. Pero lo veo en positivo, porque se está trabajando en ello. "Ceuta no puede aspirar a convertirse en Granada, pero sí puede aspirar a convertirse en una ciudad universitaria”
-¿Cuál sería la línea más importante? –Hay que consolidar la docencia y la investigación, pero sobre todo, mejorar la extensión universitaria y la trasferencia. Ahí es donde realmente tenemos que crear el ecosistema que permita que haya más estudiantes que quieran venir y que justifique, por tanto, que aumentemos el catálogo de títulos. Pensamos que la universidad crece desde primero de grado hacia arriba, y esto no funciona así.
-Entonces, ¿cómo sería? –Si tú a un estudiante no le vas a ofrecer unos buenos alojamientos, un buen ocio, oportunidades laborales cuando acabe, pues entonces se plantea querer venir a tu ciudad. No es una cuestión solo de que esté ese título, sino que el estudiante hace una valoración global del sitio. Y, a partir de ahí toma decisiones.
-¿Qué opina sobre la presencialidad en las aulas? –En primer lugar es una certeza que las aulas del Campus de Ceuta no han contribuido al empeoramiento del covid. Creo que hemos establecido un protocolo sanitario estricto y lo hemos cumplido a rajatabla. Pero sí he manifestado que es importante eliminar la movilidad no necesaria. En ese sentido, sí que podríamos haber hecho una contribución a la hora de evitar los desplazamientos.