El ministro de Interior español, Juan Ignacio Zoido, dijo en Marrakech que España es "consciente" de que el aumento de la inmigración irregular se debe a que Marruecos sufre una "mayor presión" migratoria que antes.
"Somos conscientes desde España que Marruecos tiene una presión muy superior a la que tenía antes, fruto de que la presión del centro de África y del Sahel es muy superior a la anterior", señaló Zoido en declaraciones a la prensa tras una reunión con su homólogo marroquí, Abdeluafi Laftit.
El ministro español agradeció al marroquí los esfuerzos desplegados por su país para gestionar los flujos de migración clandestina y el repunte del fenómeno de pateras en las costas del Estrecho.
Zoido añadió que España irá tomando medidas para reforzar sus dispositivos comunes de control, así como para "evitar las migraciones irregulares, y sobre todo salvar vidas humanas".
Solo en 2017 se triplicó el número de llegadas de inmigrantes indocumentados en pateras a las costas españolas, según el balance de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, que constató que el año pasado alcanzaron la costa española 22.419 personas por esta vía (la mayor parte desde costas marroquíes) y que 249 murieron tratando de hacer este trayecto.
Por su parte, el ministerio del Interior señaló que, también en 2017 el trabajo conjunto de Salvamento Marítimo, Cruz Roja, Guardia Civil y Policía Nacional logró rescatar a 17.500 personas que se encontraban a la deriva en el mar a bordo de unas 1.000 pateras, lo que también supuso casi el triple que en 2016.
Las declaraciones de Zoido han sido en Marrakech, donde ministros y altos responsables de unos sesenta países africanos y europeos llamaron en Marrakech, en el sur de Marruecos, a desplegar mayores esfuerzos para la protección de los emigrantes en situación vulnerable.
Los responsables, que tomaron parte en la V Conferencia Ministerial Euroafricana, instaron a identificar las causas profundas de la inmigración irregular, a luchar contra las redes de tráfico humano y a gestionar el tema migratorio tomando en cuenta la dimensión de los derechos humanos.
El comisario europeo de Migración, Asuntos de Interior y Ciudadanía, Dimitris Avramópuluos, insistió en su intervención en una serie de objetivos para una mejor organización de los flujos migratorios.
Avramópuluos instó a los países africanos a prestar mayor atención para tratar "las causas profundas" del fenómeno migratorio, expresando al mismo tiempo la determinación europea a apoyar al continente africano en la consecución de este fin.
El comisario europeo también exhortó a los países a organizar los canales migratorios, dar protección a los refugiados, luchar "eficazmente" contra las redes de tráfico y trata humana y reforzar las capacidades de control de las fronteras.
El ministro de Interior español, Juan Ignacio Zoido, hizo hincapié en "la cooperación" como eje que rige las políticas migratorias y manifestó el respeto "escrupuloso" hacia los demás países a la hora de abordar la cuestión migratoria.
"La cooperación leal y altamente eficaz de los países de origen y tránsito ha sido fundamental para lograr la disminución de personas que arriesgan sus vidas", aseveró.
Una de las ideas sobre las que insistieron los responsables es su llamamiento a ver el impacto positivo de la emigración sobre el desarrollo de los países tanto de origen y tránsito como de destino.
El ministro de Integración Africana y de los Burkineses en el Exterior, Paul Robert Tiendrebeogo, instó a ver la emigración como "factor de paz y fuente de prosperidad".
En el mismo sentido, el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, exigió no restringir la migración a su dimensión "irregular".
"La emigración es mucho más compleja para ser reducida a las percepciones estereotipadas sobre los emigrantes, (pero) es más útil simplificarla como una ecuación binaria con un postulado erróneo y una suma discriminante", criticó.
Burita también pidió "renovar" el diálogo euro-africano sobre la migración para que "los europeos y africanos puedan participar de forma igualitaria a la hora de definir conjuntamente los términos de la cooperación".
La Conferencia Ministerial Euroafricana se enmarca en el llamado Proceso de Rabat, un foro creado en 2006 con España como uno de sus principales impulsores y que Bélgica presidía hasta hoy, cuando delegó el cargo a Burkina Faso.
La conferencia culminó hoy con la aprobación del Plan de Acción y la Declaración de Marrakech, un marco que ofrece a los países europeos y africanos instrumentos y prevé acciones para conseguir mejores resultados en la cuestión migratoria.
El ministro de Exteriores de Bélgica, Didier Reynders, elogió el Proceso de Rabat como un espacio de diálogo "franco y constructivo" sobre las cuestiones migratorias, se congratuló de que los países participantes hayan aprobado el Plan de Acción de Marrakech, al mismo tiempo que lamentó el rechazo de Hungría a este plan.
Las anteriores ediciones de la Conferencia Ministerial Euroafricana tuvieron lugar en Roma en 2014, en Dakar en 2011, en París en 2008 y, la primera, en Rabat en 2006.
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