Opinión

El extremeño Domingo Piris y La Legión

Cuando en 1920 Millán-Astray fundó La Legión los aspirantes a legionarios se alistaban en los Banderines de Enganche, donde eran pasaportados hasta Ceuta, abonándoseles 700 pesetas de enganche, más 2,5 pesetas de dietas hasta embarcar en Algeciras. El primero en alistarse fue el Caballero Legionario, Marcelo Villarreal Gaitán, de 32 años, precisamente, nacido en Ceuta. Medía de talla poco más de 1,5 metros. Moriría después, luchando bravamente, el 23-09-1925, en Malmusi Alto (Alhucemas), siendo ya sargento. Su nombre figura inscrito en el Libro de Oro de La Legión.

El segundo en hacerlo el mismo día, 20-09-2020 fue Baltasar Queija Vega, primer legionario muerto en combate el 7-01-1921. Fue el bautizo de guerra suyo y de la propia Legión. Los aspirantes se alistaban en los Banderines de Enganche, siendo luego pasaportados hasta Ceuta, donde eran recibidos en grupos por Millán-Astray, arengándoles: “¡Legionarios: venís a morir. La Legión os abre las puertas. En ella encontraréis cariño, amparo, una familia. Os ofrece olvido, honores y glorias. Os enorgulleceréis de ser legionarios!”. Por eso Ceuta es “Cuna de La Legión”.

Al recoger muerto a Baltasar Queijas, le encontraron en el bolsillo un poema dedicado a su novia que acababa de fallecer. Decía así: “Nadie en el Tercio sabía/ quién era aquel legionario/ tan audaz y temerario/ que a la Legión se alistó/ Nadie sabía su historia, más la Legión suponía/ que un gran dolor le mordía/ como un lobo el corazón/ Más si alguno quién era le preguntaba/ con dolor y rudeza le contestaba/ soy un hombre a quien la muerte/ hirió con zarpa de fiera/ soy un novio de la muerte/ que va a unirse en lazo fuerte/ con tan leal compañera/ Cuando más duro era el fuego/ y la pelea más fiera/ defendiendo a su Bandera/ el legionario avanzó/ Y sin temer al empuje del enemigo/ supo morir como un bravo/ y la Enseña rescató/ Y al regar con su sangre la tierra ardiente/ murmuró el legionario con voz doliente:/ Soy un hombre a quien la muerte… (Estribillo)

Cuando al fin le recogieron/ entre su pecho encontraron/ una carta y un retrato/ de una divina mujer/ Y aquella carta decía:/ “…Si Dios un día te llama/ para mí un puesto reclama/ que a buscarte pronto iré/ por ir a tu lado a verte/ mi más leal compañera/ me hice novio de la muerte/ la estreché con lazo fuerte/ y su amor fue mi Bandera”/ Y en el último beso que le enviaba/ su postrer despedida le consagraba:/ Por ir a tu lado a verte/ mi más leal compañera/ me hice novio de la muerte/ la estreché con lazo fuerte/ y su amor fue mi Bandera/ Y aquella carta decía/: “Si Dios un día te llama… (Estribillo de despedida) / Por ir a tu lado a verte/ mi más leal compañera/ me hice novio de la muerte/ y su amor fue mi Bandera”. Después se convertiría en la mítica canción legionaria: “Novio de la Muerte”.

Pues el 10-10-1920 llegó a Ceuta un extremeño: Domingo Piris Berrocal, nacido el 2-08-1901 en Herrera de Alcántara (Cáceres), en la noble Extremadura, cuyos hijos siempre fueron audaces y valientes, porque su fortaleza estaba curtida y moldeada en el yunque del esfuerzo y del sacrificio; como tantos valientes extremeños, que a España dieron universalidad en América. Este año se cumplen el 122 aniversario del nacimiento de Piris. Sus padres eran humildes trabajadores que, habiendo fallecido ambos prematuramente, dejaron en tan triste situación diez hijos, entre los que él era el penúltimo de tan prolífera familia.

"Numerosas personalidades e instituciones solicitaron que se le ascendiera a coronel, como ejemplo dechado del coraje y valor que en La Legión hay que tener. Pero le fue desestimado porque ya antes había ascendido de forma discrecional, no regladamente"

Como los dos anteriores, también Piris resultó ser tan corto de talla que ni siquiera dio la exigida, habiendo sido en principio rechazado. Pero cuando se vio rechazado, manifestó con contundente firmeza y determinación: ¡Yo he venido aquí a ser legionario!. Sorprendido el médico que lo talló y reconoció por la firmeza de su convicción, se compadeció de él y, con carácter excepcional, terminó admitiéndolo. Y es que, en el Ejército, sus hombres y mujeres se miden por su valor y heroicidad, más que por su talla. Napoleón, que tenía complejo de bajito, lo dijo a su manera: “La talla de los grandes hombres, no se mide de los pies a la cabeza, sino desde la cabeza al cielo”.

Juró Bandera el 21-1-1920. Guiado siempre por el Credo Legionario y El “novio de la muerte”, fue llenando su extensa Hoja de Servicios con los siguientes hechos de armas: Destinado a la 4ª Compañía de la Segunda Bandera, su bautizo de guerra lo tuvo en agosto de 1921, en Sidi-Amara. Derrochó tanto valor en su primer combate, que ascendió a cabo por méritos de guerra. El 10-10-1921, que cumplía un año desde su ingreso, tuvo otra brava actuación en Monte Arbós y Sidi-Salam, resultando herido grave, siendo promovido a cabo primero. Ese mismo año, igualmente por méritos acumulados de guerra, ascendió a sargento; y por idénticos méritos iría luego ascendiendo hasta llegar a comandante. Sus jefes admiraban su bravura y acometividad, pareciendo luchar retando a la muerte.

Participó en unos 400 combates, siempre en vanguardia. Fue citado como “distinguido” y “muy distinguido” 33 veces, propuesto 3 veces para la Laureada de San Fernando, máxima condecoración militar, y otras 3 para la Medalla Militar Individual, aunque sólo le fue concedida la última. Fue 10 veces herido grave combatiendo, luciendo orgulloso en su brazo izquierdo otros tantos ángulos dorados que daban fe de sus heridas, y fue hasta 28 veces condecorado con otras tantas medallas, que ya no le cabían en su pecho.

En su Escala Legionaria sólo podía ascender hasta comandante. Cuando lo consiguió, tenía una brillante carrera militar ganada a fuerza de derroche de valor y de regar con su sangre los campos de batalla. Pero tenía tan plagada su Hoja de Servicio de valerosos hechos de armas que, por Decreto de 2-08-1961, el Jefe del Estado lo ascendió a teniente coronel, con carácter “excepcional”. Fue el único legionario que en toda la historia de La Legión consiguió tal empleo, demostrando ahí su “gran talla”.

Numerosas personalidades e instituciones solicitaron que se le ascendiera a coronel, como ejemplo dechado del coraje y valor que en La Legión hay que tener. Pero le fue desestimado porque ya antes había ascendido de forma discrecional, no regladamente. El 6-08-1963 pasó a la situación de retirado por edad; aunque el Mando dispuso que continuara asistiendo a actos militares, impartiendo conferencias y teóricas a los legionarios, apareciendo en revistas, formaciones y actos castrenses ante los que era presentado como ejemplo de valor y compendio de las mejores virtudes militares.

Ni soy militar, ni nada me vincula ni a La Legión que no sean mi estima y admiración que sobre ella conservo desde que en 1959 (hace 63 años), vi con mis propios ojos la intensidad, entrega y eficacia con que trabaja dicho Cuerpo, tras haber estado agregado temporalmente al II Tercio Duque de Alba, cuando todavía tenía su Acuartelamiento en Dar-Riffien (Marruecos), donde se hallaba instalada una Estación Radiotelegráfica de Transmisiones (Unidad donde cumplí la antigua “mili”), como cabo primero Radiotelegrafista, instalada allí para comunicarse La Legión con Ceuta.

Allí conocí dicho Cuerpo de élite. Los legionarios llevaban barba muy poblada o largas patillas, tatuajes y cicatrices de heridas de la guerra; desfilaban raudos, derechos como una vela, altivos, cabeza erguida, pecho henchido, camisa a pecho casi descubierto, con mucha prestancia y vivos aires marciales; muy disciplinados, hacían mucha instrucción, gimnasia, duros trabajos y largas marchas nocturnas. Después, mis 27 años destinado como funcionario civil del Estado en Ceuta, me permitieron seguir conociendo de cerca más a La Legión, ya modernizada, especializada y mejor pertrechada. Pero, eso sí, en el fondo, con el mismo Credo, con el mismo espíritu y con el mismo valor que como ideario le inculcara Millán-Astray.

"Ya, cuando Piris tenía 79 años, presintió sentirse 'Novio de la muerte'. Enfermó con fortísimos dolores y, presintiendo su inminente muerte, quiso con gran empeño despedirse de La Legión de su alma que tan generosamente lo acogió en su regazo al llegar a Ceuta"

Lo primero que hacen donde van destacados, es construir el escudo de la Legión en el lugar más visible; rinden emocionado culto a sus muertos sin nunca faltarles su sagrado sitial de honor para guardar y proteger a su emblemático Cristo de la Buena Muerte en la cruz, que sacan en solemne formación los “Sábados legionarios”. En Semana Santa, el pueblo de Málaga se echa cada año a la calle a presenciar el desembarco de la Legión y su Cristo en el Puerto, desfilando hasta su Cofradía y en las procesiones, siendo recibidos con vibrantes y fervorosos aplausos y vítores que ponen el bello de punta, cuando con tanta avidez y destreza se cambian de posición el mosquetón arrojándolo para arriba para luego cogerlo al caer para abajo, sin perder su marcialidad y compostura.

Ya, cuando Piris tenía 79 años, presintió sentirse “Novio de la muerte”. Enfermó con fortísimos dolores y, presintiendo su inminente muerte, quiso con gran empeño despedirse de La Legión de su alma que tan generosamente lo acogió en su regazo al llegar a Ceuta. Llamó a su general jefe, que ese día había salido fuera de Madrid en visita de inspección, pero, al enterarse, sintió la llamada del legionario más caracterizado, que le gritaba: ¡A mí La Legión!. Al saberlo el general, inmediatamente suspendió los actos oficiales y corrió junto al lecho de Piris. Al saber que el general regresaba a verlo, dispuso que no le suministraran calmantes ni fármaco algunos que le impidiera estar completamente lúcido y en plenitud de sus facultades mentales para despedirse sereno de La Legión en la persona de su general.

Ambos ya frente a frente, sin apenas cruzarse palabras, se fundieron en el más fuerte de los abrazos. Emocionados, a los dos les asomaron las lágrimas surcando sus rostros. Dos días después, el héroe Domingo Piris Berrocal fallecía. Con la visita de su general, se cumplía la consigna de La Legión de jamás abandonar a sus muertos.

El año 2011 me jubilé como funcionario perteneciente a un Cuerpo Superior del Ministerio de Hacienda, tras 50 años, 9 meses y 6 días de servicio, los 12 últimos años destinado en Ceuta como Presidente de los Tribunales Económico-Administrativo de Ceuta y Melilla, en desempeño simultáneo. Viajé a Madrid invitado por la Presidencia del Tribunal Central que, junto con los Presidentes regionales, habían organizado en mi honor un generoso homenaje de despedida en el Salón de Actos del Ministerio, presidido por el Secretario General Técnico de Hacienda, con asistencia del personal directivo, ofreciéndome también una comida de despedida.

Antes del acto, me acompañó por Madrid mi hermano, Emiliano Guerra Caballero, comandante de Ingenieros. Me llevó a una cafetería que él sabía que entonces estaba regentada por dos nietas del teniente coronel legionario Piris. Mi hermano les comentó que yo había publicado varios artículos sobre su abuelo Domingo. A ambas nietas parecía habérseles encendido sus ojos hablándonos de su abuelo. Imagino lo feliz que él se hubiera sentido de haber podido ver con el cariño con que ellas lo recordaban. Dejo aquí pública constancia de ello, porque los héroes de tan “altísima talla” como su abuelo, merecen ser honrados y recordados,

Creo que el extremeño Piris, a quien la misma Legión tan orgullosa se sintió de honrarlo en vida teniéndolo como ejemplo de valor y virtudes legionarias, junto con Millán-Astray su Fundador, son los más dignos representantes de La Lezgión. Por eso he querido que ellos sean los protagonistas de este artículo sin que nada me vinculara a ellos. “Un pueblo que no cultivara filialmente los laureles que dan sombra a la tumba de sus héroes, sería muy desagradecido”.

Entradas recientes

Una supuesta okupación desata el caos en Poblado Regulares

Varias vecinas de Poblado Regulares acudieron a El Faro de Ceuta para denunciar la supuesta okupación…

28/11/2024

Julia Garrido: "La música es para compartir y descubrir"

El Teatro Auditorio del Revellín de Ceuta acogerá esta tarde la Gala de Radiolé Homenaje al…

28/11/2024

Condenado por tocamientos a una menor en el Poblado Marinero

El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta condenó…

28/11/2024

Aldama y el "mercadeo" de medallas

Las condecoraciones al mérito de la Guardia Civil tienen por finalidad premiar las acciones o…

28/11/2024

¿Quedamos a tomar café?

Esta es una de las frases mágicas de un ritual cotidiano, decimos, expresamos, o deseamos…

28/11/2024