Si alguna vez he tenido la oportunidad de mirar cada día el mar quizá he pensado que es uno de mis lugares que parecen pertenecer a todos y a la vez de nadie, porque un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.
Sólo se vive dos veces las cosas de mi tierra, yo digo mi tierra yo digo mi gente, vives dos veces una vida para ti y otra para tus sueños, a través de los años la familia va creciendo , la vida me deja recuerdos amores y pasiones.
Al final somos los elegidos de las cuatro culturas , porque Ceuta siempre fue el puerto final del sueño de mi padre donde al amparo de la balustrada mirando a la bahía conoció a mi madre.
Mi padre Shanker quien me inculcó la filosofía de la India allende los mares, que la luna al esconderse se veía desde Ceuta y la India, de los mares que giran el mundo y desembocan en esta tierra, para eso somos los escogidos
Querido papá mira tu pungro, Miguel Angel “ nini “ chirigotero el monito de la casa, el niño del cuarto solitario que volvió siendo un caballero legionario presentó a su hijo chico Miguelito en el Templo Hindú mas allá de la India.
Miguel Angel y Rocío, Rocío y Miguel Angel, Ramón y Nieves venturosos abuelos ,y Rosi nuestra madre la que aguanta el genio al sudor de la emoción la que mantiene el fuego vivo que dejó nuestro padre, el mismo que se encendió en la ceremonia que oficiara Juan Carlos nuestro hermano.
Dinesh nuestro Miguelito salpicado con la hierba durva y agua sagrada con la ceremonia de Nama Karana.
Y aquí uno que cuando cuenta historias a veces no se enteran de nada de lo que estoy diciendo, va deslizando sueños a través de los sueños y la vida, porque en Ceuta para hacer realidad un sueño hay que vivirlo dos veces.
Quince años después llegué a mi Templo a mis raíces y pasiones, dos veces volví con mi compañera y mi hija, Cayetano que va peinando canas, Jesús Mari nervioso temblando de la emoción, con Juanito y Guillermo al compás de las deidades a la luz de los vedas esperando que Martina cual si fuera bailarina recorriendo con su mirada los adornos orientales de la India.
Las bendiciones a nuestro Dinesh Miguelito contemplando increíble el fuego que mantiene vivo la familia a lo largo de los años y las estaciones.
Continuamos todos los años desde el Patio Morales y el Paseo de las Palmeras,
De la Calle Consuelo a la calle Real, del Polígono a los rincones de nuestros mares.
Y allí suspirando de emoción Ticó y tita Anita, amigos carnavaleros y compañeros de armas, primos y hermanos, abuelos y cuñados, y en la puerta del Templo en la foto nuestro legado, nuestros amigos, vecinos, compañeros que tantos recuerdos nos dejaron y se diluyeron por los caminos caballas por los que están y un día estuvieron sintiendo nuestros corazones suspiros y emociones.
"Mi padre me dejó un legado, una enseñanza, un arte que recorre mis venas y una filosofía que recuerdo cada día y transmito a mis hijas"
Ceuta y la India, la India y Ceuta de tantos recorridos y caminos del Sudeste Asiático, así decía nuestro Señor “ dejad que los niños se acerquen a mi “.
A los momentos duros que recordaba nuestro padre en los viajes por los trenes, el trasbordo, la navegación de casi un mes en alta mar, los peligros de los bosques, la austeridad en la India donde los alimentos eran los justos por los momentos duros que llegaron con la Independencia.
Mi padre me dejó un legado, una enseñanza, un arte que recorre mis venas y una filosofía que recuerdo cada día y muestro a mis hijas.
Porque traigo mi sentimiento aunque sea sólo mi pensamiento como dijo el Padre en el Bautizo de Miguelito es mi reflexión por sentirme profundamente orgulloso de ser el mayor y algo más en ausencia de mi padre, dejo escrito para el final “ fuisteis aceptado pero yo fui escogido por contar una historia de amor si al final somos los elegidos en mi Ceuta y sus Cuatro Culturas.
Dedicado a Miguelito y Martina, Rocío y Miguel Angel.