Todavía no he podido asimilar la rapidez de la marcha de Paco y eso que ya voy teniendo edad y experiencia suficiente para acostumbrarme al inquietante dicho popular que tanto suele recitar mi querido amigo Francisco Pereila, geólogo del Museo del Mar y compañero de Septem Nostra, “para morirse solo hay que estar vivo.”
Me asaltan unos sentimientos emotivos particulares donde revuelan a mí alrededor coincidencias y diferencias de criterio que se transforman en ruidosos meteoros pero desde dónde finalmente emerge, como si de un magnífico afloramiento de aguas profundas se tratara, la figura de un singular cargo político del que no conocía prácticamente nada hasta que llegó a la Delegación del Gobierno. Conocer a las personas cara a cara imprime un enorme valor añadido a las relaciones humanas que no se puede sustituir por ninguna otra fuente de información mediática o de segunda mano. El hechizo ocurrió con Paco desde el primer momento que me recibió (comentábamos aspectos del medio marino que le interesaban) o nos recibía (si nos sentábamos Jose y yo en representación de Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta para tratar asuntos relacionados con la sostenibilidad) en su despacho oficial de la Plaza de los Reyes. El Gato enamorado de Ceuta (Paco nació en Madrid) comenzó a actuar con una altura política inusitada y a tomarse en serio los contactos con todos. Nuestro último delegado tenía mundo y experiencias que deseaba poner al servicio de los ceutíes, las ganas de vivir plenamente su papel político resultaba contagioso y nos parecía muy novedoso y algo desconcertante, pues estábamos acostumbrados a otros perfiles políticos en la Delegación del Gobierno. Manteníamos discrepancias con Paco con absoluta normalidad, al igual que las coincidencias de criterio; algunas discrepancias fueron manifiestas y llegaron a los medios de comunicación, el caso más sonado fue el de los usos ambientales de la Sirena de Punta Almina. Las coincidencias más relevantes vinieron de la mano de uno de nuestros informes de sostenibilidad que exponía la peligrosa situación demográfica de nuestra ciudad. La sostenibilidad socioeconómica le preocupaba a su manera, que era la de un representante de un Gobierno conservador, pero veía venir con gran sagacidad los problemas que podían afectar con virulencia a la estabilidad de Ceuta, que era su principal preocupación como representante del Gobierno. La oposición a la construcción de la cárcel fue también una coincidencia de criterios con nuestros planteamientos y nos consta que intentó suavizar las consecuencias negativas para los ceutíes. Siendo un representante político atípico y sin complejos, no tenía reparos en comentarnos que nos tenía una sana envidia porque podíamos decir lo que pensábamos sobre los temas de sostenibilidad mientras que él se debía a su mandato institucional en todo momento. La franqueza es una virtud de Paco junto con la templanza y la fortaleza que le llevó a resistir los avatares de una odiosa y acosadora enfermedad; desde mi perspectiva creo que también intentó ser justo pensando en la Ceuta del futuro, pero nunca se las dio de sabio ni tampoco de políticamente correcto pues tenía criterio y posicionamiento. Aunque de fuerte personalidad e ímpetu verbal no tenía problemas para controlar su ego y además le gustaba relacionarse con la gente, en la calle y con cercanía muy natural e improvisada y sin ensayos previos ni premeditaciones maliciosas e interesadas. Siempre he visto en la sociedad y en la acción política una gran falta de madurez y compromiso que se puede extender también al ámbito administrativo y burocrático. Por madurez entiendo llevar los proyectos y los asuntos emprendidos a la conclusión y no dejar cabos sueltos tan típicos de tantos cargos públicos y administraciones. En esto también Paco era diferente y le gustaba rematar las jugadas y cuando necesitaba algo no dudaba en localizarte personalmente para recordarte que estaba esperando el informe que le prometiste y que ya estabas tardando. También debo decir que me gustaba presumir del interés que ponía en mi humilde persona y en la labor que estábamos realizando a favor de la conservación y ordenación de nuestro rico patrimonio natural marino. Me considero afortunado por haberme encontrado cara a cara con un político vital e ilusionado en hacer cosas y al que le irritaban profundamente los comportamientos aldeanos y provincianos que no estaban a la altura de las expectativas políticas que nuestro progreso se merecía. Desde el principio de su andadura en la Delegación del Gobierno estuvo apoyando nuestros proyectos científicos y presentando junto a mí resultados en beneficio de nuestro medio marino. Respaldó públicamente el proyecto del Museo del Mar desde sus responsabilidades políticas y aumentó nuestra confianza en el futuro. A Paco, le debemos su sincero compromiso público con la causa litoral y su apuesta por la conservación y potenciación del medio marino ceutí. Hemos estado esperando su recuperación para presentar juntos los resultados del último estudio que ya dimos a conocer a la prensa antes de finales del año 2014. Ha sido y siempre será para nosotros un amigo del Museo del Mar y en la próxima presentación de resultados de nuestro proyecto así lo reconoceremos públicamente manteniendo su memoria viva entre nosotros. La capacidad de entusiasmarse con su acción política en beneficio de Ceuta es uno de los rasgos de elevación moral perfectamente visibles en Paco. Al vivir éticamente su concepción política siempre estaba produciendo ideas en beneficio de su concepto de bien común. Tengo la sensación de haber conocido al Paco de mayor compromiso con Ceuta a la vez que arrostraba la opresión y la aflicción de la enfermedad. Conforme más sustos le daba la infame e impredecible dolencia más consciente era de su mortalidad y mayor era su compromiso político con su querida ciudad. La faceta heroica de nuestro delegado fue estar ahí en un puesto elegido por él y afrontando desafíos complejos y complicados hasta el final. Por eso llegó a comprender esencialmente el significado de la mortalidad que distingue a los seres humanos que se diferencian ante la polis. Siguiendo al filósofo Javier Gomá, vemos la perfección no en el diletante sino en el hombre competente que busca, no el ser completo, sino el producir. Desde mi punto de vista Paco ha sido el mejor Delegado del Gobierno que he conocido en estos años de ecologismo y lucha por la conservación del litoral. Que pueden unas gotas de propoleo y jalea real de un apicultor homeopático de la isla de La Palma, pues a efectos médicos y en el estado de Paco nada, pero debo indicar que la ilusión que me produjo dárselas a su asesora y amiga de los temas educativos fue importante puesto que en esos momentos pensaba que Paco podía salir adelante por los cuidados médicos que recibía en Madrid y me reconfortó pensar en las posibilidades de un remedio sencillo y relevante para transmitir fortaleza inmune una vez que saliera de la operación. Físicamente no sirvió espero que moralmente vertiera su efecto, un simple recordatorio de que había mucha gente pensando en su recuperación. Personalmente me quedo con la mirada brillante de Paco, con los ecos de su voz profunda y las curiosas e interesantes conversaciones cordiales mantenidas en su despacho de la Delegación del Gobierno, desde el sillón cercano en el que se giraba doblando su pierna bajo la otra y te hablaba con toda la sencillez y naturalidad del mundo con personas con las que se sentía a gusto y respetaba porque formaban parte de la vitalidad cívica de su querida Ceuta. El respeto fue mutuo.
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