Cerca de treinta personas se han reunido este domingo por la tarde en la explanada de El Chorrillo con la madre del joven de 17 años de Ceuta que permanece en
paradero desconocido desde el pasado jueves, Mohamed A.L.M., para intentar coordinar una estrategia de búsqueda con sus amigos y voluntarios al objeto de dar con él lo antes posible una vez confirmado que se descarta que haya salido de la ciudad en barco o helicóptero.
El entorno del adolescente ha recorrido “toda la ciudad” desde el jueves, cuando su madre le vio por última vez a las 15.00 horas, antes de acudir a su puesto de trabajo en el Plan de Empleo. El chico quedó en ir a recogerla, como solía hacer a diario, pero no apareció. Tampoco cuando cayó la noche ni al día siguiente, algo que no había hecho “jamás”, según ha subrayado Asma Mohamed en declaraciones a este periódico.
Cuando, el viernes, al finalizar su jornada, el chaval, uno de sus ocho hijos, tampoco había vuelto a dar noticias, la mujer acudió a la Jefatura Superior de la
Policía Nacional, que mantiene abierta una investigación que de momento todavía no ha dado fruto. Según las fuentes consultadas por El Faro, aunque no se descarta ninguna de las posibilidades básicas (que el joven permanezca desaparecido por voluntad propia, que haya sido retenido o que le haya pasado algo que impidiese su regreso) los agentes encargados de las pesquisas mantienen abierta una línea de indagaciones prioritaria que, de momento, ha evitado movilizarse a la
Asociación de Voluntarios de Protección Civil. “Yo pido desesperada a todos los ceutíes que me ayuden, que se pongan en la piel de una madre que lleva cuatro días sin comer ni dormir, porque yo no quiero buscarle ningún problema a nadie que pueda estar con él, sino solamente volver a ver a mi Mohamed”, ha rogado colaboración la progenitora, que ha perseguido todas las posibles pistas que ha encontrado entre amigos y allegados sin éxito.
Su círculo más estrecho ha repasado todas las barriadas de la periferia, tanto en la vía pública como por viviendas en las que pudiera encontrarse, y ha hecho lo propio por García Aldave y las playas del litoral, pero en vano. El desaparecido abandonó los estudios que cursaba en el IES Clara Campoamor a principios del presente curso y ahora se planteaba intentar encontrar una oportunidad laboral. Durante los últimos días y semanas parecía haberse distanciado de su círculo de amistades, según algunos de los presentes en la reunión de este domingo junto a Juan XXIII. El chico, que mide 1,95 metros y pesa alrededor de 70 kilos, es moreno, tiene el cabello castaño corto y ondulado y ojos bicolor. La última vez que salió de su casa, ubicada en la zona de El Gallo, llevaba un pantalón negro, una sudadera y calzado deportivo del mismo color y una chaqueta gris reflectante. Su teléfono móvil permanece apagado desde las primeras horas posteriores a su desaparición. Su hermano ha averiguado que el jueves había quedado con una chica “con la que se había peleado” para intentar arreglar sus diferencias.