Estudio geológico de los terrenos colindantes con el fortín de Aranguren (y II)

Si tenemos en cuenta que el asfaltado de la carretera afectada por la grieta originada por la acción de esta falla se hizo hace unos diez años y que la separación que muestra en la actualidad la grieta anterior es de unos 15 milímetros, podremos calcular la tasa anual de separación de los labios de la falla que resulta ser de un milímetro y medio. Esta tasa es concordante tanto con los datos deducidos de la instrumentación de las grietas del fuerte, llevada a cabo a lo largo del los últimos doce meses, como con la tasa de sepa- ración de una grieta que afecta a una reparación de la cubierta del fuerte realizada hace también unos diez años. No obstante, la extrapolación de esta velocidad de separación a lo largo de la vida de la construcción (118 años) daría una separación total de unos 18 centímetros, cifra que no es coherente con las observaciones. De todo ello se puede deducir que el movimiento de esta falla, como de otras muchas, es esporádico y que ha sido en los últimos diez a quince años cuando la falla ha desarrolado su último episodio de actividad. Episodio que, según los datos extraídos de la instrumentación de las frac- turas, aún no ha concluido.

Por otro lado, las rocas metamóficas, como las filitas color de humo que sustentan al fuerte, presentan de forma característica una serie de planos de esquistosidad, a lo largo de los cuales este tipo de rocas puede fracturarse y deslizar con mayor facilidad. El estudio de las direcciones y buzamientos de los planos de esquistosidad de las filitas cercanas al fuerte (véase el “Esquema tectónico...”) ha puesto de manifiesto que el fuer- te de Aranguren se asienta entre dos bloques de filitas separados por la falla anterior y que cada uno de ellos muestra direcciones y buzamientos de la esquistosidad diferentes. Así, las medidas efectuadas en el bloque oriental indican planos de esquistosidad con direcciones entre 20 y 40ºN y buzamientos entre 40 y 50º hacia el SE. Por su parte, el bloque occidental muestra direcciones entre 130 y 140º y buzamientos entre 20 y 30º hacia el SW. En este punto, conviene indicar que la dispersión en los valores de las medidas anteriores es totalmente normal en rocas como ésta que muestra un plegamiento claramente alabeado, sin que esa dispersión indique que estamos midiendo planos de esquistosidad en bloques disyuntos. De hecho y según se puede observar en el “Esquema tectónico...”, los planos de esquistosidad de los diferentes bloques de terreno que limitan las fallas presentes en la zona muestran orientaciones muy dispares que se apartan significativamente de los intervalos de dispersión indicados anteriormente.

En su conjunto, los datos anteriores indican que la torre de Aranguren se asienta justo en medio de dos bloques de filitas que están separados por la falla número 4. Los planos de esquistosidad y, por lo tanto, de deslizamiento de los bloques anteriores se orientan de forma semejante a como lo hacen dos lados contiguos de un tejado a cuatro aguas, favoreciendo por lo tanto el deslizamiento de la parte oriental del fuerte hacia el sudeste y la parte occidental hacia el sudoeste. Hay que señalar también que la inclinación (buzamiento) de la esquistosidad del bloque oriental (40-50º) es mucho más pronunciada que el del bloque occidental (20-30º), lo que sin duda hace más fácil el deslizamiento hacia el sudeste de la mitad oriental del fuerte que el de su otra mitad. Además, este desliza- miento hacia el sudeste del lado oriental es contrario al provocado por el desplazamiento horizontal antihorario del bloque oriental de la falla, lo que podría también explicar la falta de desplazamiento lateral que se observa en las fracturas del fuerte.

El deslizamiento del firme sobre el que se sustenta el fuerte según los anteriores planos de esquistosidad, junto con la acción de la falla, puede explicar la formación de las grietas que afectan al fuerte y la falta de desplazamiento antiparalelo entre las dos mitades del mismo. Sin embargo, el deslizamiento sobre una superficie plana como la definida por la esquistosidad tampoco puede explicar la divergencia angular desarrollada entre los bordes de las grietas del fuerte. Para producirla sería necesario que uno o ambos lados del fuerte se deslicen sobre superficies curvas y, en el caso concreto que estamos estudiando, el único proceso que puede causar este tipo de movimiento es el de reptación del suelo.

Mediante este mecanismo, las capas más superficiales del suelo, debido a las oscilaciones diurnas y estacionales de la temperatura y la humedad, se expanden con el calor y la humedad en dirección normal al plano delimitado por la superficie topográfica. Cuando la temperatura desciende y/o el ambiente se seca, la zona superficial del suelo desciende, pero ahora, en vez de hacerlo en dirección normal al plano superficial, lo hacen en la dirección de la gravedad, lo que provoca un desplazamiento de la superficie del terreno a favor de la pendiente. La actuación real de este proceso en la zona está apoyada por la presencia de una clara curvatura en la parte inferior de los árboles que rodean al fortín, sobre todo de los de la ladera oriental, así como por las fracturas e inclinaciones de las paredes de un antiguo caserón situado a unos 30 metros hacia el este del fuerte, típicas de este tipo de proceso. De hecho, el fuerte se encuentra ubicado en la cresta de una loma con el eje de mayor curvatura en dirección norte-sur (Figura 7) y el deslizamiento de una o de ambas mitades del fuerte a lo largo de esta superficie curva provocaría el tipo de divergencia angular observado.

Conclusiones y recomendaciones

Del estudio geológico de los terrenos colindantes al fortín de Aranguren se pueden colegir las siguientes conclusiones:

1. Los cimientos del fuerte de Aranguren se hunden en los materiales de una unidad geológica denominada Beni-Mesala. Los materiales de esta unidad se caracterizan por haber sido afectados por un metamorfismo de grado me- dio y las rocas más frecuentes son las filitas “color de humo”, entre las que se intercalan importantes barras de cuarcitas, y las dolomías. En concreto, Aranguren se levanta sobre las filitas “color de humo” y, aunque las barras de cuarcitas abundan a su alrededor, ninguna de ellas está afecta de forma directa a la cimentación de mismo.

2.La formación filitosa anterior está cruzada por numerosas fallas, algunas de las cuales muestra signos de actividad reciente. Una de las fallas activas, la señalada con el número 4 en el “Esquema tectónico...”, atraviesa diametral- mente la base del fuerte en dirección norte-sur y está claramente relacionada con los problemas estructurales que le afectan.

3. La dirección, situación y velocidad de esta falla son coherentes con la situa- ción dirección y velocidad de apertura de las grietas que afectan al fuerte.

4.Diversas observaciones permiten determinar la velocidad de apertura de los labios de esta falla durante los últimos diez años que ha resultado ser de 1,5 milímetros al año. No obstante, otras observaciones indican que esta velocidad no se ha podido mantener a lo largo de todo el tiempo que lleva este fortín construido, por lo que hay que deducir que la actividad tectónica de esta falla es esporádica.

5.Además, el deslizamiento de las capas superficiales del terreno a lo largo de los planos de esquistosidad de las filitas parece también estar relacionado con la apertura de la grietas anteriores. La acción combinada de ambos procesos —apertura de los labios de la falla y deslizamiento según los planos de es- quistosidad— dan cuenta adecuadamente tanto del movimiento de apertura horizontal de las grietas, como del hundimiento de su mitad oriental. No obstante, la divergencia angular que se observa en las anteriores grietas no puede explicarse por la acción combinada de ambos procesos.

6.Para dar cuenta de la divergencia angular que muestran las citadas grietas hay que contar también con la acción del proceso denominado reptación del suelo. La acción combinada de estos tres procesos puede explicar de forma satisfactoria los problemas estructurales observados.