Lo que más molesta, tanto a la empresa de autobuses como al comité de empresa de Hadú Almadraba, es que por parte de la Ciudad Autónoma hay un silencio absoluto en los planteamientos que se hacen para resolver la ruina económica en la que está sumida la concesionaria del servicio de transportes urbano.
Se está echando de menos, desde luego, que no se haya producido a estas alturas ninguna reunión específica donde por parte de la Ciudad se establezca una ‘hoja de ruta’ que permita ver la luz al final del túnel. Nada más que el intercambio de algunos mensajes y la comunicación el pasado martes de la transferencia de cuarenta mil euros que permitió desbloquear el paro que habían comenzado unas horas antes.
Fuentes de la propia empresa confirmaron a esta redacción que lo único que conocen es lo mismo que ya se publicó en los medios de comunicación, es decir, que por parte de Procesa se está haciendo un informe técnico para ver como se debería realizar la asunción de las pérdidas que tienen a lo largo de los últimos meses y, por otro lado, que se solicitó un fondo al Ministerio de Transportes, no reembolsable, al igual que otras autonomías con la intención de utilizarlo para cubrir esa pérdidas. Pero entienden que no es suficiente porque el tiempo pasa y dentro de unos días tendrán otra vez el problema de pagar los sueldos a los trabajadores y no tienen suficientes fondos. En esta ocasión no saben si ni siquiera dispondrán de la posibilidad de abonarles el 50% como lo hicieron hace unas semanas.
No comprenden como a pesar del reconocimiento que hizo el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, de que tenían derecho legal a recuperar las pérdidas que se les van acumulando, aún no se ha tomado una decisión rápida porque, por ejemplo, piensan que la decisión de un fondo que ahora mismo se encuentra en el Ministerio de Hacienda se puede retrasar varios meses hasta que la Ciudad Autónoma dispongan de esa cantidad. Las pérdidas acumuladas cada mes rondan los 200.000 euros y por ello, desde que se inició el Estado de Alarma se calcula que ya van por 400.000 euros y afirman que es imposible poder seguir subsistiendo mucho tiempo más.
En otro orden de cosas tampoco descartan que cualquier día tengan que comunicar a la Ciudad Autónoma que es la propia empresa la que suspende la salida de los vehículos porque ni siquiera tendrían para el gasto diario del combustible que consume su flota de autobuses y otras cuestiones que suponen inversión.
A partir del martes: Los trabajadores saben que el camino son las medidas de presión inmediatas
Quienes sí tienen claro, por el momento, que deben incrementar las medidas de presión son los trabajadores que, como anunciamos en nuestra edición de ayer, a partir de este próximo martes realizarán paros de dos horas, sesenta minutos por la mañana y el mismo tiempo por la tarde, para denunciar que la misma empresa ya les ha dicho que no podrán cobrar a finales de este mes. Una decisión que la han comunicado ya a la misma empresa para que conozca la decisión adoptada en la asamblea de trabajadores que tuvieron el mismo sábado después de una conversación entre el presidente del comité de empresa y la Gerencia de Hadu Almadraba.
Unas medidas de presión que desembocarían en la petición de huelga indefinida que en los próximos días se entregará en el área de Trabajo de la Delegación del Gobierno para el inicio de ese paro a partir del próximo 9 de junio a primera hora.
Lo mejor sería para todos una huelga indefinida, cierre de empresa durante un tiempo y empezar de cero cuando la situación lo recomiende, porque lo que se propone es pan para hoy y hambre para mañana.
Otro Grupo que quiere comer de la vaga gorda.
Seguro que usted es uno de esos que cobra una de esas pagas raras que hay hoy en día o "trabaja" en algún chiringito subvencionado "haciendo valer los derechos de la gente" o alguna chorrada similar mientras vive en casa de unos padres a los que no ayuda ni llevando su propio plato a la cocina, mientras critica a gente que se levanta a las tantas de la mañana para que elementos como usted lleguen a tiempo al banco a cobrar, como si lo viera.