Destrozado, el hermano de un hombre de 54 años fallecido este domingo se ha puesto en contacto con El Faro de Ceuta para narrar el terrible episodio que ha tenido que vivir su familia este lunes, cuando se les ha comunicado, en el momento de dar sepultura al fallecido, que no podría ser enterrado en uno de los dos nichos que la familia tiene en propiedad en el cementerio de Santa Catalina, y donde descansan sus seres queridos, por estar inhabilitadas las escaleras para tener acceso a la parte alta de estas dependencias. A pesar de que desde hace tiempo se lleva instando al cementerio a disponer de medios seguros para garantizar el cumplimiento de la normativa en materia de riesgos laborales, estos no se han dispuesto.
Los afectados han señalado que, según se les ha informado, la plataforma en cuestión no está homologada de acuerdo a los criterios que indica Prevención de Riesgos Laborales y no puede ser utilizada por los trabajadores del cementerio para realizar enterramientos en los nichos ubicados a más de dos metros de altura, es decir, los que están en la cuarta y quinta planta, por no poderse asegurar su integridad física.
Como solución al problema, explican, lo que se les ha ofrecido es enterrar a su familiar en otro lugar decidido por el cementerio y que, en cinco años, pueden optar a comprarlo para no tener que trasladar a su hermano cuando se cumpla este período a otro lugar teniendo que sacar el cuerpo del lugar. Una situación rocambolesca que han querido hacer pública “para que se solucione cuanto antes y no le ocurra a ninguna familia más porque el cementerio lleva ya tiempo sin escaleras, no es algo reciente”.
“Los deseos de mi madre eran que su hijo descansase junto a su sobrino de 11 años fallecido en la ciudad en un accidente de moto, y junto a sus abuelas, pero lo hemos tenido que dejar solo, sin poder cumplir esa voluntad de una progenitora por el mero hecho de que la Ciudad no tiene un elevador, unas escaleras o alguna plataforma con la que poder depositarlo junto a ellos; es algo muy dramático”, relata el hermano del difunto.
Precisamente, El Faro ya publicó hace años que un informe oficial realizado por Prevención de Riesgos Laborales ordenaba que no se dieran entierros a más de 2 metros de altura después de denunciarse que las escaleras no garantizaban la integridad de los trabajadores. En 2015 se anunció la compra de un elevador mecánico como medida de seguridad que facilitase los enterramientos en los nichos de cuarta y quinta planta. Nada se hizo.
Años después, se repite el problema (o no se solucionó nunca) y las personas propietarias de un nicho en altura en Ceuta no pueden enterrar en él a sus seres queridos.
Un asunto que no solo atenta al bolsillo de los afectados, sino a algo tan importante como es el respeto a la voluntad de las personas para su último descanso.
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