El coronavirus sigue dejando nuevas víctimas mortales a su paso. Ceuta ha tenido que lamentar otro fallecimiento, el de una mujer de 65 años que permanecía ingresada en el Hospital. Lo ha confirmado Ingesa en su actualización de este domingo. Sería la víctima número 85 desde que empezó la pandemia, a la espera de que la autoridad sanitaria registre al vecino del Príncipe fallecido este sábado. La
Organización Mundial de la Salud sigue recomendando, aun habiendo pasado prácticamente un año desde que empezamos a vivir esta nueva realidad, evitar las aglomeraciones y mantener una distancia de más de un metro respecto a otras personas. Lo advierten incluso para aquellos casos en los que se esté nadando o en zonas de baño, pese a que la evidencia científica a la que la propia organización sanitaria se remite ha demostrado que a través del agua no se transmite la COVID-19. Sin embargo, toda precaución es poca a la hora de seguir creando hábitos que dificulten la posibilidad de contagio. El SARS-CoV-2, el virus con el que comenzó todo a finales de 2019, ha provocado una sincronización de las preocupaciones a escala prácticamente mundial durante el último año. Algo que ha conseguido, incluso, que pueda aprobarse una vacuna contra la COVID-19 en un plazo récord: tal solo 10 meses. Esto se debe, en gran medida, a que ya existían investigaciones previas sobre otros tipos de
coronavirus conocidos que han permitido acelerar los procesos de investigación. Además, la financiación prácticamente inmediata a la que han tenido acceso las farmacéuticas para desarrollar la vacuna ha sido vital para que hoy podamos estar en el punto en que nos encontramos, con la campaña de vacunación en marcha. Pero la inoculación total de la población aún no ha llegado y las autoridades sanitarias advierten que no se ha de bajar la guardia. Nuestras vidas han cambiado desde que supimos la gravedad de la realidad epidemiológica a la que nos enfrentamos. Muchas personas han perdido la vida y otras han lamentado la pérdida de familiares y allegados. Lo que permanece, un año después, es que la coordinación y la colaboración son ejes prioritarios a la hora de dar respuestas eficientes a grandes problemas comunes.