Esperanza escrita en la lista

Miles de ceutíes están pendientes del listado que podría otorgarles estabilidad económica en los próximos meses

Un millar han conseguido trabajo y cientos de alegaciones esperan ser revisadas

Senda es huérfana. Tampoco tiene abuelos, hermanos ni ningún familiar directo que pueda ayudarle. “Vivo de la caridad de mi prima y de mi pareja. Tengo estudios, nunca me llamaron y es cierto que no tengo hijos pero también los que no somos padres tenemos que comer”, explica visibilizando una situación a la que debe hacerse frente y que cada año supone que cientos de alegaciones sean recibidas para reelaborar el listado de los Planes de Empleo definitivos. Ayer por la mañana cientos de ceutíes acudían a la Oficina de Empleo a revisar si eran o no los agraciados con uno de los puestos de trabajo que con una duración máxima de nueve meses les permiten salir adelante ese tiempo y posteriormente cobrando el desempleo. Con lágrimas en los ojos una vecina del Recinto que prefiere no dar su nombre, explicaba su situación. Madre de tres hijos ya en edad de trabajar que viven a su cargo, separada y ni sus hijos ni ella aparecen en las listas. “Estoy muy disgustada porque he trabajado en todo lo que he podido, he pedido ayuda en todas partes incluso en el Centro Asesor de la Mujer al que acudí por ser víctima de malos tratos y me dijeron que no podían ayudarme... entonces ¿qué hago?”. Había mucha gente desesperada con la única esperanza de presentar alegaciones y esperar a un listado definitivo que se calcula saldrá en dos semanas.
El 56,8% de los 1.115 empleos serán para personal no cualificado, el resto para personas con formación en diferentes ámbitos. Para muchos de los que se arremolinaban en torno a las listas la formación no importa, tampoco los años que lleves desempleado y la situación de necesidad que se está pasando. “Aquí la palabra que importa es el enchufe, pues todos conocemos a gente que con muy poco tiempo en el paro le han vuelto a llamar y quizá esté en mejores circunstancias que otras personas que no les llaman”, reclamaban. También muchos lamentaban que “parece que el poco empleo que tenemos en Ceuta va a parar a manos de marroquíes. Ellos tienen aquí la residencia pero son muchos los que realmente viven en Marruecos y vienen a trabajar aquí si les sale el Plan de Empleo y nosotros que vivimos aquí y somos hijos de Ceuta estamos pasándolo fatal”. Algunos intentaban emular a la población melillense que ha salido a la calle incluso a montar barricadas para exigir unos planes de empleo “más justos”. “Debemos unirnos, denunciar las injusticias”, animaba Jesús, un vecino ceutí indignado por la cantidad de años que lleva en paro y la adversidad que ve ante sus ojos.
Parados Solidarios
Por su parte, desde la asociación ‘Parados Solidarios Activos’ han manifestado la indignación por lo que consideran “una tomadura de pelo del Gobierno de Ceuta, ya que nos sentimos frustrados porque nos han hecho entrevistas en el ‘54’ después nos hemos reunido con la consejera de Empleo y nos dijeron que teníamos el perfil para estos Planes de Empleo, que si no entrábamos haríamos cursos de formación pagados pero se han reído de nosotros”. Aseguran que van a seguir luchando hasta el final y a “sacar los trapos sucios del Gobierno que se ríe de nosotros y juega con nuestros sentimientos”. Así lo manifestaba la presidenta de la entidad, Meriem Abdelhuajed Said, que durante meses se manifestaban frente a las puertas del Palacio Autonómico para denunciar la situación del desempleo en Ceuta. Como siempre, luces y sombras en este tema. “Llevo 5 años en paro. Estoy feliz y en la lista” Mohamed es de Manzanera. Es de los pocos que ayer sonreía en la Oficina de Empleo de Pedro de Meneses. Aunque espera la lista definitiva, todos le felicitaban y el no podía evitar sonreír. “Llevo cinco años en paro desde el último Plan de Empleo en que me llamaron y trabajaba de vigilante. Ahora me ha tocado lo mismo”, explica contento. Tiene tres hijos de 8, 11 y 17 años y salían adelante con una ayuda de su mujer de 300 euros al mes. “Me siento bien y estoy muy contento, la verdad”. “Tengo dos hijos que terminaron en la cárcel por traficar” Hafida (a la derecha de la imagen) lleva desempleada desde hace nueve años. Vive en casa de sus padres con sus dos niñas y su marido. La vida se ha complicado y recibe una ayuda de algo más de 400 euros con la que colabora en la casa y salen adelante a duras penas. “No me voy a aprovechar de sus padres que ya bastante es que nos dejan un techo y si no fuera por ellos por la situación de la vivienda en la ciudad no sé que sería de nosotros, pero ya queremos poder tener nuestra casa y salir adelante”, explica. A su lado, Aisha, que habla sin tapujos de una situación económica que afecta a muchos ceutíes y que en su casa ha traído muchos disgustos. “Dos de mis cuatro hijos están en la cárcel por tráfico de hachís, ellos quieren trabajar y han buscado durante mucho tiempo pero mira dónde terminan muchos de nuestros jóvenes”, lamenta entristecida más aún cuando ha comprobado que su nombre no aparece en ninguna lista. Esperaba poder trabajar para salir adelante, ahora su marido está enfermo pero trabaja en la limpieza. Se conforma con lo que le ha tocado pero asegura que “la situación es muy complicada”, explica poniendo cara a un problema muy grave en Ceuta y que afecta a muchos jóvenes en la ciudad que se ganan la vida como pueden aunque sea con actividades ilícitas. “Al menos uno de cada familia” Hafida (centro) tiene cuatro hijos y lleva siete años en paro.Su hermana lleva el mismo tiempo. Una manutención de su exmarido para sus hijos que recibe de forma irregular le permite sacarlos adelante así como algo de comida que recibe de Asuntos Sociales. No ha tenido suerte. Tampoco su vecina, de Príncipe Alfonso Anisa, que tiene cuatro hijos, el menor de apenas cuatro meses. Malvive con su madre cobrando una ayuda que apenas le alcanza para leche y pañales y que pronto se le va a terminar. Su marido trabaja en el Tarajal cuando puede y a veces llega lleno de golpes. Fatima (derecha) vive en Loma Colmenar. Su hogar está compuesto por cinco personas que sobreviven por la ayuda de Asuntos Sociales en comida y 180 euros al mes que consigue como limpiadora. “Que llamen al menos a uno de cada familia, para pagar la luz y el agua”. “Llevo siete años en paro” Jesús Morilla (derecha) envidia la unión de los melillenses que consiguieron que no quitaran la ayuda de los 426. Tiene 48 años, está soltero y vive en casa con sus padres, una hermana y dos menores. Viven con una pensión de su madre y otro de su hermana por enfermedad que apenas llega a los 600 euros. Denuncia que todos necesitan comer y que hay personas que entran en las listas cada dos años. Como él está Mohamed (izquierda) que lleva siete años en paro. Vive en Erquicia, tiene dos hijos y con 26 años la comida de su hogar depende de la ayuda de sus padres. “Estoy muy triste y siempre luchas por salir adelante pero en Ceuta es difícil”. Said vive en el Príncipe y tiene cuatro niños. Sale adelante con 280 euros. Él trabajó hace dos años pero su mujer no lo hace desde hace siete. “No ha habido suerte, esto es una ruina pero hay que seguir”. “Tuve que irme a Castillejos” Reduan lleva más de una década en paro. Es del Príncipe “como una gran parte de los parados en la ciudad”, reconoce. Casado y con una niña de año y medio, las circunstancias le han obligado a trasladarse a vivir a Castillejos como están haciendo muchos ceutíes debido al encarecimiento de la vivienda y a la inexistencia de un sueldo que pueda costear esos precios tan elevados. “Aquí una casa con una habitación te puede costar 300 euros y en Castillejos aunque también está subiendo puedes tener casa por 180”. Se ha visto obligado a vivir más allá de la frontera con lo que eso supone y allí se va ganando la vida como puede con pequeños mandados “siempre asfixiado y agobiado”. Ayer al ver que su nombre no estaba en la lista sintió mucha pesadumbre. “Estoy fatal, hundido, tenía una ilusión y esperaba poder aliviar la situación durante un tiempo pero no ha sido tampoco este año y seguiré luchando”, explicaba denunciando prácticas de enchufismo. “Sólo me queda alegar” Abdella vive en Sidi Embarek. Ha sido de los más madrugadores para ir a comprobar si su nombre aparecía en las listas provisionales del Plan de Empleo. No ha tenido fortuna y con semblante serio explica que no le queda más remedio que presentar unas alegaciones y en base a eso esperar al listado definitivo. Su mujer tiene una discapacidad del 62% y salen adelante con una ayuda de 300 euros. Lamenta que hay muchos personas que están pasando necesidades y que sólo les queda la oportunidad de poder prosperar con los Planes de Empleo. Lleva desde el año 2012 en paro y tiene tres hijos en edad escolar con todo lo que eso supone.

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