Muy buenos días!!!
¿Cuántas veces hemos puesto toda la energía, entusiasmo e ilusión en nuestro proyecto particular de vida y nos hemos visto “atascados” en mitad del camino?
Hoy voy a hablar de algunos esos “atascos”, “frenos” y “enemigos públicos nº 1” de nuestro crecimiento y desarrollo personal que salen a nuestro paso y de alguna manera nos impiden llegar a conseguir…, o mejor dicho, nos impiden desarrollar ese inmenso potencial que todos y cada uno tenemos dentro de nosotros.
En el artículo de hoy voy a citar alguno de ellos con el objeto de identificarlos, caracterizarlos y de alguna manera “desarmarlos”. Muchas veces basta conocer la naturaleza del obstáculo para que éste pierda todo el valor que pueda tener..., o podamos otorgarle!!!
1º) Uno de los enemigos básicos y principales de nuestro crecimiento y nuestra persona es: No creer en nosotros mismos.
Esto conlleva no reconocer nuestros talentos, nuestros dones, nuestras virtudes y nuestras especialidades. Esto trae consigo el dar la espalda a esa parte nuestra creativa, genial y que tiene tanto y tanto que ofrecer.
La verdad es que siempre he dicho que el rollito este del autodescubrimiento es para “valientes”, y con ello no quiero decir que quien pase por esta vida sin mirarse “por dentro”, sin ser consciente de sus actos, pensamientos, palabras y modo de vida… sea un cobarde. Para nada quiero decir eso!!! Explicado simplemente con una metáfora, sería como tener un Ferrari y no pasar de 10 km/h.
El ignorar ese llamado, esa voz que nos grita por dentro, todo lo increíble que podemos dar con nuestro sello personal…, tarde o temprano termina pasando factura!!! Baja autoestima, inseguridad, miedos, sensación de vivir la vida a “medio gas”, falta de realización personal y un sentimiento de estar “fuera de lugar” en este mundo.
Quizás sea una definición muy pobre de la palabra VIDA, pero la definiría como un conjunto de “apuestas y decisiones” que realizamos en un tiempo determinado de existencia.
Si te das cuenta, desde que pones el primer pie en el suelo estás decidiendo y apostando: ¿Me meto otros 5 minutillos en la cama o me levanto ya? ¿Camisa blanca o camisa azul? ¿Me afeito o no me afeito? ¿Café o Colacao?..., y bueno…, en este tipo de decisiones si no decides correctamente lo peor que te puede pasar es que se te derrame el café sobre la camisa blanca… y te tengas que poner la azul!!!
Pero… ¿y si de esa decisión depende los próximos meses, los próximos años…, el resto de tu vida?
¿Has pensado alguna vez con qué cartas realizas las apuestas o decisiones de tu vida? ¿Te guardas algún AS en la manga? ¿Le preguntas a tu corazón si aquello que quieres hacer es realmente lo que te apetece, gusta y te hace sentir vivo? ¿O por el contrario le haces caso a tu razón y a ese “tendrías que hacer…” que dicen quienes nos rodean con tanta frescura? ¿Tienes en cuenta tus talentos, tus dones, tus virtudes en tus decisiones? ¿Los tienes identificados, los escuchas, los alimentas día a día…, eres fiel a ellos?
Seguro que muchas veces dentro de ti has oído esa voz arriesgada, ese impulso loco que te hace imaginar que vives la vida que siempre has soñado.
Quizás vaya siendo ya hora de pararte y escuchar que tiene que decir esa parte tuya tan especial que has tenido tanto tiempo en silencio. Piénsalo por unos segundos!!!
2º) Otro de esos “enemigos nº 1” es: Creer que lo sabemos todo.
Me acuerdo de una historietilla con trasfondo ZEN y una enseñanza oculta en su interior…, en la que un alumno harto del día a día, del ruido de la ciudad y de unos cuantos fracasos en la vida…, inició su camino en busca de la sabiduría y el conocimiento supremo.
Tras miles de cursos, seminarios, libros y más libros, profesores y más profesores…fue a ver a un anciano maestro que vivía en lo alto de la montaña. Una vez llegó, se arrodilló ante el maestro y dijo que por favor tuviese en cuenta su deseo de obtener sabiduría. Comentó toda la experiencia que había tenido, toda la formación recibida… y los cientos de títulos que tenía colgados en la pared de su despacho. El humilde maestro accedió a enseñarle y comenzaron la formación tomando una taza de té.
El maestro preparó la bebida y le pidió al nuevo discípulo que la sirviese en la taza hasta que él le ordenase parar. El alumno comenzó a verter el líquido en el interior de la taza y esta terminó llenándose y desbordándose.
El alumno con cara de no entender por qué su Maestro no le ordenaba parar decidió hacerlo por su propia voluntad. ¿Maestro, por qué no me ha dicho usted que parase de echar más té?, ¿no ha visto que no cabía más dentro de la taza? – preguntó el alumno.
El Maestro con esa sonrisa que otorga los años de experiencia y sabiduría le dijo que él era como la taza. Al alumno se le quedó todavía más cara de desconcierto y comenzó a sentirse confuso.
Preguntó el Maestro - ¿Te has dado cuenta de por qué no cabía más líquido dentro de la taza? – “Porque estaba llena, Maestro” – respondió el alumno.
Precisamente por eso no te puedo enseñar nada a ti…, porque estás lleno!!!
Algo así nos pasa a nosotros!!! Estamos tan llenos…, creemos que lo sabemos todo…, estamos en posesión de la verdad…, y así es muy muy difícil el abrirse a algún conocimiento, experiencia o gota de sabiduría.
¿Habéis oído decir a alguien alguna vez algo como: “Sí hombre…, a mí me va a enseñar algo este niñato”, “Sí, sí… con la de tiros pegados que llevo yo encima…”, “A mí…, con lo que tengo yo vivido”?
Acordaos de la taza…, es imposible que quepa nada más en su interior!!! Para qué!!!?? …si ya está llena!!!
Si saliésemos de ese círculo en el que nos creemos que estamos en posesión de la verdad universal y absoluta quizás nos daríamos cuenta de que existen decenas, cientos, miles de maestros a nuestro alrededor que nos pueden enseñar eso que no se aprende en los libros, que no se aprende en ningún master y… que no se puede colgar a modo de título!!!
Si nos abrimos a ese conjunto de maestros de la vida formado por amigos, compañeros de trabajo, niños (estos son los mejores!!!), conocidos y desconocidos del mundo entero…, veremos que además de ser maestros de los cuales podemos obtener “auténtica sabiduría” son espejos que reflejan tanto lo bueno como lo malo que tenemos en nuestro interior. Son reflejo de nuestros sueños, de nuestras necesidades, de nuestros anhelos, de nuestras esperanzas…
Todo esto tan sólo se puede aprender “a pie de calle”, bajando de las altas torres donde nos hemos recluido, saliendo de los despachos lujosos donde nos hemos confinado, desperezándose del sofá que secuestra nuestro tiempo frente al televisor, teniendo el valor de salir de esa zona de confort y seguridad que tenemos medida hasta el milímetro…
¿Y tú? ¿Eres como la taza? ¿Estás lleno? ¿Estás abierto a aquellas lecciones que te pueden ofrecer los que te rodean? ¿Vives en una torre blindada en la cual ya lo sabes todo y no cabe ninguna otra opción? ¿Te reconoces en aquellos que te rodean? ¿Has bajado de tu rascacielos particular a ver qué te pueden enseñar aquellos que “patean” la calle? ¿Has pensado que más allá de un traje, de un título, de un “don fulanito” o de un “señor menganito” hay mucho que aprender…?
Es curiosa esa frase que dice que lo que más abunda en el mundo es la verdad y la razón…, pues todo el mundo cree tenerlas!!!
¿La tienes tú?
Muchas gracias
Continuará…
pedro.alarcon@live.com