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Cincuenta y cinco autorizaciones fueron a menores acogidos ‘activos’ y una decena a chicos “fugados”
La Administración General del Estado concedió el año pasado 55 autorizaciones de residencia a otros tantos menores extranjeros no acompañados (MENA) tutelados por la Ciudad Autónoma en Ceuta y renovó otras 18 en virtud de lo previsto en los artículos 35 y 196 de la Ley Orgánica de Extranjería y de su Reglamento, respectivamente.
Según la información facilitada por el Ejecutivo de la Nación, en 2015 se solicitaron y concedieron 16 autorizaciones de residencia y se renovó una decena, mientras que el año anterior solo fueron nueve y una, respectivamente, siempre en relación con MENA con la consideración de ‘activos’.
Además, en 2016 se dieron diez autorizaciones de residencia a menores foráneos fugados del centro de acogida, tres en 2015 y una tanto en 2014 como en 2013.
Los datos de Melilla son mucho más abultados, pues el año pasado se concedieron 85 permisos de residencia a MENA ‘activos’ y 72 a ‘fugados’, así como 75 y 44 renovaciones.
La diputada socialista Carlota Merchán preguntó al Gobierno central por las autorizaciones de residencia temporal tramitadas, concedidas y renovadas a menores extranjeros no acompañados (MENA) en las ciudades autónomas durante los últimos cinco años, así como por los protocolos de actuación y coordinación de que disponen el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil con las policías locales y autonómicas para la atención a esos jóvenes.
En su contestación, el Gobierno de Rajoy explica que hace tres años los ministros de Justicia, Empleo, Asuntos Exteriores, Interior y Sanidad firmaron con la Fiscalía General del Estado un Acuerdo para la aprobación del Protocolo Marco sobre determinadas actuaciones en relación con los MENA que se tradujo en un texto “destinado a coordinar la intervención de todas las instituciones y administraciones afectadas, desde la localización del menor o supuesto menor hasta su identificación, determinación de su edad, puesta a disposición del Servicio Público de protección de menores y documentación”.
El Apartado I del Capítulo II del aludido Protocolo establece que cualquier autoridad, institución o entidad local o autonómica, que localice, acoja o reciba a un menor extranjero, lo comunicará con la mayor brevedad posible a la correspondiente Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras del Cuerpo Nacional de Policía, así como a la correspondiente Delegación o Subdelegación del Gobierno y al Ministerio Fiscal.
Este mismo deber general de comunicación viene recogido en el ‘Protocolo de actuación Policial con menores’ de la Secretaría de Estado de Seguridad actualizado en abril, que establece la obligación de comunicar con la mayor brevedad posible a los órganos enunciados en el párrafo anterior la localización de un menor extranjero solo.
Una “realidad problemática” para la que “aún no existe solución”
Chistian Alexis Sánchez y Luis Enrique Ramos han publicado en la Revista Internacional de Didáctica y Organización Educativa un trabajo titulado ‘Análisis del fenómeno los mena en la ciudad fronteriza y multicultural de Ceuta. Elementos para la integración social y educativa’ en el que profundizaban en “una realidad problemática para la cual aún no existe solución”.
A juicio de los autores “los proyectos migratorios, número y perfiles de los menores son variados, así como las respuestas sociales y educativas que se ofrecen, pero los intentos de atender al colectivo no resultan exitosos y en la sociedad se detectan ciertos brotes de racismo”.
Ante esta situación, elaboraron un estudio “multimétodo” para conocer y analizar la realidad de los MENA en la ciudad “desgranando diversos factores que inciden en su integración social y educativa” con un cuestionario y entrevistas para recoger la opinión de jóvenes y profesionales que atienden a este colectivo.
Varios entrevistados señalaron que muchos de los menores se sienten “desplazados por la sociedad de acogida” y observados cuando van a sitios públicos como el centro comercial o la Feria.
Los menores extranjeros no acompañados perciben “desconfianza” por los ciudadanos de la ciudad.