Las obras del polideportivo Juan XXIII están a punto de finalizar, faltan meros trámites. Las ejecuciones terminaron convirtiéndose en un auténtico quebradero de cabeza para una ciudad que vio cómo se enquistaba este proyecto para desgracia de unos vecinos convertidos en víctimas de la situación.
Los vecinos han estado en pie de guerra desde hace años, parecido a los de Plaza Nicaragua, y gracias a eso se ha llevado a cabo el proyecto. Sin la presión de estos vecinos no se sabe si esto hubiera terminado.
Aunque se hayan acabado las obras, no eran tal y como esperaban. El proyecto original era mucho más suculento, como suele ocurrir no se cumplió con lo prometido.
Después de un modificado del plan, estas ejecuciones están viendo la luz al final del túnel y los vecinos podrán contar con estas instalaciones.
Además del campo de fútbol 5, aún sin determinar quién llevará el control de estas instalaciones, lo más importante es el local social. Ese recinto con el que se quedaron hace unos años y no contaban con ninguno para poder reunirse.
Uno de los más afectados fue el coro de Navidad, ese que año tras año acudía al concurso y que debido a no contar con unas instalaciones han tenido que ensayar durante meses en casas de los propios participantes.
En definitiva, unas ejecuciones que están llegando a su fin, que el Ejecutivo marcaba como importante acabarlas antes del verano y que ahora es momento de conservarla y de darle la enhorabuena a los verdaderos protagonistas de la historia: los vecinos de Juan XXIII.