Periodista inquieto, que olfatea para buscar historias con el fin de estar en el foco de la noticia. Así es Nacho Carretero (A Coruña, 1981), quien visita la ciudad de Ceuta para ofrecer dos charlas. Una será esta mañana a partir de las 11.30 horas en el IES Almina y la otra esta tarde a las 19.30 horas en la Sala de Usos Múltiples de la Biblioteca Pública Adolfo Suárez. Todo aquel que esté interesado tiene la oportunidad de conocer de cerca a este profesional que ha ofrecido una entrevista a El Faro.
–Lo primero de todo, felicitarle por este día de las Letras Gallegas.
–Muchas gracias.
–¿Qué le parece pasar este día en Ceuta?
–Tengo que decir que me parece una manera muy significativa el pasar esta jornada en Ceuta, en un lugar que a priori tiene escasos vínculos con Galicia. Pero al final, el hecho de que el Centro Galego de esta ciudad haya tenido interés en contar conmigo define muy bien lo que es nuestra Comunidad. Un sitio con una diáspora tremenda, que llega a todos los rincones. Somos un pueblo de migrantes que ha tenido que irse a cualquier lugar del mundo para buscarse la vida.
–¿Qué se espera de su conferencia de esta tarde?
–Conferencia es una palabra muy grande (ríe).
–¿Entonces?
–Lo dejaría en una charla con la gente, la cual espero que sea de interés y de provecho. En ella hablaré sobre ‘Fariña’ y el relato del narcotráfico que por desgracia Ceuta también lo padece desde hace mucho tiempo.
–Galicia y Ceuta conocen muy de cerca esta realidad.
–Sí. El narcotráfico es cíclico, cuenta con épocas con más actividad y en otros momentos se reduce gracias a la presión de las fuerzas de seguridad. Este es un fenómeno global, un problema del primer orden a nivel internacional. Tanto Ceuta como Galicia son eslabones de un entramado global muy grande y poderoso y que cada día va a más.
–‘Fariña’ aún sigue sonando, ya sea por la serie, el libro o la pieza de teatro que recorre Galicia desde hace dos años. ¿Continúa manteniéndose el interés por parte de los lectores y el público?
–El fenómeno ‘Fariña’ se mantiene en el tiempo y creo que es un ejemplo de cómo un trabajo periodístico se adapta a otros nuevos formatos. Esta diversidad otorga que llegue a más gente y que estas se interesen un poco más sobre este asunto.
"Como periodista pasé muy mal que me secuestraran el libro porque pusieron en cuestión mi credibilidad"
–¿Cómo afrontó la noticia del secuestro de su libro en 2018?
–La primera reacción fue de incredulidad. Nunca pensé que un libro se pudiera secuestrar. Además, como periodista lo pasé muy mal porque me daba rabia que me dijesen que mi trabajo estaba prohibido. Me cuestionaron la credibilidad, pese al largo trabajo y tiempo que le dediqué. Y ni decir del eco mediático que se generó aquel año. La persona que nos demandó se hizo platós de televisión. Nosotros nos mantuvimos al margen y no entramos en ese circo. Eso sí, nos ayudó a que la venta se disparase.
–Mirando así por encima la trayectoria profesional que lleva, destaco algunos hechos que ha cubierto a lo largo de su carrera como el virus del Ébola en África, el genocidio de Ruanda, la guerra civil en Siria. ¿Cuál le ha marcado más?
–Mi esencia en todo esto es el reporterismo. Estas son situaciones extremas en lugares complejos y de ellos he sacado algún aprendizaje. Sin duda son historias muy duras, pero tampoco hace falta irse lejos.
–¿Por ejemplo?
–En Ceuta y Melilla hice reportajes sobre el tema migratorio y transfronterizo. Las historias que he contado me han marcado por las injusticias que se esconden detrás, los relatos humanos y los de superación.
–¿Qué conclusión saca de esto?
–Que pensamos que las grandes historias están en los sitios más recónditos del mundo y realmente los tenemos aquí cerca y ahora mismo si quisiéramos. Lo único que, como periodista, tenemos que abrir los ojos y descubrirlas.
"Pensamos que las grandes historias están en los sitios más recónditos y realmente los tenemos aquí cerca"
–Por ejemplo la apertura de la frontera que ha tenido lugar esta noche.
–Así es. La inquietud me ha llevado a que fuese con mi compañera de El País, María Martín.
–¿Cómo la ha vivido?
–Con tranquilidad, puesto que no venía con la intención de elaborar reportajes porque no tenía tiempo. Lo único que he hecho es una conexión con el programa de Angels Barceló, ya que tengo una sección los martes en Hoy por Hoy, para contar desde el punto fronterizo lo que ha sido esta noche.
–¿Se ha replanteado acudir a la guerra de Ucrania?
–Por el momento no porque desde hace un año he montado una productora con otro compañero.
–¿Cómo se llama?
–‘Ailalelo’, esta es una palabra gallega que se usa en las canciones populares de Galicia.
–¿Qué contenidos tenéis pensado elaborar?
–La idea es hacer series de ficción a partir de nuestras investigaciones periodísticas. Esto, a la misma vez, lo compagino con reportajes puntualmente. Y con respecto a Ucrania, espero ir una vez que haya pasado todo y cubrir el post-conflicto. Esto me gusta mucho, cuando se retira el foco mediático y se queda la gente sola con las consecuencias. Si tengo ocasión, lo haré.
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