Los usuarios del Servicio de Urgencias de Atención Primaria José Lafont han tenido que esperar hasta más de hora y media para ser atendidos, este domingo, debido a la falta de enfermeros en el centro. Y es que, sin previo aviso, desde este domingo la Dirección de Enfermería dejó de dotar a al SUAP del servicio de enfermería de apoyo, lo que aunado a la entrada de una urgencia médica dejó sin enfermeros al centro, sólo con la atención e un médico, provocando un colapso que han denunciado los mismos pacientes. Los trabajadores del José Lafont desconocen el porqué de esta medida, pero ha sido la gota que ha colmado el vaso de una serie de carencias que viene sufriendo el centro desde hace años. El problema se ha dado, explican los trabajadores, cuando se han percatado que desde este domingo la Dirección de Atención Primaria no ha considerado necesario el servicio de enfermería de apoyo, que durante ocho horas cubre las atenciones domiciliarias, además de otros servicios ambulatorios de urgencia como la aplicación de aerosoles, curas e inyecciones, entre otros. Este apoyo “fundamental”, comentan desde el centro, se ve más que justificado en las ocasiones en las que entra una urgencia médica, ya que los dos enfermeros que permanecen 24 horas en este centro ambulatorio, deben se atenderla y de no estar el apoyo, el centro se queda sin la atención en enfermería. Dicha situación es, justamente, la que se ha presentado este domingo. Al no estar en enfermero de apoyo, uno de los dos enfermeros de plantilla del José Lafont tuvo que cubrir la asistencia domiciliaria, momento en el que entró una emergencia, por lo que el otro enfermero, el único que permanecía en el centro, tuvo que atenderla, dejando sin asistencia a los pacientes que se acumulaban en la sala de espera. “Somos el único centro que atiende urgencias los domingos”, recrimina Jesús Sánchez, enfermero con más de 30 años de experiencia y que no entiende cómo desde la Dirección se ha tomado esta decisión de no apoyar al área de Enfermería, sobre todo sin ni siquiera avisarlo. “Ha sido una decisión dictatorial”, lamenta este trabajador, que ha expresado la preocupación del resto de trabajadores porque “algún día puede pasar una desgracia”. Lo sucedido este domingo ha llevado a los trabajadores del centro a elaborar un escrito dirigido al la Dirección de Atención Primaria y también a la territorial del
Ingesa, donde explican la necesidad del enfermero de apoyo, más los domingos, porque casos como el ocurrido esta mañana, se pueden suscitar y poner en riesgo la vida de los pacientes. “Este escrito lo hacemos por los pacientes”, argumenta Sánchez.
Carencias
A las carencias de personal hay que sumarle las estructurales y materiales. La incertidumbre que lleva años rondado el traslado del SUAP ya está rozando unos límites que los mismos trabajadores no entienden. Unas instalaciones obsoletas que por no tener no tienen ni teléfono. “El 061 nos tiene que llamar a nuestro móvil”, explica Jesús Sánchez, que no ve normal que un centro de salud no tenga línea telefónica. Puertas rotas y techos que se caen son algunas de las dificultades con las que pacientes y profesionales se tienen que enfrentar cada día. Esta situación sólo ha derivado en crispación, alertan los mismos trabajadores, que se ha traducido en agresiones verbales y amenazas por parte de pacientes que no toleran este trato.