Medio siglo bien vale un poco de flexibilidad. La farmacia Pérez Rodríguez cumplirá este lunes, 13 de febrero, cincuenta años abierta en el bajo del número 7 de la avenida San Juan de Dios, pero su fundador, todavía en jubilación activa al pie del cañón, Jesús Pérez Rodríguez, ha adelantado 24 horas la celebración del aniversario en Ceuta para poder festejarlo como se merece con su familia, amigos y trabajadores.
Ha sido este domingo en el restaurante 'El Refectorio' del Poblado Marinero, donde Pérez Rodríguez y su esposa, María del Carmen Rubio, junto a sus dos hijos también farmacéuticos, Jesús y Elga, se han reunido con toda la plantilla de la botica, casi 10 personas actualmente, para conmemorar cinco décadas de puertas abiertas.
Nacido en Ceuta, Jesús Pérez Rodríguez logró abrir el 13 de febrero de 1973 su farmacia tras “muchos años” sin que echase a andar un negocio nuevo de ese tipo en la ciudad. Entonces se ubicó al lado del que era “el único” ambulatorio local, el 'José Lafont', ya cerrado, y con unos horarios que no tenían nada que ver con los actuales: de 9.00 a 13.00 primero y de 10.30 a 13.30 horas después.
“Fue difícil conseguir todos los permisos para abrir, como después para mantenernos operativos 12 horas al día, aunque con el paso del tiempo muchos compañeros han decidido seguir ese mismo camino”, recuerda Rubio, que llegó a los 7 años a la ciudad y se considera “caballa” por los cuatro costados.
Junto a su marido son el alma de una saga de farmacéuticos, camino profesional que también han seguido tanto su hijo Jesús, que trabaja con su padre en el establecimiento familiar de Puertas del Campo, como Elga, radicada en Málaga desde hace más de 20 años.
“El de la farmacia es un trabajo muy sacrificado, pero con el paso de los años, con el contacto diario, tejes unos lazos muy estrechos de cordialidad con los clientes, con los antiguos y con los que ahora mandan a sus nietos a por sus medicinas, como con el resto de compañeros de profesión”, refieren Pérez Rodríguez y Rubio.
“Como la vida”, la actividad cotidiana en una farmacia también ha cambiado “mucho” en este medio siglo. “Cuando empezamos todas las recetas eran en papel y había que ordenarlas, clasificarlas, sellarlas... Si fallaba cualquier cosa ya no te la pagaban y hoy la informática ha cambiado mucho aquellas rutinas”, recuerda el fundador del negocio, que en estos cincuenta años ha sabido ir superando todos los “tropiezos” con los que ha topado al intentar poner en marcha “nuevas ideas” para el sector, actualmente conformado por un total de 24 oficinas en la ciudad.
Enhorabuena a la familia Pérez-Rubio. Un fuerte abrazo.