Solo si calculamos la longitud de un problema podremos identificar un atajo e idear una solución. Solo si visualizamos una adversidad podremos aplicar un remedio, y alumbrar una fórmula magistral. Se hace necesario, por tanto, establecer un punto de observación.
Con este motivo, el Comité Pro Salud Mental en Primera Persona salimos a la calle, y comprobamos de primera mano cual es el estado de conciencia con respecto a esa realidad nunca deseada del suicidio. La jornada del jueves se titulaba “Hablemos del suicidio”.
Como ya he comentado en otras ocasiones, solo al cuestionarnos sobre algún aspecto despertamos la conciencia. Entonces, dicho aspecto pasa de un plano oscuro, o de silencio, a formar parte de la realidad pensable.
Al presentar una cuestión, generamos un vacío en nuestro interior, y el cual ha de llenarse de información, si es que queremos emitir un juicio justo.
Pero, para que esa información se sustancie en el entendimiento, hace falta un ejercicio de comprensión. No basta con ofrecer un dato o un punto de vista aislado, sino que hay que dibujar un contexto, hay que procesar dicha información, y llevar el lenguaje, de una fase instintiva, a una fase explicativa.
Hay una explicación, hay una conciencia. La conciencia nos llevará a ese momento mágico que es el entendimiento.
Es así que el Comité hemos recibido una formación como facilitadores para ser capaces de averiguar en el espectador las causas de la conducta suicida, y también de poder mantener una interacción con los ciudadanos de Ceuta. La conciencia colectiva se consigue persona a persona.
En este sentido, los voluntarios del Comité nos convertimos por una mañana en punto de observación, con la tarea de introducir elementos de juicio, y concluir que la realidad del suicidio es un escenario evitable en gran medida.
El primer paso sería romper el silencio, y sincerarse; y teniendo en cuenta que la sinceridad consiste en sostener la mirada, aun cuando lo que vemos sea incómodo y difícil.
La primera pregunta trataba de descubrir la infinitud del problema: 4000 personas se suicidaron en España el año 2020; es el principal desafío de salud pública de Europa.
La segunda cuestión se ocupaba de deshacer algunos mitos, y es que la persona que lo intenta no es ni valiente ni cobarde; no se debe simplificar un problema que es multicausal. Básicamente, hablamos de personas que viven con dolor, cegados por la desesperanza, y no ven como desarrollar su potencial.
En tercer lugar, y una vez desatada la ideación, tenemos que fabricar un canal de comunicación, un clima de confianza, una escucha activa, para que la persona aplace su decisión y busque ayuda profesional.
Al fin, el papel de los medios de comunicación es clave para ofrecer un enfoque constructivo, y que no culpabilice ni prejuzgue este tipo de comportamiento. Tenemos que poner de moda ese valor que es la vida.
Si logramos tomar distancia de esa experiencia desoladora del suicidio, podremos desmenuzar su casuística, examinar los fallos, planificar la prevención, y revertir esta circunstancia disfuncional que pervive en las sociedades modernas.
Buenas noticias para los vecinos de Ceuta que estén pensando en comprar un coche eléctrico. La…
Con el adviento a la vuelta de la esquina, en Ceuta ya está todo listo…
El Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) va a interpelar en la próxima…
"Debemos estar preparados, especialmente las administraciones, para responder ante una situación de emergencia”. Así argumenta…
Sus arrugas son el escaparate del paso del tiempo y de las dificultades que las…
Como casi todos los sábados, el precio del tabaco para los fumadores de Ceuta y…