Voy a comenzar repitiendo el inicio de una reflexión de hace meses: “Hoy seré muy breve. Intentaré sembrar la semilla de la curiosidad en ustedes. La riegan si lo desean con la líquida atención. Y crecerá la aromática flor del cuestionamiento” Una vez aquí decidan si la cortan, la trasplantan o la siguen cuidando. Este año tocan oposiciones de educación en Ceuta.
La Administración Central una vez más muestra una falta de sensibilidad absoluta hacia las necesidades de los ceutíes, y en este caso concreto de los interinos docentes ceutíes. Puesto que hay un gran número de especialidades que no se convocan en otras comunidades y sí en la ciudad. Lo que provocará un efecto llamada que perjudica a los trabajadores ceutíes. Siendo, además, en cierta forma una competencia totalmente desleal que deja a nuestros interinos a los pies de los caballos. En especial caballos andaluces.
Los sindicatos han hecho lo que han podido, la Dirección Provincial igual, e incluso la Delegada del Gobierno ha puesto su granito de arena para intentar solventar tal agravio. El Ministerio de Educación parece comprender la situación, pero no ha movido ficha, al menos ficha eficiente, hasta ahora. Mientras que “Función Pública” sí que la ha movido, de hecho, ha tirado todas las fichas del tablero de la lealtad y la empatía por el retrete. Así que a los interinos de educación ceutíes solo les queda encomendarse a los dioses en los que crean o a la logística propia de la ciudad. Mejor dicho, a las carencias logísticas de la misma. Como pueden ser, ausencia de infraestructuras hoteleras para acoger al previsible ingente número de opositores foráneos, imposibilidad de crear el número tan elevado de tribunales de oposición, la limitada, limitadísima capacidad de personal administrativo, dado los pocos que son, en la Dirección Provincial para gestionar la enorme cantidad de documentación que se creará, etc.
En definitiva vemos como Ceuta sigue siendo vista desde el Gobierno central como una flor dentro de un fanal que poco a poco se queda sin oxígeno y se va marchitando hasta secarse por completo y morir. Una vez más, y no será la última, se demuestra la nula empatía y solidaridad por parte de administraciones del Estado hacia nuestra ciudad. Los distintos directores provinciales actúan como correa de transmisión del subsecretario de turno que a su vez lo es de su superior directo y normalmente, a cualquiera de ellos, les cuesta, incluso, situar Ceuta en el mapa.
Como dijera Soul Etspes: “Legislar sin empatía es como amar sin pasión”.
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