Categorías: Colaboraciones

Encuentro forzado

Hay algunas carreras  en las que se adiestra a distinguir una situación   concreta  por medio de una pintura, una fotografía, unos restos. La fotografía nos cuenta  en realidad una historia. Existen expertos  que por medio de unas semillas, unos pequeños huesos, unos utensilios u otros elementos encontrados en los enterramientos, emiten sus hipótesis  sobre la vida de una comunidad, y hasta lo que los hombres de aquella época sentían. Sus odios, sus  fobias, sus rencores …Todo se descubre, se escribe, se estudia, para que la posteridad   pueda  analizar unos hechos.
Ya no nos basta el escriba sentado, que narra lo que el mandatario de turno le obliga a escribir, para equívoco histórico. Y es que antes se estudiaba la historia de una manera, pero hoy se estudia de otro modo diferente, basado fundamentalmente en hechos constatados como ciertos, verdaderos, reales. También las esculturas a lo largo de la historia, como la citada pintura, nos han enseñado a leer lo acontecido. Todo, todo tiene su significado.
Permítanme este preámbulo, porque me gustaría comentar una foto que encaja perfectamente con lo explicado antes  en este contexto, para emitir intentar una hipótesis.
Desde mi punto de vista, esta foto  parece realmente transmisora de sentimientos profundos y se refiere a la que encontramos en la portada de EL FARO día 4 de agosto, jueves. Creo que es digna de estudio. Enfocados en un primer plano se encuentra primero una imagen más destacada del señor Gordillo, serio, impasible, hierático, con aspecto distante con respecto a su interlocutor el señor Vivas. Da la sensación que fuese una mirada dura, con atisbos de aparente desprecio, sin un ápice de afecto hacia quien le dirige el saludo. No inclina su cuerpo al opositor, en agradecimiento o deferencia. La posición de sus manos es bien significativa. No hay en el gesto ningún signo de amistad, afabilidad. Sequedad emotiva. Su boca está bien cerrada. Parece decir: “al enemigo ni agua”. No es ni mucho menos un encuentro de viejos amigos, camaradas, que después de muchos meses se alegran al verse y se muestran un cariño mutuo. De hecho, estamos muy lejos de ello. “¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre?”, parece decirle.
Con respecto a su contrincante, oponente, hay que destacar su al parecer, significativa actitud de agrado, forzado por las circunstancias. Alarga su brazo para la palmada en la espalda, con gesto impasible. “Esto es lo que hay”, parece decirle. No existe hipocresía, ni engaño, las cartas están puestas sobre la mesa. “Tú estás ahí, yo estoy aquí. Esto es lo que hay. ¿Estás bien?”, aunque sabe que no va a encontrar ya una respuesta convincente. La seriedad impera y está marcada en su rostro. Me da la sensación de un gesto adusto, prusiano, severo, de compromiso. Muy sincero con sus sentimientos profundos. Mantiene la posición erguida, correspondiendo al bloque de acero de su interlocutor. Puro compromiso. “¡No imaginaba que vendrías, tío!”, podría perfectamente haber pensado en ese momento, por los rasgos que se expresan en todo su conjunto.
Dos asistentes a la izquierda de la imagen, uno pegado a don Pedro, con una sonrisa forzada, sin abrir los labios, mano sobre el mentón, que parece estar meditando en lo que pudiera suceder a “partir de ese momento, y con su mirada fija en el señor Vivas. Según mi criterio, esos ojos entreabiertos muestran una mirada de rencor, parecen decir:”¿te acuerdas de todo lo sucedido? Yo sí, y aquí estoy, ¿qué pasa?”.
El joven que observa a ambos está expectante. Contempla a los dos protagonistas al completo. Serio, adopta una postura rígida, mirada observadora y pensativa, concupiscente. Permanece distante, pues no se reconoce protagonista de nada. En posición firme, de soldado de guardia.
En el otro extremo se halla situada la figura del consejero señor Márquez, que parece mirar al suelo, no quiere encontrarse con la  realidad, es decir, con la mirada de su anteriormente amado, admirado, como un padre, señor Gordillo. Da la sensación de que esté contrariado. Parece posar su mano en la cadera, pues su brazo está colocado en arquería, como un perfecto bailarín que acaba de rematar su danza, con una ligera inclinación de su cuerpo y cabeza hacia el lado del brazo visible, en escorzo. Por supuesto, semeja reflejar una incomodidad grande con ente encuentro, de tal modo, que no quiere ni mirarlo en ese instante. Serio, con la boca bien cerrada, no vaya a ser que una palabra le delate. “En boca cerrada no entran moscas”. Y no se acerca a la escena, se mantiene a cierta distancia. “Esto a mí, ni me va ni me viene”.
La joven de ojos grandes, apoyada en las cañas de la caseta, está seria también, desvía la mirada hacia otro lado, como si aquella realidad no existiera para ella. ¿Le preocupa? El acontecimiento que se produce parece ignorarlo, como si no quisiera saber nada del asunto.
Felicidades al fotógrafo Jorge Arbona autor de la obra: “Enemistad. Falta de entendimiento”.
Veremos lo que ocurre a partir de ahora, según opinión personal en la interpretación de una fotografía.

Entradas recientes

El flamenco sigue latiendo con fuerza en recuerdo al Tío Miguel

El Teatro Auditorio del Revellín ha acogido este sábado la X Edición del Festival Peña…

28/09/2024

Romero: "Esto es lo que quiero ver en mi equipo"

El técnico de la AD Ceuta, José Juan Romero, habló al término del partido ante…

28/09/2024

El CN Caballa se proclama campeón de la Copa de Andalucía de waterpolo (12-3)

El Club Natación Caballa de Ceuta se vuelve a proclamar campeón de la XXXVI edición…

28/09/2024

El Ceutí consigue la primera victoria de la temporada (1-2)

La Unión África Ceutí consigue los primeros tres puntos de la temporada ante la UD…

28/09/2024

Tres derrotas para el balonmano ceutí en la jornada de sábado

No fue una buena jornada para el balonmano de Ceuta con tres derrotas en su…

28/09/2024

Un gol de Agüero le da otro triunfo al Ceuta en su campo (1-0)

El Ceuta consiguió su segundo triunfo de la temporada en su campo, tras doblegar al…

28/09/2024