Empiezan a salir de las cavernas los golfos que tratan de cuestionar o justificar la violencia y el acoso sexual que sufren miles de mujeres. Esto nos debe preocupar, porque para acabar con los acosadores e indecentes es importante que visualicen el rechazo social colectivo a estas conductas, que no encuentren espacios de comprensión por pequeños que puedan ser. Los cavernícolas pueden aparecer en nuestros barrios y puestos de trabajo.
Hablando de cavernícolas y puesto de trabajo. El pasado viernes el abogado de AEGC, Jorge Piedrafita, nos informó del fallo de la Audiencia Provincial de Lleida confirmando la condena por acoso sexual de un guardia civil a una compañera del Puesto donde prestaban servicio. La sentencia ha encontrado probado que el guardia civil acosador “movido por el ánimo de obtener favores de naturaleza sexual”, se dirigió a su compañera en varias ocasiones con expresiones “humillantes” tales como “a ver cuándo hacemos un trío con mi mujer”; “soy un lobo en la cama” o “mañana te voy a violar”. Como consecuencia de este lamentable comportamiento nuestra compañera fue tratada por los servicios médicos, dándola de baja por enfermedad por trastorno ansioso depresivo.
Uno días después decidió contar la situación a los compañeros del Puesto que la animaron a presentar denuncia bajo la dirección de los servicios jurídicos de AEGC. Unos servicios jurídicos que han conseguido que el acosador sea expulsado de la Guardia Civil, además de tener que indemnizar a nuestra asociada y pagar una multa por la condena impuesta.
Nuestra compañera ha podido superar esta dura situación, pero otras mujeres no han tenido tanta suerte. Todos recordarán cómo la comandante Zaida Cantera tuvo que dejar el ejercito por pérdida de actitudes psicofísicas en acto de servicio por acoso de un coronel, además de la poca o nada comprensión de otros compañeros. Una baja que lleva consigo la pensión máxima que debemos abonar todos los ciudadanos por la indecente conducta de este sujeto.
La baja en acto de servicio pudo conseguirla, porque el Tribunal Central Militar condenó al coronel acosador por un delito de abuso de autoridad en su modalidad de trato degradante a inferior, del artículo 106 del vigente Código Penal Militar (CPM), a la pena de dos años de prisión; y por un delito de maltrato de obra a inferior, del artículo 104 del mismo texto legal, a la pena de diez meses de prisión, en ambos casos con las accesorias legales correspondientes.
La Asociación Española de Guardias Civiles ha reclamado en multitud de ocasiones la puesta en marcha de políticas de igualdad en la Benemérita. Un trabajo que ha tenido sus frutos con la presentación del ‘Primer Plan de Igualdad en la Guardia Civil’ con la sana intención de establecer y desarrollar políticas de igualdad de trato y oportunidades. Uno de sus puntos es acabar y luchar contra las posibles conductas de acoso y actitudes sexistas. Se trata de implantar medidas para prevenir y erradicar los distintos tipos de acoso, la discriminación por razón de sexo, orientación sexual y otras violencias de género. Pero lo más importante ha sido reconocer la necesidad de abordar estos temas sin complejos en una Institución como la Guardia Civil.
Hoy se celebran unas nuevas elecciones generales y desde AEGC esperamos y deseamos que el próximo ministro del Interior continúe implementando políticas de igualdad porque, como decía, acosadores y cavernícolas nos los podemos encontrar en nuestros puestos de trabajo.