La magistrada titular del
Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta dejó este miércoles visto para sentencia un
juicio seguido por un delito de lesiones por el que se le acusa al llamado H.A.R., a quien se le señala como participante en un tiroteo en el que supuestamente disparó hasta en dos ocasiones a quien denunciaría los hechos, acontecidos en febrero de 2014 en
la barriada del Príncipe. El Ministerio Fiscal no ve indicios que demuestren la implicación del acusado, por lo que no pidió condena. Mantuvo el mismo escrito desde la fase de Instrucción, al no existir pruebas concluyentes en todo el procedimiento. Por su parte, la Acusación Particular insistió en que el procesado es culpable de los hechos por lo que debe cumplir condena. Pidió que se le impusieran 4 años de prisión y una multa de 10.290 euros para su representado. La Defensa solicitó la libre absolución.
El suceso al que se hizo referencia en este juicio ocurrió el 27 de febrero de 2014. Sobre las 15:00 horas, en la calle San Daniel de la barriada del Príncipe,
se produjo un tiroteo posiblemente protagonizado por dos bandas y los impactos de las balas terminaron alcanzando a A.H. Supuestamente el acusado portaba un pasamontañas y una peluca de “rastafari” y
habría disparado hasta en dos ocasiones a la víctima y denunciante que recibió el impacto de una bala en el brazo porque se lo colocó en la cabeza para no recibirlo en dicha parte del cuerpo. Además de la víctima, otra persona recibió impactos de bala y los dos tuvieron que ser conducidos hasta el clínico de Loma Colmenar.
En la declaración del procesado negó cualquier intervención en este hecho y se reafirmó en que nada tenía que ver, además de desconocer el porqué se le imputan las lesiones. El acusado no entendía el motivo que llevó a que el denunciante lo acusara de tal delito cuando nada tiene que ver con los hechos.
Por otra parte, la víctima declaró y acusó a H.A.R de ser el autor de los disparos. A preguntas del Ministerio Fiscal de cómo identificó al presunto autor de los hechos, explicó que a pesar de llevar un pasamontañas se le veía los ojos y además era “gordito y bajito” (describiendo de esta forma al procesado en este juicio). Unos indicios que no convencen a la Fiscalía al sostener la dificultad de reconocer a una persona tan solo porque se le apreciaba los ojos a través del pasamontañas.
Para este juicio habían sido llamados a declarar varios testigos. Todos ellos se limitaron a contestar que no estaban en el lugar de los hechos y que no saben nada al respecto. Uno de esos testigos lo único que comunicó es que le informaron que se habían producido disparos en el barrio y que una bala había impactado a su primo, por lo que llegó en su auxilio y lo condujo hasta el Hospital Universitario.
La Guardia Civil encontró 2 armas en sus investigaciones
Tan solo horas después de los sucesos, la Benemérita localizó en un descampado, muy cerca del lugar de los hechos, dos armas, un pasamontañas y guantes que habrían sido arrojados y medianamente escondidos por los matones. En este juicio estaban citados para declarar dos de los agentes, uno presencialmente y otro por videoconferencia. Finalmente la Acusación Particular rechazó que lo hicieran a lo que no se opusieron ni la Fiscalía ni la Defensa.
Un juicio en el que no quedó claro quién fue el presunto autor de los disparos, ya que las pruebas presentadas hacen difícil acusar a alguien de un delito de lesiones.