Al anochecer, en un edificio de viviendas de la colmena de casas que configuran la barriada de Príncipe Felipe resuenan llantos y lamentos. Decenas de personas suben las escaleras para dar el pésame a una madre de dos hijos que acaba de perder a su marido; a su suegra, que acaba de perder un hijo y vive a apenas unos metros; y a decenas de familiares y amigos que prefieren mantenerse en silencio, ahogados por la pena. La noticia corría ayer noche como la pólvora por los callejones de la barriada. Una llamada (cuya autoría ayer nadie quería desvelar) avisaba a la familia de que Rachid, que partió a Siria hace aproximadamente dos meses junto a unos compañeros, había muerto. “Mi hermana está muy mal, está destrozada”, señalaba a ‘El Faro’ una de sus cuñadas aturdida también por la noticia.
Pese a que su muerte está confirmada de forma oficial, se desconocen los detalles de la misma aunque diversas fuentes apuntan a un atentado de los que semana tras semana masacra a la población siria, inmersa en una sangrienta guerra civil. Junto a él, se ha confirmado la muerte de alrededor de 10 marroquíes, buena parte de ellos vecinos de Castillejos. Rachid no fue solo. Junto a él han partido al menos otros dos vecinos del Príncipe Alfonso, llamados Mustafa (vinculado al sector del taxi al igual que el fallecido) e Ismael. Además existen sospechas de la marcha de otros dos ceutíes de otras barriadas de la ciudad, de los que se desconocen sus identidades. Según las informaciones trasladadas a la familia, Rachid habría fallecido en un atentado hace ya una semana aunque no sería hasta ayer tarde cuando la familia fue informada telefónicamente de los hechos. De sus compañeros de viaje llegan informaciones confusas, pero los familiares no han recibido llamada alguna para conocer de su paradero. El único fallecimiento confirmado es el de Rachid.
La marcha de este grupo ha estado marcada por la incógnita, ya que sus familias han declinado hacer declaraciones. Tan sólo la esposa de Rachid manifestaba días antes a este medio que su marido había partido sin más pretensiones que conocer el país, pese a que desde las fuerzas de seguridad se investiga desde hace tiempo la relación del viaje con motivos vinculados al combate. Se sabe que el trayecto no fue fácil de llevar a cabo. Al parecer tuvieron que partir a Portugal, de ahí a Holanda, en donde tendrían un contacto, para seguir la escala por Turquía. En la frontera con Siria estuvieron unos días hasta que finalmente consiguieron entrar. El porqué de ese viaje a Siria nadie lo responde con certeza aunque algunos hablan de intereses educativos pese a que desde que la situación política se complicó nadie acude allí a estudiar el Islam. También se apunta a la estancia en Ceuta de varios sirios residentes en Granada, que pudieron establecer contactos con gente del Príncipe. Se sabe también que los marroquíes de Castillejos que han partido a Siria y que han muerto (también sus familias han sido informadas de ello) habrían tenido contactos con gente afín al grupo Justicia y Caridad, un partido político islamista, fundado por el jeque Abdessalam Yassin. Tiene un número de miembros que, según fuentes oficiales marroquíes oscila entre 30.000 y 40.000, mientras que fuentes afines a la organización señalan que ronda los 200.000, siendo Casablanca y la zona norte del país sus lugares de mayor implantación.
Son un montón de ideas sueltas que están siendo analizadas por las fuerzas de seguridad con mucha prudencia desde hace tiempo.
Una familia que está destrozada
Rachid, de 32 años y autónomo del taxi, deja mujer y dos hijos. Destrozada, su esposa reconocía días antes no saber nada de los rumores que vinculaban a su marido con un viaje relacionado con el combate y aseguraba que él le había dicho que volvería, que era un viaje con unos amigos y que mantenían contacto a través de internet con relativa frecuencia. Incluso una de esas veces él mostró a través de la pantalla algunos regalos que había comprado para sus hijos. “Claro que va a volver”, confiaba. Hasta ayer.