En el filo de la navaja

El Observatorio de Sostenibilidad señala un incremento de temperatura media de entre 0,5 y un grado en la última década y prevé el aumento de seis para el periodo de 2071-2100.

El cambio climático y la energía fueron los temas del informe presentado ayer por el Observatorio de la Sostenibilidad de Ceuta, un proyecto coordinado por la asociación ecologista Septem Nostra y financiado este año por el Instituto Nacional de Empleo (INE). 

El escenario que dibuja el estudio como resultado de la aplicación del fenómeno global a Ceuta no es precisamente halagüeño. Como comentó el presidente de la asociación ecologista, José Manuel Pérez Rivera, la ciudad se encuentra en un territorio “especialmente frágil desde el punto de vista no sólo de la biodiversidad sino desde el ecológico y económico”. El licenciado en Ciencias Ambientales, Javier Gutiérrez, precisó cuáles son las previsiones: más temperatura, hasta seis grados al final de siglo; y menos lluvias. Además de una subida del nivel del mar de seis metros si las teorías de deshielo de Groenlandia se confirmasen. Algo que significaría devolver al mar todos los terrenos ganados y decir adiós al puerto. Pero los fenómenos ya se está produciendo según marcan lo estudios reflejados en el informe: hay entre 0,5 y un grado más de media que hace una década y se observan en los últimos años un incremento de fenómenos de lluvias torrenciales. 

 La contribución de la ciudad, dice el informe, con respecto al cambio climático y el modelo actual energético es “insostenible”, concluyó Cristina Molina, otra encargada de elaborar el informe y licenciada igualmente en Ciencias Ambientales por la Universidad de Granada. Pérez Rivera definió Ceuta como un sistema al que entran todo tipo de recursos y que genera todo tipo de residuos sin producir nada de por medio ni limitar su impacto. “Una ciudad artificial”, dijo, que está asentada en el discurso político de las especificidades y los “condicionantes” con una “huella ecológica demencial” y que debería “no sólo exigir solidaridad”, sino que, precisamente por ello, intentar minimizar su impacto ecológico y hacer más eficiente esa entrada de recursos y la salida de residuos. Un sistema que es, en definitiva, “un agujero negro”.

Óscar Ocaña, vicepresidente de Septem Nostra y biólogo marino, ejemplificó el cambio climático con los estudios realizados desde el Museo del Mar: “El que se vean especies nuevas de peces de otras regiones cada más puede tener su significado. Pero la aparición de corales propios de Guinea tiene un significado mucho más potente”.  También apuntó al aprovechamiento de las corrientes marinas como recurso energético renovable. 

Temperatura

Aumento de entre 0,5 y un grado en la última década y de seis para el 2070 

Ceuta se encuentra en una de las zonas más afectadas de la Unión Europea en cuanto a aumento de temperatura, según los datos aportados por el Goddard Institute for Space Studies (GISS) de la NASA. La región del Estrecho ha sufrido un incremento de entre 0,5 y un grado en la última década con respecto a la temperaturas medias del período comprendido entre 1951 y 1980. Además el 30 de julio del año pasado se registró un máximo histórico de 40,3 grados que superó en tres la última máxima histórica registrada en 1991. Para el futuro, se ha han seguido varios modelos regionales de proyección de aumento de temperaturas dependiendo de dos escenarios diferentes de emisiones de dióxido de carbono. En el peor, con concentraciones superiores a las 800 partes por millón, en verano del periodo de 2070 y 2100 habría aumentos de seis grados de temperatura media y de tres en invierno. Sin ir tan lejos en el tiempo, las proyecciones del modelo marcan un incremento de 1,5 grados en verano y de uno en invierno entre 2011 y 2040. Para 2041-2070, serían cuatro grados en verano y dos en invierno. 

Emisiones de CO2

Doblando las cifras de 1990

El estudio realizado por el Observatorio de Sostenibilidad desglosa por sectores las emisiones de dióxido de carbono producidas en Ceuta desde el año 2005. El informe se basa en factores de conversión a partir del combustible utilizado. En 2009 se contabilizó un total de 280.605,24 toneladas lo que reduce en más de 10.000 las producidas en 2008. Eso sí, el año pasado al igual que en 2005 no se han contabilizado las emisiones producidas en el apartado de Otros, que entres 2006 y 2009 registró un número de toneladas de dióxido de carbono que osciló entre las 14.000 y las 16.000. Las mayores aportaciones en la ciudad a los gases invernadero se realizan desde el sector del transporte (108.043,73 en 2009), con especial importancia del tráfico marítimo y desde el industrial. Este último, que incluye las emisiones que se producen en la central de generación eléctrica de Endesa, refleja una clara tendencia ascendente que va desde las 144.593,5 toneladas del año 2005 a las 163.694,16 del año pasado. En cuanto a la producción por habitante en 1990 se encontraba en las 284 kilotoneladas, en el 220 se pasó a 341 y en los últimos datos, del año 2008, ya se sitúa en las 535.

Energías renovables

Un campo yermo en Ceuta

Uno de los objetivos planteados en el informe es disminuir la cantidad de gases invernaderos a través de las energías renovables. “La participación en Ceuta es prácticamente nula” sentencia el informe que sólo data algunas instalaciones de energía solar térmica para CAS (agua caliente sanitaria). La ciudad se encuentra en el último puesto a nivel nacional, con una potencia instalada de 0,92 megawatios por cada 1.000 habitantes exclusivamente de energía térmica, según detalla ‘El Perfil Ambiental de España 2009’. Estas además no gozarían de control. Según informó la Viceconsejería de Industria al Observatorio de Sostenibilidad, la única instalación controlada hasta el momento sería la del Centro Neocatecumenal, que contó con una subvención. El resto “no se han realizado con los recursos correspondientes debido, según la administración, a la falta de personal destinado a la supervisión de este tipo de actividades”. Esto da como resultado que muchas de estas instalaciones “se lleven a cabo por personal no cualificado, que no reúnen las condiciones mínimas necesarias para su adecuado funcionamiento. Todo esto repercute negativamente no sólo en cuanto a la efectividad de aquellas instalaciones en marcha, sino de cara a la promoción del uso alternativo de energías”. La tendencia deseable para el Observatorio de Sostenibilidad sería el incremento de la energía solar térmica así como la implantación de instalaciones de fotovoltaica. 

Precipitaciones 

Pérdidas de 0,02 milímetros por día y año y un futuro incierto

Los registros y modelos futuros para precipitaciones suelen ser más fluctuantes e inseguros que los estudios realizados sobre temperaturas. En Ceuta, pese a las variaciones, se recoge una tendencia “clara” a la reducción por lo que, sostiene el informe de Sostenibilidad, “habrá que esperar a comprobar en los próximos años que la tendencia fuera la misma o si se corresponde con una variabilidad natural”. Con los datos existentes, se comprueba una tendencia negativa de 0,008 milímetros de lluvia menos por día y año en el período 1950-2008. Si se reduce el periodo a 1960-2008, la tendencia se hace mucho más acusada pasando a una disminución de 0,02 milímetros por día y año. En los últimos tres años se han recogido igualmente ejemplos de lluvias torrenciales como las de 130 litros por metro cuadrado del pasado 6 de marzo o los más de 500 litros recogidos en septiembre de 2008 en dos días. Los modelos regionales para una proyección futura difieren en sus resultados por lo que muestran una fiabilidad menor. Algunos pronostican una leve reducción de la precipitación en los próximos años que se acentúa hacia finales de siglo, con reducciones de hasta un 15 por ciento de lluvia anual. Otros, más pesimistas, recogen disminuciones bastante más importantes de hasta un 40 por ciento para el periodo 2071-2100. 

Propuestas

Plan de prevención de cambio climático

La conclusión fundamental que ofreció Cristina Molina, una de las encargadas de la redacción del informe, fue la necesidad de crear un plan o estrategia específica de Ceuta para la prevención del cambio climático, que encontraría una “herramienta” en la Agenda 21 cuyo Plan de Acción está redactando la propia Septem Nostra. Debido a que el objetivo de los gases invernadero es transversal y son muchos las áreas implicadas (transporte, energía, urbanismo etc.) y muchas las administraciones de las que dependerían sería necesario “elaborar diversos planes sectoriales municipales” como el de residuos, de calidad del aire, de energía o de conservación y mejora de la biodiversidad. El informe pide igualmente mejorar la inexistente o precaria instalación de energías renovables. El vicepresidente de Septem Nostra, Óscar Ocaña, hizo una apuesta clara por el aprovechamiento de la energía procedente de las corrientes marinas ya que la ciudad se encuentra en una de las zonas de mayor actividad en el mundo por su enclave estratégico entre el Mediterráneo y el Atlántico. Ocaña apoyó la posibilidad de un plan piloto que observe las posibilidades de la energía en el Estrecho.  

Nivel del mar

Devorados los terrenos portuarios

El aumento del nivel del mar en Ceuta “no ha sido significativo hasta la fecha”, defiende el informe. Aunque se han detectado una tendencia positiva en correspondencia con la estudiada a nivel global, los factores climáticos regionales han restado o compensando el aumento de nivel de aguas en el Mediterráneo occidental. Sin embargo en la última década la tendencia ha alcanzado un aumento de 10 milímetros por año, motivado por la disminución de la presión atmosférica y, sobre todo, por la expansión del volumen de las aguas provocado por una mayor temperatura. Los datos de los que se hace eco el informe de sostenibilidad del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático no son “muy halagüeños”. Se espera que para finales del siglo XXI se produzca un aumento del nivel del mar de 20 centímetros sin tener en cuenta las posibles destrucciones de masas de hielo de los polos. Según los modelos que sí lo hacen, en el momento en el que desaparezcan el hielo de Groenlandia el nivel del mar subirá hasta seis metros como confirman las peores predicciones. Aunque “el conocimiento de los procesos dinámicos que influyen en los flujos de masas de hielo son limitados”, lo que da como resultado una falta de consenso con respecto al fenómeno del deshielo, sí que existen evidencias de que ya ocurrió. Estudios paleoclimáticos han demostrado que en el último periodo interglacial la temperatura sufrió un ascenso similar al proyectado, lo que produjo ascensos del nivel del mar de entre cuatro y seis metros y una significativa reducción del hielo terrestre. Proyectando un aumento de seis metros en el nivel del mar al mapa de Ceuta, la zona más claramente afectada serían los terrenos portuarios hundiéndose de nuevo todo el terreno ganado al mar en los últimos años, las ampliaciones y los diques. El resto del relieve de la costa se vería poco afectado debido a la fuerte orografía litoral al de la ciudad, sólo las playas de la bahía norte y sur se verían también devoradas por el avance de las aguas. 

Consumo energético

Primera ciudad de consumo per cápita

El ‘Perfil ambiental de España 2009’ sitúa a Ceuta en el último lugar de consumo de energía por habitante con 2,6 megawatios por habitante con respecto al resto de autonomías españolas. Para el Observatorio de Sostenibilidad este estudio no tendría en cuenta “que la actividad industrial es prácticamente inexistente”, con lo que realmente habría un mayor peso del consumo doméstico. Utilizando datos del Instituto de Estadística de Andalucía y contextualizando el consumo con respecto a las ciudades andaluzas, el resultado es el contrario: la ciudad se sitúa con Chiclana en el primer lugar con 1,8 megawatios por año y habitante, por delante de Sevilla con 1,7 o de Málaga con 1,5. El consumo se ha incrementado en la ciudad de forma prácticamente lineal desde 2005 hasta 2009, salvando la disminución que se contempla en el resto de España, asociada a la crisis económica. Los principales consumos, dejando fuera al doméstico, serían para la desaladora, que alcanzó los 37,54 gigawatios en 2008; el puerto, que ha realizado un plan de gestión medioambiental que ha reducido en prácticamente un  punto el nivel de consumo; y el alumbrado público, que el año pasado alcanzó su máximo consumo con 9,22 gigawatios. Precisamente el alumbrado fue señalado por Pérez Rivera como uno de los ejemplos más claros de derroche: “Es una visión de nuevo rico el tener siempre iluminado cada día y cada edificio histórico. Sería un ejemplo gestual, algo recogido en el plan de contención de gasto, limitar el consumo del alumbrado ornamental”. 

Fauna

Una marcha silenciosa del sur al norte

En la costa que va desde Cabo Negro hasta Tánger se están detectando fluctuaciones de especies marinas motivadas por los cambios en temperatura en el mar, lo que conlleva la llegada de especies invasoras que encuentran ahora condiciones más apropiadas para su crecimiento y la reacción de las especies locales. El informe expone la expansión del coral anaranjado (Astroides calycularis), en el que destacan los estudios del propio Óscar Ocaña. Es un coral relicto cuyos ancestros son propios de climas tropicales y cuyas poblaciones en la actualidad están creciendo. Entre las especies que han llegado, propias del trópico y el subtrópico africano, se encuentra el coral negro (Antipathella wollastoni), la Paramuricea grayi u la Dendrophyllia laboreli. Los bosques de gorgonias de Ceuta, ya los más biodiversos del Mediterráneo, cuentan con algún invasor más procedente del Golfo de Guinea.