En libertad por falta de pruebas el presunto atracador de una mujer en su vivienda

El ladrón actuó encapuchado y con guantes y la Policía no ha encontrado prueba alguna para demostrar su autoría El presunto autor del atraco que sufrió una mujer de 76 años en su propia vivienda ha quedado en libertad por falta de pruebas. Por ello, la familia de la afectada espera a la celebración del juicio, donde pedirán “que se haga justicia” y cumpla una condena acorde a sus actos. La detención de este individuo de 45 años, cuya identidad responde a las iniciales F.J.S.P. y tiene catorce detenciones a sus espaldas, se produjo debido a que la afectada lo reconoció por la voz. La falta de pruebas se debe a que el atracador actuó encapuchado y con guantes, y porque en el registro de la vivienda, que se hizo horas después de la detención, no se encontró prueba alguna.
Los hechos ocurrieron el pasado domingo en la Avenida España número 1, portal 6. Tal y como recoge la denuncia presentada por la afectada, ésta salió sobre las 13:30 horas de su domicilio para realizar unos recados, cuando observó que junto al portal se encontraba un antiguo vecino, que residía en el piso de abajo y es el que ella después reconoció como el atracador. Transcurridos unos 30 minutos, regresó a su vivienda y vio que en el portal se encontraba otro individuo que, al parecer, coincide muchas veces en un bar cercano con el denunciado –la mujer aseguró ante la Policía que ignora su filiación pero que podría reconocerlo si volviera a verlo–, subiendo las escaleras del edificio hasta llegar a la puerta de su casa.
En el momento de introducir las llaves en la cerradura de su domicilio, la afectada fue sorprendida “súbitamente” por la espalda por un individuo, que la sujetó impidiéndole cualquier movimiento, a la vez que le tapó la boca con la mano oculta tras un guante, abrió la puerta y la introdujo en la vivienda “a la fuerza y con mucha violencia, casi arrastrándola hasta llegar al dormitorio”. En esta habitación, continúa la denuncia, el individuo la arrojó sobre la cama y la zarandeó violentamente. “Tras tirarla sobre la cama, el individuo le preguntó insistentemente dónde ocultaba el dinero, y casi sin poder hablar y perdiendo paulatinamente la respiración, la mujer le respondía que no tenía dinero, siendo lanzada contra el suelo, comenzando a sangrar abundantemente por la nariz debido a la gran presión que ejerció el individuo con su mano al taparle la boca y parcialmente la nariz”, recoge este documento.
Seguidamente la arrojó al suelo y continuó preguntándole por el dinero, a la vez que le decía “que como gritase la mataría y que no le mirase a la cara”. Ella le respondió “casi sin poder hablar” que no tenía dinero en la casa y que lo único que tenía era el que había sacado antes del cajero y que estaba dentro del bolso. El individuo lo cogió –algo más de 100 euros–, al igual que la cartilla bancaria, preguntándole a su dueña por el número secreto “sin que la dicente se lo dijera ya que se encontraba asfixiándose”. También cogió una bolsa de joyas y otras que guardaba en los cajones.
Mientras el atracador registraba el domicilio buscando más cosas que llevarse, la agredida pudo ver que el individuo llevaba la misma ropa que el anterior vecino que se encontró al salir de su domicilio a realizar unos recados, y también lo pudo reconocer por la voz. Antes de abandonar la casa, le arrebató también la cadena y la pulsera, ambas de oro, que llevaba puestas.
Al salir, le quitó un juego de llaves y la encerró en la vivienda. Tras recuperar el aliento, la mujer creía que el atracador continuaba en el domicilio, por lo que comenzó a pedir auxilio por la ventana. Al ver que se había marchado cogió otras llaves que tenía y pudo salir de su domicilio y llamar a sus vecinos para pedir ayuda.
Tras avisar al 112 se personó en el lugar de los hechos la Policía Nacional y después de hablar con familiares del denunciado pudo detenerlo en una chabola en la que vive actualmente.
El hijo de la víctima pide que el agresor de su madre sea condenado y ha emprendido una campaña de sensibilización a través de las redes sociales para pedir la colaboración de la ciudadanía y que se haga “presión”, y advierte de que fue amenazada de muerte por el atracador, quien le dijo que no lo denunciara.
Vecinos de la afectada también añaden que no pueden vivir tranquilos en este edificio con hechos como éste, y su hijo asegura que también ha robado a otros vecinos. “La gente tiene miedo de entrar en el portal”, aseguró. Además, lamenta que la Policía no encontrara pruebas, “sólo hay palabra contra palabra”, dijo, ya que registraron la vivienda del denunciado horas después de la detención –en el momento de ésta no contaban con orden judicial– y también comentó que en la casa de la agredida el atracador dejó un pañuelo que utilizó para atarla o amordazarla y la Policía no lo cogió como prueba debido a que cuando realizó el reconocimiento la denunciante se encontraba en Urgencias y no pudo indicarle a los agentes que el pañuelo era del atracador. Uno de sus hijos lo llevó a la Policía, donde le dijeron que no era válido porque no lo cogió la Judicial. También criticó que la Policía tomara declaración a su madre por  teléfono. Ahora, sólo espera que el autor sea condenado, para lo que asegura que contará con la declaración de una vecina que los vio salir de la vivienda y reconoció al denunciado por la vestimenta.