Ceuta se escandaliza por la maniobra política tejida en torno a Acemsa. Se llevan las manos a la cabeza porque los partidos hayan buscado el momento oportuno de ‘quitarse’ los molestos y seguir con su estrategia. A mí sinceramente nada me extraña y lo único que quizá pueda sorprenderme es la aparente tranquilidad con la que ha vivido este proceso el gerente de la sociedad municipal. Un gerente que se marchará con el respeto de sus trabajadores y que ha leído en los papeles la crónica de su muerte laboral anunciada, capítulo a capítulo.
Como les decía Ceuta y en concreto los partidos políticos se llevan las manos a la cabeza por los movimientos de ficha, como si les sorprendiera lo que está pasando. Todos saben perfectamente a qué intereses se deben las formaciones y la manera en que desarrollan su papel, lo saben ellos y lo sabemos el resto. Pero sí, eso debe ser lo importante, la forma de reconducir el tablero de ajedrez y no la agonía que crece a pie de frontera, como origen de un negocio sustentado sobre porteadores a los que nadie considera trabajadores y que se ven obligados a prácticas tercermundistas que pueden acabar con sus vidas.
Resulta llamativo que ningún partido haya mostrado el mínimo interés sobre la muerte de una mujer despeñada cuando se veía obligada a hacer sus necesidades alejada de la cola en la que llevaba toda la madrugada, paso obligado para poder tener un tique y coger el bulto. Las muertes, tristemente, vienen marcadas por su idoneidad. Y a los partidos políticos no les pareció oportuno hablar sobre lo que está ocurriendo, ni tampoco lamentar una muerte. Esto es como los minutos de silencio tras los crímenes de violencia machista: se convocan según agenda, hasta el punto de que algunas mujeres son olvidadas.
El trabajo del porteo es indigno, como indigno es seguir alimentando un negocio que permite el surgimiento de mafias alrededor que juegan con las vidas de estas personas. Hay un origen al otro lado del paso y una consecuencia final en el nuestro, y lo que se mueve entre uno y otro nos debe afectar a todos porque la responsabilidad es común.
Las compañeras de Fatima aseguran que morirán más. Porque lo que se mantiene en torno al porteo es una auténtica ruina. Esta mujer dejó 5 hijos y fue enterrada en silencio. No mereció ni unas líneas para quienes aspiran a llevar las riendas políticas de nuestra ciudad. La olvidaron porque la normalizaron. Y eso resulta terriblemente grave: que ya nos acostumbremos a que mueran por 2 euros.
al final del articulo:
"El trabajo del porteo es indigno, como indigno es seguir alimentando un negocio que permite el surgimiento de mafias alrededor que juegan con las vidas de estas personas."
Esa frase lo dice todo.
Pero, cuantos en Ceuta estarian dispuestos a acabar con esto? En Ceuta las neuronas estan en paro tecnico y cuando se leen o escuchan comentarios primarios, hasta una cebolla llorara.
Lamentablemente la muerte de esta señora ha pasado desapercibida, ninguno hemos realizado un gesto de dolor, como si no hubiera pasado nada, verguenza deberiamos sentir por nuestro silencio.
El visitante desconoce lo más profundo de este país, no puede conocerlo, porque no puede llegar a él, y nunca lo hará, las palabras las lleva el viento, cualquier persona sólo con ver su forma física, su vestimenta, te dice todo.