Eva tiene 12 años y su hermana Farah, 6. Llevan un año sin poder acudir a la escuela. Justo el tiempo que llevamos en
pandemia y los meses que lleva la
frontera con
Marruecos cerrada. Ellas están atrapadas en Rincón, junto a su madre, Randa Taabani. Son una de tantas personas y familias españolas o residentes en España que todavía no han sido repatriados y siguen en el país vecino allí sin poder volver a su hogar en Ceuta. Así lo cuenta su padre, Pedro González, que ya no sabe qué hacer para traer de vuelta a su familia después de haber sido rechazado en los formularios para lograr un billete en los
barcos de repatriación. Este explica que su esposa y sus hijas viajaron a Marruecos "cuando abrieron la frontera para que los marroquíes atrapados en Ceuta pudieran regresar". "Ella, desde luego, entró convencida de que la situación se solucionaría en breve. Y así llevamos un año", se queja González. "Mi esposa y mis hijas no pudieron viajar en avión por distintos motivos (miedo a volar y economía) y esperando regresar en barco han ido pasando los meses sin conseguir la ansiada vuelta". Cuenta que su mujer e hijas "están viviendo en una casita alquilada en Rincón que con gran esfuerzo pagamos". Denuncia que sus dos hijas, "ambas españolas, llevan todo este año sin escolarizar con lo que eso conlleva". La situación de su esposa es distinta. "Ella es residente en Ceuta pues no ha conseguido la nacionalidad a pesar de llevar doce años casada conmigo", aclara. Añade que a pesar de todo "no consiguen ser beneficiarias de un billete en los barcos de repatriación". Pedro González no deja pasar la ocasión para denunciar que más allá de su caso personal se trata de una situación que se debe solucionar por el "bien común, pues son injustas estas situaciones en una sociedad democrática como la nuestra". Se pregunta, impotente ante la situación que atraviesa su familia, si "¿es justo en un estado de derecho como el español que algo así suceda?". Es más, basándose en su experiencia, asegura que "los billetes que venden las navieras están siendo ofrecidos en el mercado negro, con lo cual muchos españoles y residentes se ven una y otra vez rechazados en los formularios que los afectados rellenan llenos de esperanza". Insiste en que "es un clamor popular entre los atrapados la existencia de un mercado negro de venta de billetes de las navieras, y eso no lo debemos consentir. Solo hay que asomarse a la página de la embajada de España en Marruecos para comprobarlo, en torno a los 200 euros para un billete que no llega a 40".