Recorrían lo más rápido posible los 622 kilómetros que separan Ceuta de
Marrakech con la firme voluntad de
ayudar. En el camino recibieron una llamada: "Lo que necesita la gente son tiendas, un sitio donde dormir". En ese momento lo tuvieron claro, la
esperanza comenzaba por el techado. Alex Machado, brasileño con pasaporte español y residente en la ciudad autónoma y sus colaboradores de la Asociación Dynamis reaccionaron rápido ante el brutal
terremoto que asoló el Reino Aluita. Cogieron el coche, pasaron la frontera e hicieron camino. Tras la llamada, se dirigieron a Marrakech, donde consideraban podían obtener los materiales necesarios para elaborar las tiendas de campaña que servirían de cobijo para aquellos que se han quedado sin hogar por culpa de los temblores.
"Como es una ciudad grande, los materiales se pueden conseguir, eso sí, hay que andar moviéndose de un lado a otro para lograrlo y eso lo dificulta", explica Machado. Él y sus colaboradores prepararon sobre la marcha un proyecto para construir tiendas baratas y se hicieron con los materiales para montarlas. Lona y una estructura sencilla con tubos de pvc, que permiten "dormir y hacer vida en familia hasta a cinco personas por habitáculo". Por el momento han comprado material para cien, aunque deben ir desplazándolas poco a poco, contando solo con un coche, mientras se coordinan con otras asociaciones que ayudan en la zona.
"Hablar con los demás y coordinarse es fundamental. Repartirnos las zonas y así todo el mundo puede contar con lo necesario. Estamos viendo si nos pueden ayudar con furgonetas y que cada uno se encargue de diez o quince tiendas", cuenta este vecino de Ceuta. Durante la noche de este martes, por ejemplo, recibió la llamada de varios afectados que necesitaban doce tiendas: "Era lo que teníamos montado en el coche y esta mañana (por el miércoles) hemos podido llevárselas", abunda Machado.
Combatir la desesperanza
Aprecia el cooperante "que la gente ha perdido la esperanza", sabedores de que "aunque ahora todo el mundo está volcado, en tres semanas se quedarán solos". Por ello considera fundamental que se pueda proceder "a la reconstrucción de las casas" con la intervención del gobierno del país y "también de otros de fuera". Entre las ruinas, "muchos duermen a la intemperie aún". Pasan frío, "porque en las montañas ya han bajado las temperaturas nocturnas" y los niños, vagan entre el aburrimiento y la falta de comprensión de lo sucedido. Precisamente a ellos va dirigida otra de las iniciativas que Machado y los suyos están tratando de llevar a cabo. "Vamos a hacer juegos
deportivos con los niños, para que puedan estar entretenidos y por ahí recuperar la alegría", destaca Machado, cuya asociación se dedica precisamente a la difusión del fútbol con fines sociales. Ellos permanecerán en Marruecos aproximadamente diez días, en los que esperan dejar sembrada la semilla de la recuperación en una zona sumida en el desanimo.