Explosión de Fuerte Mendizábal. 061: “Aquello fue una prueba de fuego para la sanidad ceutí”

Los miembros de 061 que acudieron al lugar lo recuerdan como un caos.

En sus diez años de existencia, el 061 ha intervenido en todos los sucesos importantes que han ocurrido en la ciudad. Desde el asalto a la valla al accidente del autobús de los portugueses en Castillejos pasando inexorablemente por la explosión que ocurrió hace un año en las inmediaciones del Fuerte Mendizábal, que fue una de sus intervenciones más dramáticas.
Nordin, Abdelgani, Francisco y Pelayo fueron los cuatro miembros del servicio médico de emergencia que acudieron al lugar de los hechos tras el incidente. Fueron los primeros en llegar. Era una noche lluviosa, cerrada y con un terreno completamente enfangado. Lo primero que se encontraron fue un vehículo pick-up en la que se montaron cogiendo lo básico sin pensárselo dos veces. “Nos dijeron que no había más explosivos y al día siguiente nos enteramos de que aquello estaba lleno”, explican. El coche iba a toda velocidad, derrapando y bajando hacia el lugar de la explosión. “Aquel coche iba avanzando de lado porque aquello era un río de barro”, cuentan los profesionales. La primera imagen que vieron la definen como “dantesca, un auténtico campo de batalla”. La comparan con la película ‘Platoon’. “Había un hombre de rodillas, con los brazos colgando, sin dedos, sin orejas y todo lleno de barro”, recuerda uno de los médicos. “Había gritos, lamentos y llantos por todos los lados. Eso unido al fuego y a los charcos convertía aquello en algo espeluznante”, relatan. A ello se suma que era de noche y sólo disponían de los focos de luz del vehículo y de los gritos de los heridos para saber cuántos había y dónde estaban. “Todo era un caos (...) improvisamos para sacar a los heridos de aquel infierno como fuera”, añaden. Finalmente utilizaron unos coches de la propia obra para llegar hasta donde habían dejado las ambulancias. Por el camino iban pinchando morfina a los heridos para tratar de calmarles el dolor. “El tiempo nos pasaba muy rápido. Ni nos dábamos cuenta de lo que hacíamos porque íbamos saltando de un herido a otro”, cuentan. Los problemas no se acabaron cuando llegaron a las ambulancias. Había que limpiar a los heridos, estabilizarlos y trasladarlos al hospital. “Usamos cubos de agua para limpiarles el barro porque no podíamos distinguir la piel de la ropa”, narran. “Aquello fue una prueba de fuego para la sanidad ceutí (...) y salió bien”, asegura uno de los médicos del servicio 061 corroborando que la ciudad cuenta con un equipo a la altura de localidades como Madrid o Barcelona.

En el camino
Cuando el 061 recibió la llamada que les avisaba de los sucedido ellos ya habían escuchado la explosión. “Pensamos que era un polvorín porque sonó muy fuerte”, aseguraron. Al principio no les aportaron muchos datos y casi ni sabían lo que se iban a encontrar. “Por el camino nos fueron dando algunos datos, pero tampoco nos imaginábamos lo que íbamos a ver después”, narran. En la ambulancia iban recordando el protocolo de actuación para casos de explosiones. Al final, la urgencia les hizo actuar con rapidez y jugándose sus propias vidas.

Bajando por el barro
Al llegar a los alrededores de la zona no había nadie. “Nos encontramos a un hombre con un Land Rover que nos indicó cuál era el camino a seguir porque no lo conocíamos”, reconocen. Intentaron bajar, pero se encontraron impedidos por el barro. “Sentimos una impotencia grandísima”, aseguran. Entonces apareció una pick-up con algunos heridos que fue la que les trasladó a toda velocidad hasta el lugar de los hechos. “Le decíamos que corriera un poco menos porque íbamos derrapando y avanzando de lado, surcando por el barro”, cuentan. No llevaban ninguna medida de seguridad, pero no lo pensaron demasiado.

Un campo de guerra
Todos aseguran que el tiempo se les pasó muy veloz una vez que llegaron al lugar de la explosión. Un lugar que definieron como “un campo de guerra”. La escena era “dantesca” y encontraron a personas mutiladas, gritando, todo lleno de barro y sin luz. “En ese instante no sentíamos nada de miedo. Simplemente la adrenalina recorría todo nuestro cuerpo”, se sincera uno de los médicos. Como pudieron atendieron a las personas y las montaron en unos coches para sacarlas de allí.  

Las ambulancias
Llegar hasta las ambulancias tampoco fue tarea fácil. Tuvieron que montar a los heridos en unos coches de la propia obra e ir pinchándoles morfina para el dolor por el camino. Una vez en las ambulancias tuvieron que usar cubos de agua para limpiar el barro a los heridos y poder estabilizarles. Tras la actuación todos los miembros del 061 estaban llenos de barro y las ambulancias también. Tuvieron que ponerse a limpiarlas ellos mismos y les entró una llamada por un infarto.

El 061 realizó una labor que salvó la vida de los heridos

Pocas veces reconocida, la labor del 061 es siempre vital. Todos los miembros que estuvieron el día 2 de marzo de 2010 en el lugar de la explosión insisten en que ellos no quieren ningún tipo de reconocimiento, más allá de saber que hicieron un buen trabajo y la satisfacción que les aporta haber podido salvar algunas vidas. Algo que ellos no olvidan. Recientemente la ministra de Sanidad, Leire Pajín, sí que tuvo un reconocimiento para ellos por su labor, cuestión que les anima a seguir adelante.