Pasión Vega y el Dúo del Valle ofrecerán esta noche en el Auditorio del Revellín el espectáculo ‘2 pianos con Pasión’, donde sacan brillo a canciones de nuestra memoria
Dos pianos de cola y ‘la voz de seda’ son los ingredientes que dan sabor al plato musical que se sirve esta noche a partir de las 21:00 en el Auditorio del Revellín. Un espectáculo en el que el Dúo del Valle y
Pasión Vega se unen para desempolvar joyas del cancionero de Lorca y piezas inolvidables del maestro Falla. En una entrevista con este medio, Pasión Vega habla de su espectáculo y del dulce momento que atraviesa una de las cantantes más valoradas del país.
–Ya actuó en Ceuta, concretamente en las Murallas Reales, ¿qué le parece el público ceutí? –Fantástico, una maravilla, tenía muchísimas ganas de volver porque la experiencia de ese día fue estupenda, el marco era incomparable, precioso. Me quedé con ganas de volver pronto y aunque ha pasado tiempecito hemos logrado regresar, con muchísima ilusión y ganas de presentar este nuevo espectáculo y reencontrarme con ese público tan caliente y tan querido. Es fantástico el público de Ceuta.
–Ceuta es una ciudad que guarda similitud con ciudades a las que ama, como Cádiz o Málaga. ¿Se nota en el público, se percibe? –Yo creo que sí. En gran parte somos ciudades muy parecidas. Somos puerto de mar y eso se nota muchísimo a la hora de las influencias musicales. Estoy segura de que a Ceuta ha llegado prácticamente la misma música, aunque más influenciada también por la parte que os viene del sur, que quizá sois un poco más exóticos (risas) que los malagueños pero las influencias musicales y los aromas que nos van llegando a estos puertos de mar se nota muchísimo y hay muchas cosas en común.
–En esta ocasión va a ofrecer 2 pianos con Pasión, donde comparte escenario con el Dúo del Valle, ¿qué aporta éste al espectáculo? –Muchísimo, porque somos un tándem de tres, somos las patas de una mesa y si falta alguna de ellas no funcionaría este espectáculo. El Dúo del Valle hace un trabajo extraordinario, es un dúo de pianistas clásicos muy reconocido, diría en Europa pero han tocado en muchísimos más escenarios, y ahora mismo respecto a lo que son dúos de cámara y música de cámara, está considerado como uno de los dúos pianísticos más importantes que hay en la actualidad. Son de Vélez-Málaga, son malagueños al igual que yo, y nos hemos juntado para recordar y para sacarle un poco de brillo de nuevo a muchas de las canciones que forman parte de nuestra memoria, nuestra música popular y clásica. Es un repertorio que no deja indiferente y muy bonito en el sentido de que para cantar es muy agradecido: hay canciones de Falla, Lorca, hay copla, hay fado... hay lo más granado de la música en español. Es un auténtico placer, no sólo estar con ellos en el escenario sino también poder interpretar esas obras con esa música.
–Es un espectáculo que conecta diferentes géneros musicales, como jazz, fado, tango, canción española... ¿Permite mostrar a la Pasión Vega más polifacética? –Bueno, pues en cierta manera sí. Es verdad que es un espectáculo en el que voy desgranando los ingredientes que ya habían sonado en algunos de mis discos o que habían podido aparecer en algunos de mis anteriores conciertos, pero quizás renovada porque es un espectáculo diferente. No es lo mismo hacer una canción nueva o inédita y que suene a copla, a hacer una copla antigua y que suene a hoy y que pueda tener a lo mejor en su sonido jazz o a music-hall. Entonces, es muy diferente el concepto pero espero que la gente encuentre a una nueva Pasión Vega, sin renunciar a lo que ya soy. Creo que uno siempre va buscando renovarse, sorprender al público, hacer cosas diferentes... Y creo que es un espectáculo diferente, especial y en ese sentido he arriesgado (risas).
–Muchas veces lo arriesgado sale bien y es lo que hace que el espectáculo sea un pelotazo. –Sí, sobre todo porque creo que cuando asumes un riesgo diferente te ilusiona y te hace crecer y aprender. Tanto el Dúo del Valle como yo somos gente joven que queremos, aparte de ofrecer lo que llevamos dentro y nuestra música, seguir aprendiendo. Yo aprendo mucho de ellos y me gusta seguir creciendo. Y en ese sentido, cuando te pones un reto es lo que te ayuda a superarte, a mejorar, a ser mejor artista. Ha sido un gran reto por el repertorio y también porque es un espectáculo en el que hay bastantes notas teatrales, pequeñas obras de teatro musical, pero muy sencillo (risas). Que el público no se asuste, es algo muy sencillo y lo hacemos partícipe con nuestros diálogos, con ese misterioso baúl que tenemos en escena y es algo muy divertido, sencillo y a pie de calle, para que la gente pueda entender por qué hemos elegido ese abanico de canciones y cómo unas han bebido de las otras.
–En el espectáculo su voz está acompañada por dos pianos. Es un instrumento que le acompaña mucho en los conciertos. ¿Se siente cómoda cantando con este instrumento, es el que mejor acompaña a ‘la voz de seda’ de Pasión Vega? –(Risas) Realmente el piano es un instrumento básico y yo siempre me encuentro ensayando y preparando las canciones a piano y no recuerdo haber hecho un concierto sin piano. Lo que pasa es que en este caso adquiere una dimensión diferente porque son los únicos instrumentos que hay, aunque son dos pedazos de pianos de gran cola, dos Steinway, los que llevamos y hay veces que te olvides de que son solamente, por decir esta palabra entre comillas, dos pianos, porque parece que está sonando una sinfónica. Es impresionante cuando dos pianos afinados y que suenan de maravilla y, por supuesto, están bien tocados, se abren. La verdad es que a veces no pienso que sólo haya dos pianos, parece que hay una auténtica orquesta conmigo en el escenario. Me ha parecido de las cosas que creo que destacaría y que el público también siente desde la butaca: esa forma de hacer que el público pueda sentir lo más íntimo del teatro, los pianos, los silencios que se pueden crear con ellos, lo pianísimo y lo fortísimos que podemos llegar a ser también con esa sensación que te envuelve como si hubiese una auténtica orquesta sinfónica. Esto también hace que todos nos emocionemos.
–En sus espectáculos normalmente cuenta con un guión y una escenografía, ¿consigue esto, junto con la interpretación de quienes actúan, introducir al espectador en una historia de la que no desconecta? –Bueno, esa es nuestra pretensión, en este caso queríamos romper con esa visión del mismo público que va a ver música popular clásica y romper ese estereotipo de intérprete clásico con esa seriedad y que casi no ve al público. En este caso, tocan La vida breve y lo primero que hacemos después de este pasaje es hablar, es comunicarle al público qué hacemos allí con él. Rompemos muy pronto esa cuarta pared, porque realmente nuestra pretensión es acercar este repertorio a todos los públicos.
–¿Es en este espectáculo el baúl del que salen las cartas el hilo conductor? –Efectivamente (risas). Hay cartas y objetos que guardan en su interior historias o posibles historias, porque nosotros lo que hacemos es lanzar posibilidades de lo que pensamos, de quién pueden ser esos objetos o qué hacen ahí. Es muy fantasioso, el espectáculo juega con la realidad y la fantasía hasta que finalmente descubrimos de quién es ese baúl y ya todo adquiere un sentido, pero ya es al final del espectáculo. Es curioso. En este sentido, el concierto se hace muy ameno y el público tiene tiempo de emocionarse, pensar y reirse, porque también hay momentos para la felicidad. Bueno, echamos un buen rato (risas).
–Descubrir ahora de quién es el baúl es como contar el final de una película, habrá que esperar... –¡Eso sí que no se lo puedo decir! Y no es el baúl de la Piquer, también se lo digo (risas).
–Estamos ante un espectáculo que tiene una gran riqueza cultural al contar con la maestría de Falla y Lorca. Supongo que será un lujo para usted, que le gusta cantar música de autor, interpretar estos temas. –Sí, la verdad es que ha sido un acercamiento muy bueno. Es verdad que conocía el repertorio pero nunca había cantado las canciones de Lorca, por ejemplo, y sobre todo creo que nunca se habían interpretado a dos pianos, y las de Falla tampoco. Es algo para lo que hemos tenido que pedir permiso porque no se había hecho antes en muchos casos esta adaptación, a que sonaran con dos pianos, o esos arreglos que ha hecho también el músico malagueño Alberto Martín. La verdad es que esto también lo tiene de original el espectáculo porque son arreglos que se han hecho especialmente para la ocasión y hay muchas canciones, las de Falla un poco menos porque hay que mantenerlas un poco más intactas, pero las de Lorca sí que han cogido otro vuelo diferente, y muchas otras que van sonando como Granada, de Agustín Lara, o Y sin embargo te quiero. En ese sentido le hemos dado un vuelco, musicalmente hablando.
–¿Es un espectáculo para distintas generaciones? ¿Puede ir una familia entera y disfrutarlo sin perderse? –Yo creo que sí. El otro día estuvo mi sobrino (risas), que yo sé que a lo mejor no es una pauta a seguir, pero tiene diez años y estuvo en mi concierto en Málaga y le encantó, se lo pasó muy bien. Quizá a los niños de diez años no los puedes llevar a cualquier espectáculo porque normalmente se suelen aburrir, pero el hecho de que tenga un diálogo, que sean dos pianos y que los hermanos Del Valle sean muy simpáticos, por cómo suena y porque son muy expresivos en el escenario y muy artistas hizo que mi sobrino estuviera completamente pendiente todo el concierto y se lo pasó muy bien. Y entre sonrisas y que va descubriendo una canción y otra, pues al final ese niño de diez años, por poner esta edad de ejemplo, ya ha escuchado las canciones de Falla y de Lorca, que no es poco (risas). Porque un niño de diez años tiene mucha información pero es verdad que lo que suena en la radio es totalmente diferente, es la canción del momento, y a lo mejor dentro de tres meses nadie se acuerda de ella. Aquí estamos hablando de un repertorio histórico y que el tiempo no hace vieja a estas canciones. Nosotros nos haremos muy mayores pero estas canciones seguirán siendo jóvenes siempre.
–Para este colectivo, los niños, el concierto puede tener un componente educativo porque permite trasmitirles esa riqueza cultural que tiene España. –Pues sí, creo que puede ser educativo pero para todos, aunque nuestra pretensión tampoco es aleccionar a la gente, ni mucho menos, porque la primera que he aprendido y he descubierto muchas cosas he sido yo, que tampoco me dedico a este estilo concretamente, a lo clásico. Bueno, es una forma de rescatar esas canciones, de desempolvarlas, de que mucha gente las pueda descubrir, y otra mucha gente que ya las conozca las pueda volver a saborear de nuevo, de otra manera diferente. El hecho de que sea un espectáculo entretenido es algo que no deja de ser un motivo de alegría, porque como siempre decía Óscar Wilde, al público hay que entretenerlo,entretenerlo y entretenerlo, y realmente nosotros, los artistas, estamos para hacer que el público pase un rato agradable y se olvide de sus problemas, de todo, se centre en lo que está viendo en el escenario y se sienta especial, distinto. Si podemos conseguirlo a través de estas canciones y estas bromas, pues bienvenido sea, para eso estamos.
–A parte del espectáculo, que ya lo disfrutaremos, hace muy poco ha sido madre. Hay una canción, Tan poquita cosa, a la que quizá ahora le tenga más cariño. ¿Qué puede decir ahora de ella? –La verdad es que sí, y además ha sido muy curioso porque en esa letra hablo de mi niña marinera, la de los ojos negros... y me ha salido una niña morena, morena (risas), y además nacida en Cádiz. Parecía que la canción la estaba cantando previendo lo que me iba a venir, una niña muy andaluza, muy morenita y muy linda. La verdad es que todas esas canciones y esas nanas que antes cantaba ahora tienen otro sentido diferente. En este espectáculo, por ejemplo, hemos rescatado La nana de Sevilla, de Lorca, y la de Falla, que es una auténtica maravilla, y la verdad es que ya se cantan con otro sentimiento.
–Más en primera persona. –Pues la verdad es que sí.
–Siempre se ha dicho que Pasión Vega, además de cantar, cuenta y trasmite. ¿Cómo lo vive encima del escenario? –Pues con muchísima intensidad. Siempre en cada concierto doy todo lo que tengo y llevo dentro, me concentro y hay momentos en los que se me llega olvidar que hay un público delante porque estás tan metida en esa historia, en lo que estás sintiendo y viviendo en ese momento que realmente se te puede llegar a olvidar que hay un público que te está viendo. Para mí es una alegría, cantar es un gozo, una responsabilidad por supuesto, por eso me fijo siempre lo máximo y dar lo mejor de mí y cada día estar mejor. Por otro lado lo disfruto mucho porque es lo que más me gusta en el mundo. Espero que el público me permita hacerlo hasta que sea muy mayor, muy mayor (risas).
–Ha cantado versiones de los grandes cantautores del país. No quisiera ponerle en un compromiso, ¿pero a quién le gusta más versionar? –Bueno, he cantado versiones, también canciones que me han escrito ellos, como Sabina, Ruibal, Perales... Uno de mis ídolos, a parte de Joaquín, que me encanta, todo el mundo sabe que es Serrat. Siempre estoy cantando sus canciones, hasta en el camerino antes de salir, con lo cual, me gusta mucho y las canto todos los días. Creo que es mi compositor favorito dentro de lo que es el ‘mundo cantautor’, junto con Sabina, por supuesto, lo que pasa es que las letras de Sabina son más difíciles de aprender (risas). Son ingeniosas y muy profundas, todas las palabras guardan algo. Pero Serrat creo que es mi debilidad.
–También ha compartido escenario con grandes como Miguel Poveda, José Manuel Soto, Joan Manuel Serrat, Martínez Ares... ¿Recuerda algún momento mágico en el escenario compartiéndolo con otro artista? –He podido vivir muchísimos momentos porque siempre subes al escenario con un compañero al que admiras, como Poveda, Antonio Banderas, Ana Belén, Juan Luis Guerra... La verdad es que he tenido la fortuna de cantar con gente a la que admiro y quiero. Grandes profesionales y grandes personas, con lo cual eso es una cosa que se lleva una, a parte de los premios que te van dando a lo largo de tu carrera, el aplauso y el cariño de la gente, esos grandes premios que te ofrece la vida, y que siempre están ahí como momentos mágicos y especiales, y el día de mañana se lo contaré a mi niña (risas).
–También tiene una estrecha relación con el Carnaval de Cádiz: ha sido pregonera y ha cantado temas de autores como Martínez Ares o Jesús Bienvenido. ¿Qué le ha aportado el Carnaval gaditano? –Muchísimo. Primero que lo he podido disfrutar como gaditana de adopción. Ahora vivo en Cádiz desde hace diez años, mi marido es gaditano y guardo un vínculo especial con la ciudad. A través del Carnaval descubrí muchas cosas de Cádiz y luego tuve la suerte de ser pregonera, lo que me vinculó a la ciudad para siempre. Y he ido encontrando a autores maravillosos como han sido Martínez Ares, o en la actualidad Jesús Bienvenido, o incluso muchísimos más, como al compositor de Tan poquita cosa, Javier Tizón, y la verdad es que aquí –en Cádiz– hay una genialidad y una cantidad de gente que escribe bien que es fascinante. Aquí sacas compositores de donde en otros lugares no los hay. En este sentido a mí musicalmente me ha aportado muchísimo porque he ido encontrando a gente que luego se ha ido sumando a mi camino y con los que he compartido muchas cosas: amistad y música... Me ha aportado muchísimo.
–Precisamente un autor del Carnaval gaditano, Antonio Martínez Ares, representó para Pasión Vega el hilo conductor de la copla a la canción de autor. –Sí, la verdad es que Antonio dio en la tecla en esos dos primeros discos que yo hice con Sony y me compuso cosas maravillosas. Creo que ahí encontramos un camino muy propio y personal y, al mismo tiempo, lo que usted comenta, es una especie de eslabón entre cómo contar historias de hoy con esa fuente más andaluza y más coplera y con esa raíz coplera pero sigue siendo un disco pop al mismo tiempo. La verdad es que salió ese sonido especial y conseguimos esa María se bebe las calles, que sigue siendo una canción de las más importantes que he tenido en mi carrera, y se lo debo a Antonio. Aunque hoy en día no tengamos contacto ni sigamos trabajando juntos, pero qué duda cabe que eso ha quedado ahí.
–Es evidente que no sólo Pasión Vega ha cogido del Carnaval, sino también autores carnavaleros han cogido cosas de Pasión Vega. Cada vez que sale un disco nuevo, al año siguiente los popurrís están cargados de esas músicas. –(Risas) Bueno, me imagino que también será porque yo bebo un poco de esa fuente y son melodías muy lucidas para la voz.