“Es intolerable que con 13.000 parados la UE nos considere una región rica”

Caballas concurre el domingo a las elecciones europeas incluida en un conglomerado de formaciones que comparten una máxima: la línea conservadora de los 28, la de los ajustes, los recortes y los dictados de Merkel, puede ser relevada por un frente progresista que recupere el espíritu social que un día alumbró la razón de ser de la UE.

Mohamed Ali, líder de la coalición ceutí, figura en el puesto 19 de una lista que se conforma con colocar en Estrasburgo a su cabeza de cartel, Ska Keller.
–’Primavera Europea’ ha incidido durante la campaña en que hay otra forma de hacer política y, por extensión, también de construir Europa. A unos días de la cita en las urnas, ¿se ven con capacidad de atraer a tanto descontento?
–‘Primavera Europea’ nace de un acuerdo de nueve formaciones políticas comprometidas con el Grupo Verde Europeo para transformar la forma en que se viene haciendo política en la UE. Es uno de los enganches de la candidatura, dar un protagonismo crucial a la ciudadanía. Prueba de ello es la forma en que se han conformado las candidaturas, con primarias y consultas para confeccionar el programa. Lo que se pretende es acabar con la forma tradicional de entender la política, el bipartidismo, donde todo está mecanizado, donde los ciudadanos están en segundo plano. Ahora, con este proyecto, los ciudadanos son los que deciden, los que dirigen, y nosotros, Caballas, como era nuestra idiosincrasia en esta ciudad, creímos que era una oportunidad para Ceuta, no solo por comprometernos con esta forma de hacer política sino por lo que supone tener contar con el apoyo del Grupo Verde. Estamos en buena disposición y veremos qué pasa el domingo, si tenemos representación.
–¿La apuesta llega en el momento idóneo, con la crisis removiendo todos los cimientos?
–El momento es importante porque la crisis ha tenido efectos negativos en muchos ámbitos. Primero, evidentemente, en la economía doméstica de numerosísimas familias que están pasando penurias. Pero también un efecto importante en la concepción que de la política y los políticos tenían los ciudadanos. Por eso es vital crear proyectos políticos que ilusionen a la ciudadanía y la enganchen, porque ha ésta ha caído en la desconfianza y desidia de los políticos, el desprestigio cada vez es más grande, la brecha entre ciudadanos y políticos se incrementa. Es importante confeccionar proyectos que sirvan para reenganchar al ciudadano, que se sienta importante. ‘Primavera Europea’ hace un trabajo importante en ese aspecto.
–¿La abstención que parece que se avecina este domingo juega en contra solo de los grandes partidos o barrerá a todos por igual?
–La abstención tiene efectos colaterales. Es cierto que los principales causantes de lo que ha ocurrido son los dos grandes partidos de implantación nacional, que han jugado desde el bipartidismo a hacer lo mismo, con la misma percha pero distinto traje, y eso ha creado la idea de que estuviese quien estuviese iba a hacer lo mismo. Hay que hacer entender al ciudadano que no es así, que hay política más allá de PP y PSOE. ‘Primavera Europea’ está trazando el camino de convencer a los ciudadanos de que se puede hacer otra política distinta a la del bipartidismo de PP y PSOE. Está calando poco a poco pese a las dificultades, porque por ejemplo estamos vetados en RTVE no sabemos por qué... Pero se está haciendo un gran trabajo en las calles y las redes sociales.
–A PP y PSOE no les ha sentado nada bien que ustedes les metan en el mismo saco, pero Felipe González  no ha dudado en proponer una gran coalición...
–Sí, cuando se les acusa de ser lo mismo saltan las alarmas y empiezan a disparar, pero luego aparece Felipe González, e incluso todo un candidato del PP, como Arias Cañete, dice que no lo descarta. Esto nos sorprende mucho, les ha delatado el subconsciente. Son prácticamente lo mismo, juegan a cambiar las siglas y hacer lo mismo. Son rehenes de los intereses del mercado, que son ni más ni menos que los de las entidades financieras.
–¿Esta UE en la que aspira a estar representada ‘Primavera Europea’ tenía otra receta para taponar la sangría de la crisis más allá de los recortes puros y duros?
–Lo hemos dicho desde el principio: la crisis tenía que afrontarse desde una perspectiva del la justicia social. Primero localizar e identificar quién y por qué ha generado la deuda. Segundo, asumir responsabilidades, sean políticas o legales, de aquellos que han provocado esa deuda y que respondan. Por ejemplo, el caso del aeropuerto de Castellón:  no entendemos cómo nadie dimite ni ha ido cesado por algo que ha costado miles de millones y no sirve para nada. Una vez identificado a los responsables, se tiene que tomar una decisión. Estos responsables, que no sigan en la vida política ni pública. Y aportar una política más allá de un austericidio, porque es cierto que a la ciudadanía se le puede exigir un determinado esfuerzo, pero no se puede tolerar hacer residir  en las espaldas de los ciudadanos toda la responsabilidad para salir de la crisis. Eso se traduce en recortes en sanidad, educación, prestaciones...  Lo que hay que hacer es generar un modelo económico alternativo, con una exploración y explotación de las posibilidades de la economía verde y las políticas de sostenibilidad. Por ejemplo, explotar aún más la energía solar y eólica, las políticas verdes en agricultura y ganadería...
–Ha quedado más o menos claro que la prioridad era reflotar a las entidades financieras. ¿Hay posibilidad de recuperar también a los ciudadanos que han quedado por el camino en esta crisis?
–No es tolerable gastar cuantiosas cantidades en un rescate que solo ha servido para reflotar las cuentas de explotación de las entidades bancarias. Ha sido un error de bulto, responsabilidad también de los grandes partidos, que no olvidemos que se reunieron una mañana y modificaron la Constitución. Nosotros antes de rescatar bancos preferimos rescatar personas. Creemos que se debería haber preservado el estado del bienestar que tanto nos ha costado por encima de esa política de austericidio que baja la guardia en materia de derechos sociales.
–En el ya largo periplo de España en la UE, ¿se queda con el maná de los fondos de cohesión o con el azote de los últimos recortes?
–A Europa hay que juzgarla de una forma coherente. Es cierto que la UE, los fondos y las políticas de cohesión han servido para desarrollar el país. Tenemos infraestructuras hechas básicamente con Fondos Feder y se ha logrado también que estemos, por ejemplo, a la  vanguardia en comunicaciones. Pero lo que exigimos es priorizar la política para las personas más que la política de los números, de las contabilidades, de que las cifras cuadren. Que eso se traduzca en tener garantizados unos mínimos vitales de calidad de vida en la UE. Que no exista  el actual desequilibrio norte-sur: no podemos tener a los alemanes decidiendo cosas y al sur bajo una concepción de pedigüeños, que es lo que han generado PP y PSOE.
–Pero el déficit se ha convertido en el mantra de la década...
–Claro, el déficit se ha convertido en la patente de corso para tomar decisiones de cualquier índole y envergadura. Esto no es tolerable en democracia, ni en cualquier país con cierto sentido de la responsabilidad. En nuestro programa se contempla por ejemplo la fraternidad, que no es una mera palabra sino hacer política compartiendo los problemas que puedan tener los ciudadanos e intentando compartir sobre todo el bienestar. No toleramos desde esa perspectiva desequilibrios tan profundos en Europa.
–¿Es complicado vender en Ceuta ‘más Europa’ y la UE del bienestar con 13.000 parados?
–En Ceuta ha ocurrido algo muy grave y es responsabilidad del PP y el PSOE. Ceuta, con más de 13.000 parados, con umbrales de pobreza cercanos al 40 por ciento, con déficit en vivienda, el fracaso escolar más alto de España y de Europa... que sea catalogada como región rica por el efecto estadístico es intolerable. La representación europea de PP y PSOE no ha hecho nada para evitarlo. Tenían que haber dado un puñetazo en la mesa y decirle a las instituciones que Ceuta y Melilla tienen una peculiaridad, una singularidad, que son ciudades europeas en África, que tienen una frontera y que tienen limitaciones de todo tipo. Son cuestiones objetivas que motivaban claramente no aplicarles el efecto estadístico. Y ahora, pese a esos datos negativos,  nos ven como región rica. Eso se lo dices a cualquier ciudadano y se lleva las manos a la cabeza. Lo han permitido PP y PSOE, que además nos han vendido que una Comisión Mixta Congreso-Senado iba a tratar el tema de la Unión Aduanera, la aduana comercial, la frontera... y no hay sin embargo luego una petición del Gobierno español a la UE en este sentido. Los ceutíes necesitan otro tipo de representación más reivindicatoria y comprometida, que pueda plasmar al menos de forma formal y oficial las propuestas a las instituciones europeas. Y nosotros tenemos la fórmula y a la mejor candidata para hacerlo, Ska Keller.
–¿Ha sabido administrar Ceuta esa lluvia de millones que ha recibido en las últimas décadas de los fondos de cohesión?
–Siempre hemos dicho que no todas las inversiones han sido malas, pero si hacemos una evaluación hasta la fecha de la repercusión que hayan podido tener estas inversiones en la calidad de vida de los ceutíes, nos encontramos con los datos a los que me refería antes. Hemos manejado fondos europeos estructurales de la UE y seguimos teniendo el doble de tasa de paro de la media nacional, y tasas de pobreza inadmisibles en un país de la UE Esos fondos deberían haber servido para paliar al menos estos efectos y no ha sido así.
–¿Y en qué puede implicarse más Bruselas para atajar los desequilibrios a este lado del Estrecho?
–Lo primero, cambiar el tratamiento de la UE para Ceuta y Melilla y darle una condición específica y singular atendiendo a sus circunstancias especiales, como la frontera o su condición de puerta de Europa en África. No podemos ser considerados una región rica. A partir de ahí, hemos planteado en numerosas ocasiones que a través de Ceuta y Melilla se pueda canalizar la importantísima inversión que hace la UE no solo en los países del Magreb, incluido Marruecos, sino también en el África Subsahariana. Hay muchos programas de desarrollo en África, Marruecos, el Magreb, que podrían canalizarse aquí con delegación permanente, que generaría riqueza y otro tipo de dinamismo a la ciudad. Y sobre todo, el tema de tener catalogación igual o análoga a la región ultraperiférica, que garantizaría unos fondos suplementarios que nos vendrían muy bien.
–¿Y respecto a la inmigración?
–A la UE hay que exigirle una política de inmigración común, que hoy no existe. Y a partir de ahí, ponernos de acuerdo los estados para compatibilizar la impermeabilización de la frontera con los derechos humanos. Somos taxativos en ese sentido, son compatibles las dos cosas. Eso se traduce también en políticas hacia el sur, invertir en esos países, combatir los problemas que tienen y hacer que la inmigración, que es un derecho que tienen las personas de trasladarse, se pueda hacer de una perspectiva regular y no huyendo de la miseria y la guerra.
–¿Erró la UE al no saber interpretar lo que ocurrió el 6-F?
–Hemos condenado la muerte de esas 15 o más personas enérgicamente, no se puede tolerar. Hay que hablar de muchas cosas. En primer lugar, fue un grave error intentar posicionarse, por interés partidista, en la defensa de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, con los que hay que estar todo el año. Ahora, si analizamos lo ocurrido en la frontera nos podemos llevar las manos a la cabeza. Hay reiteradísimas demandas, por ejemplo de AUGC,  demandando y reclamando recursos materiales y humanos que merman el servicio. Luego podemos echar un vistazo a las inversiones que se han hecho a un lado y a otro de la frontera, y curiosamente en el lado marroquí se ha trabajado para dignificar las infraestructuras y de nuestro lado no. Se requieren inversiones para mejorar la accesibilidad, el paso de mercancías y personas... cosa que no ha pasado. Y, en paralelo, las entidades supranacionales, y la UE lo es, deberían también ponerse de acuerdo para trabajar en origen y acabar con las miserias que están padeciendo.
–¿Tiene la sensación de que esta campaña parece más un mano a mano entre PP y PSOE?
–Faltan ideas. Es cierto que esta campaña no es por ejemplo la de las autonómicas, con más puerta a puerta, pero podía servir para trasladar ideas, propuestas... y sobre todo convencer a la gente de que los comicios son importantes. Pero los partidos de implantación nacional juegan a otra cosa. Las candidaturas parecen un retiro dorado... Arias Cañete, Valenciano, Jáuregui, Esteban Pons... Parece que están muy quemados en la política nacional y buscan más una prejubilación que defender los intereses de los españoles.

De la polémica sobre el ‘no debate’ a los “prejuicios” de Arias Cañete

La negativa del PP a sentar a su candidata local, Rocío Salcedo, en una misma mesa junto al resto de oponentes en torno a un debate no sorprende a Ali, convencido de que “en determinados momentos, muy puntales, el PP adolece claramente de calidad democrática” y de que “lo normal hubiera sido debatir”. No obstante, reconoce que el portazo a esa posibilidad no les “obceca” tanto como al PSOE, ya que ‘Primavera Europea’ prefiere centrarse en “enganchar a los ciudadanos” ante la “losa de la abstención”. La polémica que a su juicio no admite excusas es la desata por Arias Cañete, cuyos comentarios considera “lamentables” porque “se equivoca y denota claramente un prejuicio”. Es más, alerta de que “subestimar a una persona por ser mujer a la hora de debatir es un flaco favor a la lucha por la igualdad y contra la violencia de género”.