Pronto habrá elecciones a Rector en la Universidad de Granada. Se postulan dos candidatos. Una profesora de la Facultad de Farmacia y un profesor de la Facultad de Medicina. El Rector actual es de la Facultad de Ciencias. Antes hubo otros de la Facultad de Derecho. Por tal motivo, aunque oficialmente no ha comenzado la campaña electoral, los pretendientes al cargo han iniciado las rondas de visitas y reuniones de trabajo con los distintos colectivos, para recabar apoyos y explicar sus proyectos. Todo normal.
Sin embargo, hace unas semanas se difundía una noticia en las páginas de este periódico, en la que se daba cuenta de una reunión que habían tenido los Decanos de las distintas Facultades de los Campus de Ceuta y Melilla (hace ya un año), en la que se elaboró una especie de Memorando de supuestos agravios históricos para con estas ciudades autónomas y se realizaban una serie de peticiones. La noticia no dejaba claro si era una petición, un acuerdo con alguno de los candidatos, o una especie de pacto entre caballeros para, a partir de entonces, ir al alimón en las reivindicaciones. Lo que se contenía en este manifiesto era una mezcolanza de supuestos problemas existentes en los distintos ámbitos de la gestión universitaria, junto a una especie de tabla reivindicativa. En ningún caso se explica con qué colectivos se ha consensuado la misma.
Si se analiza el manifiesto, lo primero que nos encontramos es lo que ellos llaman reivindicaciones estructurales generales. Por ejemplo, el diseño de un Plan Estratégico para los campus de Ceuta y Melilla; Convenios de Colaboración con las Ciudades Autónomas; reuniones periódicas o actualización de partidas presupuestarias del Ministerio de Educación y Ciencia. Me sorprende que no exista plan estratégico para estos dos campus y que nasdie lo haya echado en falta antes. Pero mucho más me sorprende que reclamen reuniones periódicas con el Rector. Me consta que es una persona bastante accesible. Mucho más para recibir a un Decano. Y respecto a las partidas presupuestarias del Ministerio de Educación y Ciencia, hasta donde yo sé, el Rector pide aumento de las mismas cada vez que se reúne con los responsables ministeriales. Por tanto, no entiendo el sentido de esta reivindicación.
Pero no se quedan ahí. Piden presencia de pleno derecho en el Consejo de Gobierno, por un lado, pero que se reconsidere la figura del Delegado del Rector para el Campus de Melilla (no se explica si para suprimirla, ampliarla a Ceuta o redefinir su papel). Los Estatutos de la Universidad de Granada, aprobados por Decreto 231/2011, fijan en su artículo 34 su composición. Habrá un máximo de cincuenta, de los cuales el Rector podrá proponer hasta 13. Que hubiese uno por Ceuta y otro por Melilla, no estaría mal. El problema es quién. Hasta ahora, por Melilla asiste el Delegado del Rector. Por Ceuta, podría también asistir el Delegado del Rector, si lo tuviéramos. En cualquier caso, la vía para conseguir estar presentes en este órgano de gobierno está regulada, por lo que no entiendo la razón de que no se haya intentado antes que alguno de nuestros Decanos estuviera allí con voz y voto.
Pero si lo anterior es curioso, la petición de que se “revalorice” la docencia y la gestión en ambos Campus, es totalmente incomprensible. No sabía yo que nuestra docencia estaba necesitada de revalorización, ni qué significa esto. A partir de ahora habrá que estar muy atentos a los resultados de las evaluaciones periódicas que se nos hacen, tal y como se establece en la normativa vigente. Pero si una docencia de calidad es responsabilidad del profesorado, que los Decanos de Ceuta y Melilla le pidan a los candidatos que revaloricen la docencia creo que es mala señal, pues parece como si no confiaran en sus docentes y le estuvieran solicitando al nuevo Rector alguna medida para corregir la situación (¿despidos quizás?). Igual se puede decir de la gestión administrativa, que es responsabilidad del Gerente.
Respecto a reivindicaciones sobre sectores concretos, me ha llamado la atención que se manifieste que en Ceuta y Melilla hay sobrecarga de asignaturas en el profesorado, en comparación con Granada, o se pida que se delimiten muy claramente las funciones y competencias del personal de Administración y Servicios (¿es que no lo están?). O que se hable de la posibilidad de obligar al profesorado que se contrate a que permanezca en el campus al menos 5 años. Algunas de estas cuestiones son jurídicamente inviables (obligar a permanecer al profesorado al menos 5 años); otras son complicadas (menor sobrecarga de asignaturas); y todas se podrían haber reivindicado con anterioridad, sin esperar a las elecciones a Rector.
Seamos claros. Que un grupo de profesores, alumnos, investigadores o personal de administración y servicios, o incluso de sindicatos, pida a los candidatos a Rector algo, entra dentro de lo normal. Pero que un grupo de Decanos, que son parte de la Administración y como tales, responsables de la docencia y la gestión universitaria (con vía directa ante el Rector), se postulen de esta forma, me parece algo fuera de lugar, y un hecho bastante confuso. Primero, porque supone una deslealtad hacia el actual Rector, que precisamente se ha distinguido de los anteriores por sus constantes visitas y atenciones para con Ceuta y Melilla. Segundo, porque lo que se contiene en este manifiesto, no lo han negociado con las partes interesadas. Fundamentalmente con los legítimos representantes de los trabajadores. Tercero, porque si piensan realizar algún acto de orientación del voto a favor de uno u otro candidato, desde el cargo que ostentan, a cambio de que concedan alguna de estas reivindicaciones, estarían violando gravemente el espíritu democrático de la Universidad y la propia legislación electoral. En definitiva, una iniciativa desafortunada, ambigua y extemporánea.