Un grupo de investigadores procedentes de la Universidad de Málaga y la Universidad de Granada estudian en Ceuta el avance de la expansión de un tipo de macro-alga invasora, procedente del Pacífico, que avanza de manera preocupante por toda la bahía norte. Los expertos, alertados en un inicio por Obimasa, se han apoyado en la Estación de Biología Marina del Estrecho y llevan a cabo esta investigación a través de una beca del Instituto de Estudios Ceutíes.
María Altamirano, profesora titular del departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga, encabeza esta investigación, puntualizando que se trata de la tercera vez que el IEC financia una investigación centrada en las macro-algas y la segunda que se enfoca en las macro-algas invasoras.
Dentro de esta investigación, revela que desde 2016 tienen constancia de la presencia de una especie invasora en Ceuta, identificada como rugulopteryx okamurae, que procede de las costas del océano Pacífico, concretamente de Corea y Japón y que es la causante de que las costas de la bahía norte luzcan, desde el año pasado, con una gran cantidad de algas de color marrón.
Estas arribazones son las que hicieron que Obimasa diera la alerta y enviara a Altamirano una primera muestra que ha propiciado este estudio, el cual se prolongará durante todo el año. “Es solamente una especie que tiene una proliferación muy masiva y lo que está haciendo es desplazando a todas las especies que hay en el fondo”. Calcula que de las 20 o 30 especies de macro-algas que poblaban los fondos marinos de Ceuta, ahora sólo quedan dos o tres y que la rugulopteryx okamurae ha invadido por completo toda la bahía norte.
“Ha alterado por completo todo el fondo marino. Alguien que conozca estos fondos hace cuatro años, mete la cabeza ahora ahí abajo y no lo reconoce. Además es un manto homogéneo, es una biomasa brutal”, lamenta la investigadora que junto con su compañero de la Universidad de Granada, Julio de la Rosa, ha hecho un cálculo de las deposiciones de esta especie invasora, resultando que en 15 minutos son capaces de depositar entre 3 y 4 kilos en un metro cuadrado, algo que confiesa que les ha dejado sorprendidos por su magnitud.
María Altamirano reconoce que el fondo de Ceuta ha sufrido diferentes invasiones en los últimos años, dejándolo expuesto a esta nueva invasión, que ha resultado ser más agresiva que las anteriores. “Ha sufrido, en cuestión de diez años, tres invasiones de macro-algas muy, muy fuertes y lo que tenéis ahora mismo es un fondo marino totalmente alterado, irreconocible”.
En esta toma de muestras, obtenidas entre el domingo y el lunes pasado, se pretende conocer la biología básica de esta especie y crear una estacionalidad que revele su ciclo reproductivo y la magnitud que puede llegar a alcanzar. De momento, los expertos catalogan como preocupante la situación, ya que se han percatado que en las áreas invadidas hay una ausencia de peces, aunque aún deben estudiar la relación. Ahora deben analizar las muestras obtenidas, que en principio no creen que sea tóxica para el ser humano, aunque el nivel de deposición seguirá siendo muy elevado y continuará arribando a las playas de Ceuta.
Se cree que esta especie, al igual que las anteriores, haya podido llegar en el agua de lastre de los barcos o en sus cascos.
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