La Consejería de Educación y Cultura del
Ejecutivo local de Ceuta que dirige Carlos Rontomé en Ceuta utilizará los 31.000 euros que recibirá de la Administración General del Estado con cargo al reparto de fondos de
Memoria Histórica repartidos la pasada primavera para mejorar el acceso al Fuerte del Sarchal y colocar paneles informativos que trasladen a los visitantes a la etapa como cárcel de
mujeres durante la Guerra Civil.
Se pretende, por tanto, fomentar el conocimiento de las etapas democráticas de nuestra historia y de todas aquellas figuras individuales y movimientos colectivos que, con grandes sacrificios, fueron construyendo progresivamente los nexos de cultura democrática que permitieron llegar a los acuerdos de la Constitución de 1978, y al actual Estado Social y Democrático de Derecho para defender los derechos de los españoles, su nacionalidades y regiones.
El objeto de la obra es dar
reconocimiento a las mujeres encarceladas en el Fuerte del
Sarchal, que durante la Guerra Civil y la Dictadura sufrieron cualquier tipo de daño, lesiones físicas o mentales, privación de libertad, pérdidas económicas o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que constituyan una violación manifiesta de las normas internacionales de derechos humanos o una violación grave del derecho internacional humanitario.
El objeto del contrato es la dotación y la ejecución de un elemento escultórico, además de adecentar todo el recinto para que las personas puedan ir a visitarlo. En este sentido no se aclara qué tipo de adecentamiento, ya que hay que tener en cuenta que el lugar se encuentra muy deteriorado por el paso del tiempo y el poco mantenimiento de la zona.
Se trata de un elemento escultórico metálico elaborado en taller y montado en obra mediante uniones soldadas sobre una cimentación en hormigón armado. El plazo de Ejecución es de 2 meses desde la firma del acta de replanteo.
El Fuerte del Sarchal fue construido en el siglo XVIII con una planta irregular desarrollada en baja (edificada con gruesos muros de piedra y aberturas rematadas con ladrillo distribuida en dependencias habilitadas como lavaderos, almacén, garita y cocina, contando con el exterior con amplio lavadero rectangular de pila) y una cubierta de ladrillo tosco que se distribuye en una amplia terraza a modo de secadero y una nave dividida en cuatro dependencias sin que se conserve el techo a dos aguas.
En su lado sur se aprecian los restos destruidos de un primer cinturón defensivo a modo de muralla y foso, así como los de lo que podría ser una garita-torreón de vigilancia.