Llaman al timbre, traen una cinta de correr que me ha regalado mi hija. Sabe que me han cortado las alas (los pies), al no poder correr un rato cada dos días. El regalo llega tarde ya que se compró antes del 19 de Marzo, ya habían dicho que se tardaría unos veinte días por la demanda existente. Me parece excesivo el precio e intento contribuir al excesivo regalo. En casa ahora somos cuatro porque estamos atrapados y nos cogieron en el límite del Estado de Alarma. Mi hija podrá, afortunadamente, trabajar desde casa. Un nieto que se empeña en estudiar intensivamente con la “play” y por más que le digo que lo importante es leer cuanto más mejor, me dice que las nuevas tecnologías traen al momento lo que necesito. Ya saben tres contra uno, siempre tengo las de perder. Ya tengo un compañero de promoción fallecido por el maldito virus, era una bellísima persona, pero eso al virus no le importa, también un amigo íntimo ingresado por el virus, y familiares íntimos infectados, parece que no les hacen caso, uno de ellos se hizo el test particularmente dando positivo, a partir de ahí llama y no le hacen caso, sus padres desesperados. Yo mientras esperando el virus llegado de la China comunista, el comunista virus. Otros amigos creen que tienen el virus pero no se han hecho ninguna prueba, es posible que confundan los síntomas del virus. Mientras el número de muertos sube sin parar y el de los contagiados con mayor fiebre, la lista se calienta cada día. El coche acabará por no arrancar, he de sacarlo a la puerta y tenerlo encendido diez minutos para que se cargue la batería y no me deje tirado cuando lo necesite. También he de tirar los plásticos y los cartones, por supuesto cada uno en su contenedor específico, como me recalca continuamente mi mujer. El pelo me está creciendo en demasía, a mí no me gusta ir a la peluquería, al contrario que las mujeres que la adoran y consideran que es una especie de clínica psicológica, donde entran mal peinadas y creen que van a salir como letizias, claro no siempre es así, pero las peluqueras tiene un arte que no tienen los peluqueros, las convencen de que echándose en su cabecita tal producto de una marca conocida o aquél otro de la misma marca pero reciente, van a deslumbrar a toda la vecindad, el resultado es sabido, no en el momento porque tienen que pagar con tarjeta y eso son palabras mayores. Esperen un momento que voy a lavarme las manos, pero no al modo “cualquiera”, no, los dedos deben pelearse entre sí con cierta fiereza, así me lo han enseñado en mi casa.
La cinta la he logrado montar y he empezado a cabalgar sobre ella, todavía no sé si la velocidad está en millas o kilómetros por hora, será que voy despacio. Como hace tanto tiempo que no corro, he de empezar suavemente, treinta minutos por ahora serán suficientes. Todavía no he logrado convencer a mi hija sobre la cuestión de compartir lo que le ha costado. Llaman al timbre varias veces, no sé lo que traen porque no es para mí. Me señalan desde el periódico de mi tierra, Ceuta, en el que normalmente publico mis artículos, que debido a la situación han reducido el personal en la redacción del periódico y reducido el número de hojas, lo que quiere decir que me publicarán con mayor retraso mis artículos. Veo en los periódicos que los marroquíes huyen de Ceuta y Melilla incluso en patera hacia su país por temor al virus, lo que demuestra la gravedad del mismo. Yo sigo esperando al virus. Y es que he leído que la vacuna es impensable que esté lista al menos en un año, y que el virus entra en la sangre y según lo que encuentra actúa pudiendo matar a la persona si no tiene la inmunidad suficiente, si pasa esa fase, aunque se cure ya ha quedado con cierta primera inmunidad que no es suficiente hasta que le pueda ser inoculada la segunda inmunidad que la da la vacuna, por lo que pueden ser objeto de una nueva infección. Esto de ser un ignorante en tantas cosas, y esta es una de ellas, parece que estamos dirigidos a tener el virus para tener esa primera defensa. Claro que lo que he leído en los periódicos no es fiable. Pero es tanta la ceguera que tenemos. Seguimos esperando el Virus. Mientras el Ministro de Sanidad, un filósofo de pro, que tiene cara de buena persona pero muy despistado lógicamente en cuanto a la sanidad, ha comprado miles y miles de test para el corona virus, pero al parecer no valen porque los han comprado a una empresa no fiable, si Platón levantara la cabeza y es que hay chinos y chinos.
Mientras en mi casa vienen unos tres paquetes al día, no sé si los compran al señor Online o a la señora Internet. Trabajo en lo que puedo y también leo, ahora estoy leyendo una novela de un tal, Malcom Gladwell : “Talking to Strangers”, analiza como la mentira es difícil de ser encontrada, es decir ¿quién dice la verdad? Relata varios casos, entre ellos el de una espía que sirvió en la CIA, Ana Montes, que fue la mejor espía al servicio de Fidel Castro, difícilmente pudo ser descubierta por lo segura que era al responder ante los hechos consumados; otro caso, de un entrenador deportivo que fue pillado “In fraganti” en las duchas de los vestuarios abrazado a un chaval, ambos desnudos ante un caso claro de pederastia, la claridad inicial se fue obscureciendo y otro caso de un asesinato en el que el novio de la chiquilla había sido descubierto en el último momento. La mentira nos envuelve. Nunca sabemos realmente quien dice la verdad. Salvo con el Vacío ya que siempre miente. La cara y la mirada de frente es un modelo necesario y así cuenta el caso de un juez que anula la petición de defensa de una mujer porque llevaba el velo islámico y la mujer responde que es creyente musulmana y antes que el juez, la juzga su dios, sin embargo accedería a quitarse el velo si el juez fuera mujer. Mañana continuaré leyéndolo. Perdonen pero he de ir a lavarme las manos, ya saben con los dedos peleándose. Salgo con las manos enrojecidas. Mientras voy a ver si encuentro alguna ópera en español, además de “Marina”, la de Emilio Arrieta, que la elevó de Zarzuela a Ópera y hay una versión de Alfredo Kraus, mi preferido entre los tenores españoles (“Costas las de Levante, playas las de LLoret...”).
Sigo esperando al virus, los problemas de móviles no le entran a mi nieto. Es solo una fórmula que combina espacio, velocidad y tiempo, pero no hay manera. La play no se lo soluciona, pero la maneja con mucha destreza, mata guerreros como el virus personas. Ya hay, aquí en España, más de 4.000 fallecidos y 56.000 contagiados. Dicen que la tal Montero la novia ministro, no se arrepiente de su “manifa”, pero a quien le importará lo que diga o haga. Mientras sigo esperando al virus. Mañana tengo que ir al supermercado y después he de limpiar todos los paquetes antes de entrarlos en la casa, son órdenes de la “superioridad”, a quien se lo ha dicho una amiga a la que se lo ha dicho otra de la infancia. Mientras me voy a escuchar el 2º movimiento de la Octava sinfonía del gran sordo. Antes me lavaré las manos ferozmente, mi vecino que es farmacéutico nos ha regalado un frasco de desinfectante. El problema desborda a los adolescentes que nos gobiernan.
Acabo de enviar un wsp a mi amigo que está ingresado, el ánimo que no le falte. Mi mujer sale para ir no sé si a la Luna o a Marte, eso sí pasando por el supermercado, lleva máscaras y todo tipo de protección, yo todavía no he contactado con Cabo Kennedy. La cosa no está hoy para bromas, en 24 horas hay 832 fallecidos, más que nunca en un país y 72.000 infectados. Hay un naufragio sanitario y otro enlazado a él, económico. Pudiera llegar a un 5 % del PIB.
Acaba de llamar la mujer de otro amigo íntimo del que no tenía ni idea que estuviera infectado, oigo a mi mujer llorar, una tarde le vino la fiebre, fue un médico a casa lo envió a un hospital y ha tardado dos días en morir. Voy a descansar y a rezar por él. Lo llevan a Cuenca a incinerar porque en Madrid tardarían siete días. Su mujer solo pudo verle un minuto .Era la persona más amable y servicial que he conocido. Adiós querido amigo.
Los habitantes del conjunto residencial Monclapagar, no pueden frenar esta tragedia. No saben y además de haberlo alentado, no son capaces de pararse a pensar en que se han equivocado y reconducir la situación, cambiando a los incapaces porque todos ellos lo son, son unos adolescentes que la Fortuna, caprichosa ella, los ha puesto para desgracia de los españoles en el puesto más inadecuado en el momento más inoportuno. Necesitamos protección y por ahora no se vislumbra que la vayamos a tener. Voy a lavarme las manos. Después sigo. Hay una residencia de ancianos donde han fallecido 25 padres de la patria. La responsabilidad de las residencias de ancianos dicen que es del ladrador de Moncloapagar, pero él está a por Maduros. La Fiscalía General del Estado ha abierto una investigación, ay que risa. El gobierno dice que prohíbe los despidos, y si no hay ingresos en la tienda ¿cómo se pagan los sueldos?, estos niñatos, que pronto lo arreglan todo, a nadie se le había ocurrido, todos funcionarios, ¿y por qué no prohíben la muerte?, ya no habría que esperar al virus. Al día siguiente tienen que rectificar, se puede despedir pero más caro, ¿pero qué se han creído los malditos empresarios? “Nos ofrecen gangas y luego no lo son”, señala la perspicaz Ministro de Asuntos Exteriores, también en inglés, ¿pero de donde la han sacado? y yo que pensaba que era de lo poco inteligente que había en esa reunión de mendrugos, ”el machismo y el capitalismo matan más que el coronavirus” gritaba con las manifestantes.
Otro día con más muertes que el anterior, ya duplicamos las de Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal juntas, leo después de lavarme las manos. Cierre de todos los trabajos no esenciales durante dos semanas, la de los sindicatos se considera esencial, estos no tienen solución. Alemania y Holanda se niegan a pagar el despilfarro de Sánchez por no haber sabido controlar el déficit y mantener políticas de incremento de gasto. Cada perro…. Mi amigo mejora, dice que es mejor estar fuera que dentro del hospital, le respondo que posiblemente en poco tiempo estaré en su lugar. Mientras sigo esperando el virus. Hoy han ingresado a un cuñado. Uno más en la ya inmensa lista, estaba esperando al virus y lo encontró. Hoy he vuelto a arrancar el coche. El gañán de la Generalidad quiere liberar a los golpistas aprovechando el virus, el TS le dice que prevaricará, ay que risa. Se ha publicado otro RD para suspender el trabajo presencial lo que arruinará la economía. El ladrador de Galapagar promete dinero gratis para todos, es la forma del comunismo de captar votantes. Este gobierno no tiene el magín suficiente ni para solucionar el problema de material sanitario ni para acordar las medidas económicas adecuadas. 102.000 contagiados, 10.0000 fallecidos a 2 de Abril, 950 en 24 horas por el virus comunista, yo sigo eseperándolo.
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