En el Día sin Alcohol

El 15 de noviembre quedó instaurado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como el Día Mundial Sin Alcohol. Tan sólo en 2012 murieron 3,3 millones de personas en el mundo por el consumo nocivo, según datos de la Organización Mundial de la Salud, considerando el alcohol como el tercer factor de riesgo principal de enfermedad y mortalidad en Europa.

1. Las consecuencias
Los daños ligados al consumo de alcohol comportan numerosas consecuencias: a largo plazo cirrosis hepática, enfermedades cardiovasculares, cáncer, violencia y conductas agresivas, lesiones por caídas… además del coste social que supone la reducción en la productividad laboral o la carga para el sistema sanitario y desempleo.  Los problemas asociados al consumo de alcohol pueden ser aún más graves y con mayores consecuencias para la salud si los consumidores son menores de edad. Los cambios en los hábitos de consumo, concentrando los consumos en cortos periodos de tiempo (fines de semana), están teniendo como consecuencia la detección y desarrollo de importantes problemas de salud entre los jóvenes, como efectos adversos al hígado, huesos, afectación del crecimiento y del desarrollo endocrino y en ocasiones se presenta un descenso en los niveles de las hormonas sexuales y del crecimiento.
También se manifiestan alteraciones en las relaciones con la familia, compañeros y profesores, así como menor rendimiento escolar, incremento de las agresiones y comportamientos violentos y adopción de conductas de riesgo para la salud tales como la conducción de ciclomotores bajo los efectos del alcohol o prácticas sexuales sin protección, que conllevan la probabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual y de embarazos no deseados.

2. Consumo juvenil
Según datos de la última Encuesta Escolar sobre uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Secundarias (ESTUDES 2012-2013), la edad media actual de inicio en el consumo de alcohol se sitúa en los 13,9 años (cuatro años antes de lo permitido). El 83,9% de los estudiantes de entre 14 y 18 años ha probado alguna vez en la vida el alcohol. El 81,9% han consumido en el último año y el 74% ha consumido alcohol en el último mes. Además, 6 de cada 10 estudiantes se han emborrachado alguna vez, 5 de cada 10 lo hizo en el último año y 3 de cada 10 en el último mes.
La frecuencia y la intensidad del consumo de alcohol aumentan con la edad. Con 17 años, el 63%, casi dos tercios de los estudiantes, se han emborrachado en el último año.
El patrón del consumo de bebidas alcohólicas en forma de atracón (bringe drinking, 5 o más copas en un corto espacio de tiempo) es similar al de las borracheras. El 43% de los estudiantes de 16 años y la mitad de los de 17 se han atracado de alcohol alguna vez en el último mes. Un dato preocupante es el relativo al elevado número de intoxicaciones etílicas referidas por los jóvenes, así si nos referimos a la población de 15 a 34 años de edad: 2 de cada 5 hombres y 1 de cada 5 mujeres se han emborrachado en el último año.
La encuesta incluye por primera vez una pregunta específica sobre el botellón: el 62% de los encuestados han participado en uno, al menos una vez en el último año, y el 53,3% en el último mes. El supermercado (61,8%), seguido de bares o pubs (57,7%) son los lugares donde con más frecuencia los escolares consiguen el alcohol, pese a que la venta a menores está prohibida.

3. Con bebidas energéticas
Las bebidas energéticas se han popularizado en los últimos tiempos y empiezan a surgir dudas sobre los efectos sobre la salud, convirtiéndose en un elemento ligado al ocio nocturno, y aunque no tiene alcohol es habitual que se combinen con bebidas alcohólicas. Según las investigaciones, a priori los riesgos más destacados están relacionados con el consumo de cafeína, pues en caso de sobredosis puede provocar palpitaciones, hipertensión, nauseas, vómitos y convulsiones, que en casos aislados podrían llegar a producir la muerte.
En relación con el alcohol, las bebidas energéticas son señaladas, según la OMS; como un potenciador de la adicción.  Se trata de una práctica mayoritaria entre los consumidores en el grupo de edad entre 18 y 29 años: el 71% de este colectivo consume la mezcla.  Consumir ambos productos hace que la cafeína de la bebida energética limite la somnolencia que provoca el alcohol, lo que permite seguir bebiendo sin notar los efectos, aunque el perjuicio que causa, sí se produzca.

4. Alcohol y conducción
El alcohol es un claro factor de riesgo en la conducción, relacionado con un elevado número de accidentes de tráfico en carretera y en ciudad.  Aunque nos creamos en pleno uso de nuestras facultades físicas y mentales, la ingesta de alcohol hace que multipliquemos el riesgo de sufrir un accidente.

5. Principales sanciones
Desde el Plan Nacional sobre Drogas se ha creado un grupo específico de trabajo creado para abordar el tema alcohol y menores dentro del Plan de Acción 2013-16. En este sentido,  se está recabando información sobre cualquier iniciativa que desde las diferentes comunidades autónomas se esté implementando o que se haya desarrollado de manera organizada desde los servicios autonómicos de salud, protocolos o guías clínicas, programas implantados, material de información / sensibilización para profesionales, una acción formativa concreta…
Todo ello con la finalidad de realizar un inventario de lo que se ha hecho hasta ahora y documentar modelos prometedores de buena práctica, de modo que se puedan desprender recomendaciones que orienten potenciales acciones futuras para progresar.
Ante la dimensión sanitaria y social que está adquiriendo este problema, el Ministerio de Sanidad y Consumo está elaborando un Anteproyecto de Ley dirigido a los menores centrado en tres grandes ejes de actuación; restricciones a la venta y consumo de bebidas alcohólicas;  limitaciones a la publicidad y promoción de este tipo de bebidas y por último, medidas de prevención y promoción de la salud.

6. ¿Qué hacer si eres padre?
Los padres han de tener una información, básica clara y objetiva sobre el alcohol. Este es uno de los pilares claves de la prevención, transmitir a los hijos una información clara y objetiva respecto a los efectos qué produce y cuáles son las consecuencias del abuso de esta sustancia, intentado desmontar algunas ideas erróneas que solo ayudan a confundir a los jóvenes y a que baje su percepción del riesgo sobre el alcohol.
Los padres han de tomar conciencia de que son personas muy significativas y de referencia para sus hijos y que por tanto son modelos a imitar. Han de prestar mucha atención a los mensajes que sobre el alcohol se trasmita en la familia, así como al propio uso que de esta sustancia hagan en presencia de los hijos (por ejemplo, asociar que no hay una buena fiesta si en ella no hay presencia de alcohol, etc). Con una buena comunicación podemos ayudar a nuestros hijos en su proceso de maduración y aprendizaje. Resaltar la importancia tanto de saber escucharles, como de saber trasmitirles aquello que queramos que sepan. También hay que establecer límites y normas y educar para el ocio, alejándose de la bebida.  
4. Establecer límites y normas
Establecer normas y límites en la familia que no produzcan distanciamiento entre padres e hijos es fundamental para favorecer su proceso de adaptación a la sociedad.

7. Medidas europeas
La Comisión Europea aprobó  el pasado 16 de septiembre el Plan De Acción 2014-2016 sobre consumo de alcohol en jóvenes y consumo episódico excesivo Se centra en la prevención de los daños asociados con el consumo de alcohol durante la infancia y la adolescencia, así como en la adopción de medidas para disminuir la frecuencia del consumo episódico excesivo entre jóvenes. Los principales objetivos del Plan se enmarcan dentro de la Estrategia sobre Alcohol en la Unión Europea, e incluyen: la reducción del consumo episódico excesivo de alcohol; la disminución de la accesibilidad y disponibilidad de bebidas alcohólicas para los jóvenes; la reducción de la exposición de los menores a la publicidad relacionada con el alcohol; la disminución del daño asociado al alcohol durante el embarazo o asegurar la existencia de ambientes sanos.