El Gobierno español y el marroquí han llegado a un acuerdo diplomático por el cual Madrid apoyará a Rabat en su actual crisis con la Unión Europea (UE) a cambio de la promesa de Marruecos de controlar estrechamente las fronteras de Ceuta y Melilla, afirma hoy el diario Al Massae.
Melilla cuenta con cuatro pasos fronterizos con Marruecos y un vallado de unos once kilómetros y medio, en el que el mes pasado se produjo el primer salto de este año, por parte de 18 inmigrantes que lograron entrar en la ciudad de un grupo de unos cien que en su mayor parte fue frenado en el lado marroquí.
El periódico, que cita "fuentes diplomáticas" marroquíes sin mayores precisiones, asegura que este acuerdo ha evitado "una nueva crisis" bilateral por la cuestión migratoria.
La pasada noche, la Gendarmería marroquí evitó el salto a la valla de Ceuta de un grupo de entre 500 y 600 subsaharianos, sin que en esta ocasión tuvieran que intervenir los agentes de la Guardia Civil del lado español de la frontera.
Según el rotativo, un responsable español "prometió" al ministerio de Exteriores marroquí que España "hará todo lo posible por defender los intereses marroquíes ante la UE con respecto al acuerdo agrícola a cambio de preservar la colaboración policial con los aparatos de seguridad española".
Marruecos y la UE atraviesan actualmente una crisis en sus relaciones después de que un tribunal europeo haya declarado el Sáhara Occidental como "territorio separado y distinto" de Marruecos en respuesta a una denuncia del Frente Polisario sobre el acuerdo agrícola euro-marroquí; pese a todo, el tribunal dio por bueno ese acuerdo en su fallo de fines de 2016.
El diario Al Massae no precisa cuándo ni dónde se alcanzó este acuerdo entre España y Marruecos, al que supuestamente se llegó después de dos saltos a la valla de Ceuta registrados en muy poco tiempo (el 17 y el 20 de febrero pasados) en los que entraron en la ciudad española más de 850 inmigrantes subsaharianos.
En una entrevista con Efe el pasado 6 de febrero, el ministro marroquí de Agricultura, Aziz Ajanuch, ya vinculó el control migratorio a las relaciones con la UE.
"¿Cómo queréis (los europeos) que hagamos el trabajo de bloquear la emigración africana y hasta la marroquí si hoy Europa no quiere trabajar con nosotros? -se preguntó Ajanuch- ¿Por qué vamos a seguir haciendo de gendarmes y darles empleo (a los africanos establecidos en Marruecos)? ¿Para exportar adónde?".
"El problema de la emigración es muy costoso para Marruecos, y Europa debe apreciarlo en su justo valor", advirtió entonces Ajanuch.