De la aduana comercial sabemos poco más que un anuncio de puesta en marcha algo confuso. Nos contaron que en enero operaría pero si se pregunta que detallen cómo sería ese proceder entonces se obtiene la callada por respuesta. En un medio nacional se publicó hasta la fecha inaugural: el 25 de enero, pero si luego buscas la confirmación oficial para que se verifique que así será, se obtiene solo una serie de incongruencias. No hay anuncio detallado por parte de la Delegación del Gobierno ni tampoco del propio Gobierno central. Así que tenemos, eso seguro, una aduana comercial virtual de la que poder vanagloriarnos los meses que queramos. Mientras tanto, en Melilla los tenemos cabreados porque allí sí que se la arrebataron y sí que reniegan de que todo sea tan bonito como nos lo pintan. Si miramos hacia atrás nos topamos con anuncios de todo tipo. Nos han enseñado fotos de cumbres al estilo casero -es decir, esas reuniones improvisadas en las que lo único que hay es una foto sacada con el móvil- y nos han asegurado que pasará el pescado de Marruecos sin problemas. Hasta nos han detallado que esto será positivo para todos y sobre todo para la economía local, pero realmente no ha trascendido reunión con los empresarios para que nos cuenten cómo es que todo será tan positivo e irá tan bien. Después, si preguntas a los que supuestamente deben saber de esto, resulta que nadie les ha informado de nada, desconocen si existe un procedimiento para operar y se preguntan qué se habrá hecho al otro lado de la frontera. Porque, claro, aquí podemos estar bailando sevillanas que si los vecinos no tocan la guitarra pareceremos pollos sin cabeza dando vueltas sin orden ni concierto. Tampoco nos cuentan si en el lado vecino tendrán sus lecciones bien aprendidas para que el tráfico de mercancía funcione algo mejor que las colas de la frontera. En nada terminará enero y dará comienzo la anunciada cumbre con Marruecos, que supuestamente debería tener lugar con una aduana comercial ya en funcionamiento. Eso es lo que nos contaron. También puede pasar que nos citen a todos los medios para que grabemos y fotografiemos cómo pasan una caja de pescado, dando así por inaugurada -virtualmente- la aduana comercial para después volver a la realidad del inmovilismo, el parón, el volver hacia atrás disfrazando todo ello de gestiones laborales con la comunión de los dos países. En fin, quedan días para ver si estamos ante un anuncio fantasma o el peor ejemplo de cómo coordinar la información.