Eso que necesitas y no encuentras

Creo que a toda persona le ocurre algo parecido; quizás hasta idéntico. Yo me preparo el desayuno después de haberme duchado, afeitado y vestido, lo cual quiere decir que ha transcurrido bastante tiempo para despertarme del todo y, sin embargo, hay días –como el de hoy, por ejemplo– en los que todavía queda algún resto de sueño que entorpece la actividad que se necesita para seguir un ritmo de vida aceptable. Hoy no encontré, en la despensa, un bote de café –descafeinado por prescripción médica– que yo personalmente había traído a casa muy pocos días antes. Revolví la despensa y nada de rastro del dichoso café, así que salí del paso con el resto –muy escaso– que había en el que se había venido usando los días anteriores. Evidentemente yo estaba de un humor fatal y menos mal que no lo descargué sobre nadie, porque a esa hora estaba solo en casa.
Algo más tarde apareció, justamente en el sitio que siempre se pone, en la despensa, el bote de café de repuesto. ¿Qué me había ocurrido para no verlo? Evidentemente no estaba al cien por cien para actuar y la mente andaría distraída con otros pensamientos, o lo que sea, pues son muchas y sorprendentes las noticias que, a lo largo de los días, se van agolpando en la mente, a veces machaconamente. Puedo asegurar que desde hace algún tiempo me refugio en ese programa de TV que se llama Mezzo y disfruto con música de calidad, de la que me gusta y me ha gustado siempre. Pero, naturalmente, hay que volver a los noticiarios de la TV y a los periódicos pues no se debe estar al margen de lo que ocurre en el mundo que habitamos y la verdad es que parece que se ha vuelto algo loco.
Creo que necesitamos algo más de calma para que podamos entender lo que está ocurriendo pues es mucha la variedad, tanto en nuestro propio país como en el resto del mundo y toda ella debiera ser tratada con la máxima atención, pues esa actitud de los coreanos del Norte –aunque estén muy lejos de nosotros– es muy peligrosa para todo el mundo. ¿Nos imaginamos lo que puede desatar un misil nuclear lanzado por esos coreanos a los Estados Unidos de Norteamérica? ¿Qué se piensa sobre ello en Europa y en cada uno de los países que la integran? Y no solamente es esa actitud, sino otras muchas que están en plena efervescencia en otros países más cercanos. De todo ello se necesita información clara y concreta, sin olvidar, por supuesto, todos y cada uno de nuestros propios problemas. 
Es necesaria una más completa serenidad al tratar nuestras cuestiones, que son sumamente importantes pues de la tranquilidad y progreso del país se trata. No parece que se esté tomando en serio, a pesar del hondo calado humano que tienen algunos de ellos. La gran cantidad de gente que no tiene trabajo y que, por consiguiente, no tiene ingresos económicos, es una cuestión que debe ser tratada con la máxima atención y dando cuenta detallada de lo que se está haciendo para resolverla. Creo que se está haciendo labor en ese sentido, pero el tiempo va pasando y cada día sin realidades positivas se clava como un puñal en el alma. Algo más se necesita para contrarrestar esas manifestaciones de desagrado que, en el fondo, son una amenaza para la paz de todo el país.
No es extraño, con ese estado de ánimo, que uno no encuentre lo que necesita. Puede ser un bote con café –descafeinado por supuesto– o la paz en nuestro país, que buena falta nos hace. Si usted puede ayudar a encontrarla no dude en hacerlo. Creo que se necesita y con urgencia.