“Esto es la cueva de Alí Babá”, dice desesperada una empresaria de la calle Solís intentando explicar la inseguridad que sufre a diario en su propio negocio.
El último episodio lo vivió el pasado martes, sobre las ocho y media de la tarde, cuando un individuo de unos 40 años se introdujo en este establecimiento comercial, se dirigió a una zona en la que se almacenan cajas de pijamas y camisones, cogió varias y salió huyendo. En esta ocasión, la propietaria de esta tienda pudo ir detrás de él y recuperar la mercancía justo en el paso de cebras, logrando huir el ladrón.
No es la primera vez que esta empresaria sufre robos de este tipo sino que éstos se han convertido ya en un problema constante, hasta el punto de que se producen de uno a dos cada mes.
Esta empresaria alerta de que por esta zona hay individuos que merodean a la espera de encontrar el momento idóneo para entrar en un establecimiento y robar algo.
Esta situación la achaca, en primer lugar, a la falta de presencia policial, por lo que solicita que los agentes pasen por esta zona más a menudo, una presencia policial que tendría un efecto disuasorio para estos ladrones.
Por otra parte, denuncia la falta de luz en esta calle, ya que sólo hay una farola, y la poca luz que emite no llega hasta la puerta de estos establecimientos porque lo impiden los árboles que se sitúan en la acera. Lamenta que hace ya unos cinco años solicitaron al Ayuntamiento que instalaran más puntos de luz en esta calle y que sólo pusieron esta farola. La afectada asegura que esto también perjudica la llegada de clientes a su establecimiento.
No es la única que sufre robos en esta zona. Ayer, sin ir más lejos, tres individuos entraban en un establecimiento cercano para, aprovechando que estaba lleno de clientes, coger uno de ellos algunos artículos y salir de la tienda rápidamente haciendo sonar la alarma.
Se sospecha que todos estos individuos relacionados o forman parte de una banda ya que los que entran en las tiendas para robar saben dónde se encuentran los artículos.
En esta calle también se han producido tirones de bolsos a viandantes, lo que la convierte en un punto negro en lo que a seguridad se refiere.
Los robos no son el único problema que tienen estos empresarios: en otro establecimiento incluso se introdujo un día un individuo en estado de embriaguez y comenzó a molestar, teniendo los responsables del negocio dificultad para sacarlo.
Otros empresarios se quejan de la falta de limpieza de esta calle, donde se pueden ver manchas en el suelo e incluso en las fachadas.
Comerciantes que han sido consultados por este medio consideran que todos sus problemas se solucionarían con más presencia policial, aumentar los puntos de luz y que haya una mayor limpieza.
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