Encuentran muerto en Marruecos a un subsahariano del último pase

Ya durante la pasada madrugada la Guardia Civil temía que, debido a la virulencia del pase, hubiera habido algún inmigrante muerto, después de que casi 60 consiguieran llegar, pasadas las once de la noche del pasado jueves, a Ceuta por el espigón del Tarajal.

Pues bien, esos presagios eran confirmados ayer por la agencia oficial marroquí MAP, que reconocía el hallazgo del cadáver de un subsahariano y la detención de otros 25 al participar en ese pase que protagonizaron más de cien.
De acuerdo con los datos oficiales difundidos por Marruecos, el inmigrante habría fallecido ahogado, aunque nadie puede ocultar los episodios violentos que se registraron al otro lado del paso entre subsaharianos y marroquíes, en los que se empleó a destajo el uso de los palos y de las piedras, dejando varios heridos.
Según MAP, el cadáver del inmigrante, no identificado, fue trasladado a la ‘morgue’ del hospital de Tetuán, mientras que los otros 25 fueron detenidos y asistidos por las fuerzas del orden. La MAP recuerda, además, que las autoridades marroquíes “continuarán sin descanso su lucha contra las redes de traficantes, que explotan la vulnerabilidad de estas víctimas”, concreta. Una manera de advertir que llegarán más pronto que tarde las redadas para localizar a subsaharianos, detenerlos y llevarlos a la frontera con Argelia para la práctica de expulsiones en las que términos como ‘derechos humanos’ son inexistentes.
Se espera, también, que haya un refuerzo del personal al otro lado del Tarajal. Ya durante los últimos meses se había apreciado la ubicación de cada vez un número mayor de tiendas de la Gendarmería. Pues bien, es posible que dicho número aumente para disponer de nuevos efectivos orientados a frenar avalanchas como la ocurrida el pasado jueves noche. Una avalancha erróneamente tildada como la primera nocturna, ya que durante el verano han sido varias las entradas y los intentos de entrada de subsaharianos aprovechando la oscuridad. Así que no se está ante un cambio de táctica, sino más bien ante la explotación de cualquier momento que el grupo considere idóneo para aprovecharse del despiste de la Gendarmería.
La entrada de ayer se produjo después de que comenzara a gestar pasadas las nueve de la noche, con la detección de algunos grupos. En otras ocasiones, han utilizada franjas horarias como la comprendida entre las siete de la mañana y las ocho para aprovecharse de la entrada de miles de marroquíes a Ceuta.

El CETI, con 700 residentes, busca la reorganización

En la tarde de ayer los subsaharianos que habían entrado en la ciudad fueron ingresados, de manera gradual, en el CETI. Se hizo después de que en la Jefatura Superior se les filiara y documentara, tarea que, dada la cantidad de subsaharianos, copa casi todo el día. Así que los calabozos volvían a estar llenos de inmigrantes, al igual que otras zonas de comisaría, volviendo al recuerdo las críticas del sindicato UFP sobre las condiciones de la actual Jefatura Superior. El CETI, con la incorporación de los 56 subsaharianos que entraron, alcanza los 700 residentes. Esta entrada ha llegado en un momento de cambios: a nivel político (con el nuevo gobierno) y a nivel laboral (con la inestabilidad que supone la amenaza de ERE anunciada por Cruz Roja y contra la que intentan pelear todas las instituciones a distintos niveles). El hecho de que en las últimas semanas se haya conseguido el traslado de vulnerables y de grupos para su deportación a sus lugares de origen ha ayudado a que se rebajara la presión en el campamento posibilitando que esa cifra de 700 no haya sido superada. Así que no estamos ante el pico de mayor estancia, que fue el que se alcanzó el pasado agosto con 800 subsaharianos en las instalaciones del Jaral.