La búsqueda de esa justicia moderna, rápida, que atienda la reclamación del ciudadano en tiempo y forma no cuadra con la realidad. La desesperación se ha convertido en norma de la casa ante los continuos fallos de esos medios que, se supone, iban a conseguir que todo fuera más rápido y, por tanto, más efectivo.
Sistema informático que se bloquea, videoconferencias imposibles de practicar, fallos en grabaciones, intervenciones telefónicas que no se escuchan y que provocan la suspensión de las vistas... Los juzgados de Ceuta acumulan, a diario, historias para no dormir, que son las que desesperan a jueces, fiscales, abogados, trabajadores del sector y, por último, al ciudadano.
Esta misma semana los componentes del Tribunal del Jurado elegidos para deliberar en torno al crimen de ‘Gufito’ pudieron comprobar in situ cómo funciona la justicia, al asistir, en primera persona, a los fallos en las videoconferencias programadas con funcionarios policiales, para desesperación del magistrado presidente, Luis De Diego Alegre.
A los fallos en cadena se añaden las inversiones que nadie entiende, como los 85.000 euros para construir la ya famosa ‘jaula’ del Ceuta Center que, en principio, se anunció como una zona para separar a familias enfrentadas en casos de violencia de género o, como ha sido el juicio de Jurado, en delitos de sangre. Los vigilantes de seguridad tuvieron que servir de enlaces para mantener a distancia a familias de uno y otro lado al objeto de evitar enfrentamientos mayores que todavía se recuerdan en los pasillos, con mechones de pelo por los suelos fruto de tanganas improvisadas.
Los fallos en cadena han dejado de servir de mero anecdotario o crispación judicial para convertirse en algo más grave, teniendo en cuenta el acuerdo de la Sala Segunda del Tribunal Supremo conocido esta misma semana, en el que se advierte de que las grabaciones defectuosas de los juicios orales pueden dar lugar a nulidades o absoluciones.
Este acuerdo remarca las dificultades generadas por las grabaciones defectuosas y señala que cuando la documentación relativa al juicio oral sea imprescindible para resolver el recurso, su ausencia en relación con los aspectos controvertidos, que genere indefensión material, determinará la nulidad del juicio oral o en su caso la absolución, tal y como ha publicado el poder judicial.
La Sala reclama complementar esa documentación “con estenotipistas que recojan la transcripción del juicio, al estimar que el actual sistema de documentación de los juicios orales es altamente insatisfactorio”. “Dada la naturaleza de las deficiencias observadas en numerosos casos debe garantizarse la autenticidad, integridad y accesibilidad del contenido del soporte que se entregue a las partes y del que se remita a los tribunales competentes para resolver los recursos”, añade.
Se pone en riesgo esa justicia ejemplar en la que confía el ciudadano por culpa de una infraestructura incapaz de mejorar.