Felones y traidores ( II)

Cara le ha salido al líder del principal partido conservador, Pablo Casado, la retahíla interminable de insultos al presidente del Gobierno, que desde el antiguo vocablo "«felón», hasta traidor, ilegítimo, chantajeado, deslegitimado, mentiroso compulsivo, ridículo, adalid de la ruptura de España, irresponsable, incapaz, catástrofe, ególatra, chovinista del poder, rehén, escarnio nacional, incompetente, mediocre, ocupa, vende patrias y, algunos más, aunque estos veinte ya nos parece que son suficientes para calificar -valga la redundancia- al calificador de estos adjetivos calificativos...

Cuando se sobreactúa y se va por libre, atendiendo sólo al postrero instinto franquista y olvida la voz del pueblo, sólo puede esperarse el resultado catastrófico que ha ocurrido, sumiendo al partido Popular en una crisis de tales dimensiones, que la única opción razonable es que se refunde de nuevo; y, otros líderes más moderados y con más sentido común, tomen las riendas de este partido histórico y necesario para equilibrar la vida política de nuestro país.

En nuestra opinión, Pablo Casado más pronto que tarde, tiene necesariamente que dimitir, por su propio bien y el de su partido; no cabe otra, porque un político que lleva a su partido a una pérdida de electores de tamaña naturaleza, lo prudente y lo ético es la dimisión inmediata e irrevocable. Porque hemos de decir, que su política errática y desquiciada que ha llevado a cabo en la campaña electoral, sin atender aquello que los españoles estaban demandando, ha sumido al partido al mayor fracaso desde su fundación y pone en serio peligro su trayectoria futura.

En esta segunda entrega de «Felones y Traidores», reflexionamos acerca del riesgo que tiene volver la cabeza a épocas pretéritas donde se fomentaba de manera espuria la bandera y la patria colgada de cualquier balcón, a modo de escaparate de vacío de contenido, que repugna andar siempre jugando con los signos y emblemas patrios como únicos valedores y guardianes de las esencias. Sí; es peligroso y tiene un alto riesgo ese juego de apropiación de los símbolos patrios que nos pertenecen a todos, porque a poco se puede caer -como sin duda ha ocurrido- en un patético ridículo que los españoles han columbrado un día sí y otro también, despachando a estas políticas irresponsables y sectarias, al tiempo donde sus horas en sus relojes con sus acompasados tic-tac, ya suenan para siempre en otra España, donde habitaba el fascismo y la dictadura del general aún representado en el escenario-paisaje lúgubre y sombrío del mausoleo de Cuelgamuros*, para vergüenza de los españoles...

En un primer análisis político, la debacle del partido Popular no es una buena noticia para la estabilidad del sistema democrático que nos dimos al final de la dictadura franquista. Los contrapesos de distintos signos políticos que van alternándose en el poder, dan transparencia y credibilidad a las distintas estructuras democráticas que han acabado imponiéndose en gran parte de los países con representación en Naciones Unidas.

No obstante, no nos alegramos por la pérdida de diputados del partido conservador; pero si hemos de apuntar que el pueblo español ha dado una lección de cordura y sentido común a la hora de dejar de votar al partido de Pablo Casado; porque esta nueva generación políticos del partido Popular, están llenos de radicalidad y tienen muy poca capacidad intelectual para columbrar la realidad de la sociedad española del siglo XXI. Nada que ver con la astucia, templanza y buen hacer del equipo de Mariano Rajoy. Es claro que estos tenían un sentido del Estado más acorde con los tiempos y sabían perfectamente la complejidad de gobernar un país llenos de desigualdades sociales y unas autonomías como la de Euskadi y Catalunya habitada por un alto grado de ciudadanos separatistas.

Las nuevas generaciones de «peperos» se han echado al monte y no distinguen como dijera don Antonio Machado**: «los ecos de la voces...», las «luces de las sombras», también bien pudiéramos decir.... Que ya está bien de insultar de estos impresentables de vocabulario barriobajero y sórdido, lenguaraces y doctores del léxico mordaz para aquellos que nos atrevemos a contradecir su mortecino pensamiento único; y, que son jaleados en un frenesís sin freno ni cordura desde el reino de la estulticia pura y dura, por algunos colaboradores de periódicos que piensan y al parecer continuarán pensando -por la persistencia de sus crónicas- que son los únicos patriotas; y que para ser patriotas necesariamente hay que cantar el novio de la muerte, y enrollarse en la bandera roja y gualda, y odiar a los catalanes y a los vascos....

Que para ser patriotas no hay que andar, ni es necesario todo el día y parte de la noche, ir vociferando por las esquinas llenos de irracionales odios, que apliquen el artículo 155 de la Constitución de 1978 de manera inmediata y, que si hace falta, además de la Guardia Civil y la Policía Nacional, también deberían mandar al Ejército a someter a los independentistas catalanes por su contumaz irredentismo soberanista...

Y, a esta altura del artículo, podríamos preguntarnos: ¿Quiénes son lo felones y los traidores? Tal vez, fueran aquellos que creen en el diálogo como la mejor forma de expresar la democracia, hasta llegar a un pacto donde pueda formularse una solución razonable al problema catalán. O, por el contrario, la pregunta se aviene mejor sobre los protagonistas de la sinrazón y la cortedad de miras, que en su delirio patriotero y pueril provoquen una situación irreversible, que cueste años en volver a recoser para sentarse en una mesa de negociación y alcanzar unos acuerdos razonables.

Desde luego en nosotros siempre estará apostar por una propuesta del dialogo; porque la propuesta de «a por ellos...», y las banderas desplegadas al viento, implicando a las fuerzas de seguridad del Estado y al ejército, no lleva a nada, salvo al esperpento y a la ruptura de España de manera definitiva...

De la barbarie y del fanatismo nada se allega, del dialogo y la palabra puede que todo... Nada nos queda, por tanto, por apuntar, salvo que es la hora de los valientes, apostando por el futuro, pues ya es hora de abandonar el obscuro pretérito de nuestra país donde sólo habitan los fantasmas, de nubarrones de dictadores al paño, de agitadores de pensamiento fascista donde sólo cabe una patria y un sólo pensamiento, como seres sin alma, que no tuvieran la capacidad de reflexionar; sino al dictado de la consigna mil veces repetida a modo de mantra único y absoluto sin respuesta posible, a saber: “España, lo único importante...”, y apostar por otras nuevas generaciones liberadas de ataduras y consignas propias de otra épocas ya hace tiempo clausuradas; y, que sólo habitan en el humo y las sombras de los de siempre: De aquellos que desdeñan la palabra como la fórmula mágica para ser hombres y mujeres capaces de construir el presente de hoy y el futuro de mañana, acompañados, naturalmente, sin que nos alcancen las dudas, de la libertad y de la dignidad...

Guadarrama (sierra perteneciente al sistema Central), y en la vertiente sureste de la misma. Administrativamente, se encuentra en el término municipal de San Lorenzo de El Escorial, en el noroeste de la Comunidad de Madrid(España). Este valle es famoso desde el punto de vista arquitectónico porque en el risco de la Nava (1390 m) se asienta la cruz del Valle de los Caídos. Solo se puede acceder a él a través de una carretera la M-527, que comunica la N-VI y la AP-6 con la abadía benedictina del valle.

Este valle tiene una orientación suroeste-noreste y una superficie de 1365 hectáreas. En el extremo sur está el Monte Abantos (1753 m), en el norte un pequeño cordal que lo separa del valle de La Jarosa y en el oeste está el límite con la provincia de Ávila. La altitud mínima de Cuelgamuros es de 985 m, tiene un desnivel total de 773 m y una pendiente media del 14,4 %. Toda la vertiente Norte del monte Abantos pertenece al vale de Cuelgamuros. El valle alberga el conjunto monumental del “Valle de los Caídos”, donde reposan los restos de Franco. (Licencia Creative Commos Atribución Compartir igual 3.)Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, una organización sin ánimo de lucro).

(*) RETRATO (Soledades XCVII)

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla/ y un huerto claro donde madura el limonero;/mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;/ mi historia, algunos casos que recordar no quiero.//

Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido/ —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;/ mas recibí la flecha que me asignó Cupido/y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.//

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,/ pero mi verso brota de manantial sereno;/ y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,/ soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.//

Adoro la hermosura, y en la moderna estética/corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;/ mas no amo los afeites de la actual cosmética/ ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.//

Desdeño las romanzas de los tenores huecos/ y el coro de los grillos que cantan a la luna./ A distinguir me paro las voces de los ecos,/ y escucho solamente, entre las voces, una.//

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera/mi verso como deja el capitán su espada:/ famosa por la mano viril que la blandiera,/ no por el docto oficio del forjador preciada./ Converso con el hombre que siempre va conmigo/—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;/ mi soliloquio es plática con este buen amigo/que me enseñó el secreto de la filantropía.//

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito./ A mi trabajo acudo, con mi dinero pago/ el traje que me cubre y la mansión que habitó, /el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.//

Y cuando llegue el día del último viaje/ y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,/ me encontraréis a bordo ligero de equipaje,/ casi desnudo, como los hijos de la mar.//

Antonio Machado (1876 Sevilla- 1939 Colliure)