Errejón y el relato

Hace unos días los feministas nos llevamos las manos a la cabeza con la noticia de Errejón. Portavoz de Sumar y uno de los fundadores de Podemos: feminista, de izquierdas, contra el patriarcado, luchador recalcitrante por la igualdad de la mujer frente al hombre, militante en primera línea de la defensa de los derechos humanos y uno de los promotores de la Ley NO ES NO.

"Solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona".

Errejón, tal vez acorralado y por las denuncias que empezaban a aflorar por actos de violencia machista, presentó su dimisión y anunció que se retiraba de la vida política.

Sus declaraciones, lejos de excusarlo por su situación personal, hicieron más daño al intentar justificar lo injustificable:

"Tras un ciclo político intenso he llegado al límite. Necesito un acompañamiento psicológico, avanzar en él y cuidarme y, por tanto, "abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos".

Errejón reconoció los hechos, no con una rotundidad manifiesta sino con la boca pequeña dando a entender que se confunde la persona con el personaje, una especie del extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.

¿Qué pasó para que se dejara pasar tanto tiempo? ¿Por qué las mujeres afectadas no levantaron su voz ante la justicia y ante la opinión pública? Tal vez miedo, el desasosiego, las presiones; un silencio que vuelve a calar en una sociedad que sigue traumatizada y enferma: "terror a hablar".

Damos por inaugurado en España El movimiento MeToo, un movimiento social y de denuncia que surgió en 2017 con el objetivo de visibilizar y poner fin a la cultura del acoso sexual y la violencia de género. El movimiento se originó en Hollywood, pero rápidamente se extendió a otros ámbitos laborales y se convirtió en un movimiento global.

Denunciar es un deber ético para con la inmensa lucha de mujeres que sufren este tipo de violencia criminal.

¿Qué llevó a su partido a tapar los rumores fundados? ¿Hablaron con Errejón? ¿No lo invitaron a abandonar la portavocía del congreso? A ver si el enemigo está dentro cuando unos y otros se hacen ciegos, sordos y mudos.

El machismo se ha colado dentro del movimiento feminista es un cancer con metástasis. ¿Puede la política estar tan corrompida que llegue a dar estos casos?

Errejón declaró sobre el beso de Rubiales: "Se están produciendo silencios un poco vergonzantes, espero que no esté esperando a que pase el tiempo y a ver si la cuestión se diluye". De no hacerlo, el exportavoz de Sumar señaló que el Gobierno "tendría que intervenir de inmediato y con contundencia".

¿Dimitirá la cúpula de Sumar? ¿Abandonarán el Ejecutivo? Todos sabemos la respuesta.

Hay otros demonios insertados en la mentira y en la indecencia. Ayuso defendiendo a su pareja, el caso Ábalos, el asunto del emérito y las declaraciones de Felipe González: "no tenía ni idea" aunque se pagaba con fondos reservados. El caso de Delcy Rodriguez, el caso Marlaska que dice no haberse enterado de las devoluciones de inmigrantes en caliente que autorizó en Ceuta, el caso de Puigdemont y su fuga, el caso de la financiación ilegal del PP, el caso de la corrupción en muchas oposiciones del Ayuntamiento ceutí, el caso de Pedro Sánchez mintiendo una y otra vez cambiando de parecer según sus intereses, el caso del chiringuito de Vox, el caso de Alvise y su financiación, el caso del Juan Carlos Primero robando a espuertas, el caso Nevenka Fernández y su denuncia por acoso sexual y de cómo se enfrentó a su agresor y a toda una sociedad machista.

Todo el mundo negando, enterrando los hechos, engañando, atacando con el tú más.

Y aquí el pueblo asqueado, indefenso con las élites.

¿Qué podemos hacer?

La democracia está herida porque sus responsables la están matando.